UNA OJEADA AL SUFISMO EN LOS BALCANES

Hüseyin Abiva

 

Introducción

 

         Cerca de seis siglos de gobierno otomano en Europa Suroriental dieron una oportunidad de oro para la expansión del Islam. Como resultado de ello, entre los estados que conforman el mapa político de la península balcánica (Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Macedonia, Federación de Serbia y Montenegro) tienen un componente musulmán entre su población que es muy evidente. Dos de esas naciones, Albania y Bosnia-Herzegovina, son indudablemente de mayoría musulmana. Macedonia y Serbia (que incluye el Kósovo) tienen grandes minorías musulmanas. Los porcentajes de musulmanes en Croacia, Bulgaria, Montenegro y Grecia son menores, aunque en el caso de Bulgaria esto signifique más de un millón de personas.

 

         El mayor grupo étnico musulmán de los Balcanes son los albaneses, con cinco millones de personas. Están concentrados en las regiones centrales y meridionales de la península y son mayoría en Albania, la provincia ocupada por Serbia del Kósovo y la Macedonia occidental. También pequeños grupos de albaneses viven en Bosnia, Montenegro y Croacia, en su mayor parte inmigrantes de la época de Tito. Aunque musulmanes en su mayoría, los albaneses no han puesto al Islam como elemento central de su unidad étnica, y una parte significativa de ellos todavía son cristianos ortodoxos o católicos. Entre los musulmanes, hay otra división, la mayoría, musulmana sunní y una minoría chiíta bektashí.

 

         El elemento cultural que sigue es el eslavo. Tres millones y medio de eslavos son musulmanes en los Balcanes, descendientes de aquellos que abrazaron el Islam en época otomana. Cultural y lingüísticamente son diversos, pero les une el Islam. Son la mayor parte de los habitantes de Bosnia-Herzegovina (donde son conocidos por Bošnjaks), de la región ocupada por Serbia del Sandzak de Novi Pazar, una minoría significativa en Macedonia (donde son conocidos como Torbeši) y en Bulgaria (donde se identifican a sí mismos como Pomaks). Pequeñas bolsas de musulmanes eslavoparlantes se encuentran en el norte de Grecia y en el Kósovo (Goranis).

 

         El elemento turco es una mera sombra de lo que fue, hace, digamos, un siglo. En el pasado, los turcos eran una parte importante de la población de Macedonia, la Tesalia, la Morea y Bulgaria. En estos momentos, sólo un millón de turcos viven en Bulgaria. En Macedonia y Grecia, hay 200.000 musulmanes que se identifican a sí mismos como turcos. En los centros urbanos del Kósovo y el Sandzak, viven comunidades mucho menores de turcos étnicos.

 

         El menor de los compactos grupos étnicos musulmanes de los Balcanes son los gitanos. Están ampliamente distribuidos por la región y tienden a seguir la religión hegemónica del lugar donde residen. En consecuencia, en las regiones más profundamente islamizadas de Bosnia, Albania, Bulgaria y Macedonia normalmente son musulmanes. En Macedonia son una minoría importante, especialmente alrededor de la capital, Skopje. Históricamente, los gitanos han sufrido (y continúan sufriendo) discriminación racial por parte de sus vecinos payos, musulmanes o cristianos.

 

         En el pasado había otros elementos étnicos que han desaparecido por su exterminio, expulsión o asimilación en otro grupo musulmán más predominante. Por ejemplo, había gran cantidad de musulmanes greco parlantes en Macedonia, Creta y varias regiones griegas hasta los primeros años del siglo veinte. También se encuentran descendientes de refugiados circasianos y tártaros en Kósovo y Bulgaria que han sido relativamente asimilados por las poblaciones albanesas y turcas entre las que viven.

 

El sufismo como forma de propagación del Islam en la época otomana 

 

            Como sucede en otras tierras musulmanas, el papel histórico desempeñado por las turûq sufíes en la propagación y la preservación del Islam no es nada desdeñable. Se puede decir, sin ninguna exageración, que la implantación de la civilización islámica no habría sido posible sin los esfuerzos de los shuyuj y sus turûq. Los sufíes de los Balcanes otomanos contribuyeron enormemente tanto al desarrollo intelectual del Islam como a su divulgación popular. Aunque ahora sólo sea la sombra de la que fue una vasta eclosión, la influencia del sufismo es palpable tanto en los niveles eruditos como populares de los pueblos musulmanes balcánicos. El alcance del impacto del sufismo y su papel en el Islam balcánico puede ser observado mediante la pervivencia de gran cantidad de turûq, que están implantadas en la región desde hace siglos.

 

         La mayor y más implantada de ellas es la Halveti (Khalwatiyya), seguida por la Bektashi (Bektashiyya). A pesar de actualmente son poco presentes en comparación con la época otomana, eran las que dominaban el espectro del sufismo local. Después siguen en implantación la Naqshibandiyya, Qâdiriyya, y la Rifa’iyya. Estas tres turûq han conseguido sobrevivir hasta nuestros días. Otras vías, como la Mawlawiyya, la Sa’idiyya, la Shadiliyya y la Badawiyya, aparecieron en distintos períodos históricos en la era otomana, pero terminaron desapareciendo.