Blas Infante: 

Un morisco padre de la Patria Andaluza

 

Nació en Casares (Málaga) un 5 de Julio de 1885 y moría fusilado, sin juicio ni sentencia un 11 de Agosto de 1936.

Aparte de este apunte bibliográfico, poco más sabemos de la vida de Blas Infante Pérez, glorificado una y mil veces por los actuales políticos como Padre de la Patria Andaluza.

 

¡Pues bien!, a pesar de tantos honores, aun no se ha realizado una edición completa, crítica y popular de sus casi tres mil manuscritos y catorce obras literarias. ¿Porqué tanto secreto? .

 

Es hora ya de descorrer velos y dar a conocer aunque modestamente, la semblanza de un hombre sabio, un espíritu universal, musulmán y andaluz; y nadie mejor que el propio Blas Infante a través de sus palabras: "Yo, criado entre jornaleros e hijo de un pueblo jornalero por excelencia morisco o andaluz, había vivido la tragedia de la Andalucía secularmente martirizada, de un pueblo que soportaba con musulmana resignación y aristócrata mansedumbre".

 

¿ A que tragedia se refería ? No era otra que la del hambre jornalera la del campesino sin tierra la del pueblo andaluz pueblo conquistado el "Felah-Mengu, Flamenco"; y por todo ello declaraba: "Todo latifundio andaluz es ilegal en su origen hay que devolver al campesino andaluz la tierra que le fue arrebatada por derecho de conquista."

 

La aversión de Blas Infante a la conquista que no reconquista castellana nace de tres hallazgos principales:

1°- "Los andaluces hispano romanos llamaron a sus vecinos beréberes".

2°- "La etapa de Al-Andalus fue de libertad y brillo cultural”.

3°- "La conquista cristiana fue intolerable y uno de los orígenes del latifundio." "Las cruzadas el robo y el asesinato presididos por la cruz" .

 

Escribiría: "El rencor europeo o de animalidad europea que se ofreció a la historia con el nombre de fervor católico se ensañó contra esta cultura superior de Al-Andalus, no sólo por odio al nombre musulmán que la designaba sino por el temor de que su fuerza cautivante de las almas descubriese la verdadera naturaleza de la inspiración animal que rigió la conquista."

 

"Los moros andaluces viven en el destierro desde hace cuatro siglos". "Más de un millón de hermanos nuestros de andaluces inicuamente expulsados de su solar --las causas de los pueblos jamás prescriben-- hay esparcidos desde Tánger hasta Damasco".

 

"Yo he convivido con ellos, he sufrido con ellos, he aspirado con ellos la esperanza de nuestra común redención, porque esta redención será común o no será nunca".

 

"Tan enterrada quedó esta cultura, tanto odio y tanto desprecio impotente se llegó a arrojar sobre su memoria que ¡cuanto trabajo nos ha costado a los investigadores empezar a imponer a los científicos de Europa, verdades que con el instrumento del árabe se encuentran a flor de tierra!".

 

Sus intereses de escritor y estudioso de los temas de Al-Andalus le movilizaron hacia los dos únicos viajes al extranjero de su vida. El primero a Agmat (Marruecos) para visitar y honrar la tumba (como era costumbre) del Rey-Poeta de Sevilla Al-Motamid, en plena guerra contra Abd Al-Krim, y donde recordaría: "Yo no soy forastero en Marrakesch. Los moros andaluces predominan en la constitución étnica de la medina musulmana". Y el segundo de sus viajes a Silves, en el Algarbe, para participar en un homenaje al mismo Rey-Poeta.

 

Vaya nuestro particular homenaje para el musulmán Blas Infante, que no temía proclamar: " El Profeta de nuestros antepasados de Al-Andalus que, como todos los profetas, será nuestro profeta, (se refiere a Muhammad S.A.S.), y el de todos los hombres libres en tanto cuanto digan la verdad, anunció esta verdad incontrovertible: “¡Ay del día en que un espíritu no comprenda a otro espíritu. Porque el espíritu es espíritu como la luz es luz!" Trabajemos con suma cautela en estos principios para que Andalucía vuelva a ser inspirada por su propio genio y porque su libro vuelva a ser el Al-Korán como dice la Sura III:

“Aquellos a quienes les hemos dado Al-Korán y lo leen como deben leerlo".

 

La pretensión de Blas Infante era: "restaurar Al-Andalus en Andalucía, actualizando sus inspiraciones esenciales".

 

Fundamentó políticamente a Andalucía desde una doble perspectiva: "como NACIÓN y como SER o genio", al demostrar mediante revelaciones culturales: "La existencia continuada a través de milenios de un mismo estilo en Andalucía".

 

Blas Infante fue el primero que enunció a Andalucía como un PUEBLO-PATRIA, y lo hizo el primero y solidario con la gente más representativa, el jornalero. Suya fue la primera síntesis andalucista que provocó la primera acción en busca de soluciones andaluzas para problemas andaluces, y esto es lo que quiere decir “PADRE DE LA PATRIA ANDALUZA”.

 

El nacionalismo que Blas Infante predicaba era "no exclusivista, sino universalista y antinacionalista". Creía en un "Estado Federal Andaluz de la Confederación Ibérica de los Estados Unidos de Iberia". "¡Si, nosotros aspiramos y seguiremos aspirando a un Estado Libre en Andalucía!”.

 

Frente a Europa y contra el actual auge europeísta declararía: "Nosotros no podemos no queremos) no llegaremos a ser jamás europeos. Externamente en el vestido o en ciertas costumbres ecuménicamente impuestas con inexorable rigor hemos venido pareciendo aquello que nuestros dominadores exigieron de nosotros. Pero jamás hemos dejado de ser lo que somos de verdad: esto es andaluces, euro-africanos, euro-orientales, hombres universalistas, síntesis armónicas de hombres".

 

        Y como síntesis última de todo aquello por lo que soñó y luchó Blas Infante por y para Andalucía, nos ha legado la letra de algo tan esencial para el sentir andaluz como es su Himno Nacional y, que a partir de estas notas nos es más claro y cercano.

 

        Sirvan, por lo demás, estas palabras para crear conciencia y rescatar del olvido de nuestra memoria de andaluces, el esperanzador proyecto al que entregó su vida un genio andaluz, un "hombre de luz que a los hombres alma de hombre nos dio".