SALAFISMO: NO, GRACIAS

 

Hace ya tiempo -desde sus orígenes, pero masivamente a partir de hace cincuenta años aproximadamente-, los salafíes predican con entusiasmo contra los enemigos del Islam: los shiíes, herejes malditos que no tienen más objetivo que destruir a los musulmanes; los sufíes, que son peores que los cristianos y que los judíos; los ash'aríes, que confunden a los musulmanes con sus doctrinas perversas; los gobernantes porque no gobiernan a los musulmanes según la Sharia; los que no llevan barba, porque no llevan barba... En esta representación paranoica de la realidad, todos son enemigos declarados del Islam y buscan su ruina, en medio de complots y confabulaciones anti-islámicas, mientras que ellos, los salafíes, son la excepción: son los musulmanes verdaderos, los puros, los que tienen en exclusiva la interpretación correcta del Islam, los únicos que siguen al salaf -los primeros musulmanes-, ellos son los defensores del Islam, sus abogados y genuinos representantes. Quien se haga salafí, está en el buen camino, es musulmán de verdad.

 

En el salafismo está la solución para los problemas de los musulmanes: para su atraso, para salir de la superstición, para avanzar entre las naciones, para llegar a la gloria que consiguieron nuestros antepasados, y son los salafíes los que se enfrentan decididamente a nuestros enemigos.

 

Pero cabe hacerse un pregunta sencilla. Todos esos terribles enemigos declarados del Islam: los shiíes, los sufíes, los ash'aríes, los que no llevan barba,... ninguno de esos se pone cinturones con explosivos y va a matar a musulmanes en los mercados públicos, ninguno de ellos ataca a turistas indefensos y hunde la economía de los países musulmanes, ninguno de ellos corta cabezas de musulmanes a diestro y siniestro, ninguno de ellos frustra los intentos de los musulmanes por librarse de los tiranos, ninguno de ellos arremete a martillazos con el patrimonio cultural e intelectual de los musulmanes, ninguno de ellos escupe a las mujeres musulmanas en la calle porque no lleven pañuelo, ninguno de ellos siembra el terror entre los musulmanes allí por donde pasa,...

 

¿No llama esto la atención? ¿Por qué hacen eso los "musulmanes verdaderos"? ¿Por qué los salafíes, que están para devolvernos al Islam verdadero, para el bien del Islam y de los musulmanes, son asesinos, terroristas, gentes de mal vivir, energúmenos violentos, analfabetos ignorantes, majaras, sádicos? ¿Por qué todo el mundo sabe que esto es así,... menos los musulmanes? ¿En qué absoluta inconsciencia viven los musulmanes que no saben quiénes son sus asesinos?

 

La razón es simple, y se llama "mentira". En esto, los salafíes son auténticos maestros, son trileros profesionales. Se presentan como "seguidores de las primeras generaciones del Islam", y la gente se lo cree. Se presentan como "protectores de la juventud", y la gente se lo cree. Se presentan como voz autorizada en el Islam, y la gente se lo cree... Poderoso caballero es don dinero: detrás está la financiación de Arabia Saudí, que construye mezquitas por todas partes en las que se predica el salafismo, que libera y regala predicadores a todo el mundo, que abre canales satélites de cobertura global para la propaganda de su perversa ideología, fascista y criminal, que publica millones de folletos para el adoctrinamiento de quienes no encuentran otras fuentes donde enterarse de lo que es el Islam, después de haber desprestigiado y marginado a los sufíes, a los ash'aríes, a todos los musulmanes de bien.

 

Es en medio de sus mentiras donde siembran esa visión paranoica de la realidad, perjudicando la relación de los musulmanes con los demás y entre sí mismos. A esto se le llama en árabe fitna, la discordia, que es el río revuelto del que sacan provecho los salafíes.