La ciudad islámica de Jerez (Sharîsh)

Paz Fernandez

          Sabemos de ella por el geógrafo al-Himyarî de Sharîsh: "es una ciudad mediana, está fortificada y esta rodeada de numerosa plantaciones de viñedos, olivos, trigales e higueras". Además de su proximidad al mar, unida a la riqueza de sus campos, la convertían en una ciudad importante con una agricultura rica en cereales, vid y olivo.

 

        Tras la conquista de la ciudad de Sevilla, Fernando III de Castilla continúa su labor conquistadora por el bajo Guadalquivir, como consolidación a la campaña sevillana e inicio del dominio del litoral. Jerez es conquistada en 1249, al tiempo que Vejer, Puerto de Santa María y Cadiz, mediante capitulación de su población después de haber devastado las huestes castellanas cultivos y alquerías, y haber sufrido un cerco de varios meses; ante la falta de apoyo del monarca nazarí, el alcalde de Jerez, Ibn Abit, decide capitular "enviaron a dezir al rey don Alonso q tobiese por bien de los dexar en sus casas con todas sus heredades y q le entregarían la villa y q le darían cada año tributo q davan a su señor"; el monarca castellano acepta la negociación por la dureza del asedio y por la urgencia en ocuparse de la repoblación de Sevilla; por lo tanto, quedaron "todos los moros en sus casas en la dicha villa y heredades" a excepción de algunas personalidades que emigraron, como sabemos fuel caso de Ibn Abit.

 

        A partir de la revuelta de 1264, año de la conquista de Niebla, se había recrudecido la situación ante el deseo, por una parte del rey nazarí de frenar la expansión castellana, y por otra parte el fortalecimiento de los benimerines de Marruecos; éstos desembarcaron en Jerez y, señalando una fecha para la sublevación general, se levantaron los vasallos musulmanes del monarca castellano; ello, visto por los "moros mudéjares ... para el deseo q siempre tenían de salir de serbidumbre se alçaron y de noche y de día no hizieron sin minar la fortaleza". En octubre de 1266, Alfonso X reconquista Jerez, tras un cerco de cinco meses; los musulmanes intentaron la negociación, pero "el rey no quiso sino q se saliesen sin otra cosa mas de sus cuerpos". Finalmente dejó una guarnición de 300 caballeros en el alcázar y les mando "dar y repartir las casas y tierras y heredades" que componían el alfoz de Jerez, facilitando su repoblación mediante la concesión de mercedes y privilegios.

 

        Como ya se ha dicho la población musulmana de la Sharîsh islámica fue expulsada y evacuada de la ciudad; por lo tanto se puede deducir que la población mudéjar de la ciudad de Jerez, en los años siguientes a la conquista definitiva de 1266, fue muy escasa, aproximadamente una veintena de vecinos, hecho que confirma la existencia de una sola mezquita habilitada para el culto islámico en la ciudad "E tornamos a una mesquita en que fasen los moros su oraçión".

 

 

Organización urbana de Sharîsh

        Jerez era una ciudad importante tanto en su aspecto mercantil como estratégico; dotada de una fuerte muralla y alcázar, calles, callejuelas, adarves, alcaicería, poseía además todos los elementos típicos de la ciudad islámica. El alcázar estaba situado junto a la su mezquita, que una vez conquistada por los castellanos fue convertida en Iglesia de Santa María. El cementerio musulmán se hallaba en un lugar apartado dentro de la citado collación: "en esas casas que an por linderos de la una parte el fonsario e de la otra el arroyo y de la otra parte el solareio e de la otra parte la calle".

 

 

    La vivienda

        En la ciudad de Jerez encontramos un abigarramiento de construcciones y un elevado número de casas; era una ciudad de tamaño mediano pero con un alta densidad de población en época islámica. El tipo de vivienda es generalmente pequeño, y estaba formado por la casa y huerta, corral, establo, solar anejo, etc. lo que indica un cierto autoabastecimiento de las materias primas imprescindibles para la familia.

 

        El tamaño de las viviendas solían se pequeño y ello se deduce de la especificación detallada en cuanto se trata de una casa que se sale de la proporciones habituales: "un par de casa bonas...", "un par bono e otro mediano e tres pares pequennos...", "casas en que a un par bueno e una huerta", etc.

 

        El número de casas que podrían haber en Jerez en la época islámica rondaría las 4364, pudiendo situarse su población unas 26184 personas, antes de la revuelta de 1264.

 

 

    Mezquitas

        Las mezquitas más importantes de Jerez se convirtieron en iglesias, dejando tan sólo una mezquita en la collación de San Lucas pare el culto islámico; la mezquita del alcázar se transformó en Iglesiá de Santa María y la mezquita mayor de la medina la asignaron a la advocación de San Salvador; alcanzando un total de 28 mezquitas.

 

        La mezquita figuraba en el reparto de los conquistares cristianos como un edificio más a repartir que se suele donar a nobles, principalmente caballeros hijosdalgo o a los XL Caballeros del Feudo.

 

        Reiteradamente se aclara la obligación de transformar la mezquita precisamente en bodega y su patio de abluciones en corral, almacén o establo: "...e una bodega que fue mesquita", "...con otras casas que es mesquita que le dieron para bodega", "...enfrente una mesquita bona para bodega..."

 

 

    Otros servicios urbanos

        En todas los collaciones recogemos variedad de servicios típicos de la ciudad islámica, abundando las referencias a alhóndigas, hornos, tahonas, molinos de aceite y harina, tiendas, baños, etc, que al igual que los restantes edificios, se entregan a los nuevos pobladores cristianos.

 

        La alhóndiga es el elemento que con mayor frecuencia aparece, lo que indica la populosidad de Jerez, rasgo típico de su carácter marítimo y mercantil; la alcaicería parece también rodeada de talleres, tiendas, almacenes y casas de hospedaje.

 

 

Los repobladores cristianos

        Encontramos la tendencia a ubicar a los repobladores agrupados por profesiones; el barrio de los francos, el de los albañiles o el de los ballesteros.

 

        Entre las directrices de la política repobladora de Alfonso X, en primer lugar se exigía ejercer la vecindad acompañado de mujer e hijos, residir en la ciudad; en la mayor parte de las partidas aparece el titular acompañado del nombre de su mujer; en caso de fallecimiento del titular, la esposa y sus hijos heredaban la propiedad, lo que conllevaba la obligatoriedad de habitar y morar en la ciudad.

 

        En la repoblación de Jerez, aparecen todos lo estamentos que componen la pirámide social desde la familia real a simples peones, y aparecen los oficios más diversos como el de frenero, botero, calero, fijuilero, entre otros más corrientes como los de zapatero, curtidor, carnicero o alfayate.

 

 

Conclusión

        En este análisis se ha pretendido ofrecer una serie de datos extraídos del Libro del Repartimiento de Jerez en orden a completar la información sobre la densidad demográfica y composición urbanística de una importante ciudad en época islámica, y la adaptación de dicha ciudad a las necesidades y hábitos de una sociedad diferente como la castellana del siglo XIII.

 

        En síntesis podemos diferenciar dos etapas determinantes en Jerez durante el siglo XIII. La primera ocuparía desde 1249 (primera conquista castellana por capitulación) hasta la revuelta mudéjar, y una segunda etapa desde 1266, año en que fue expulsada la población musulmana de la ciudad y su término.

 

        En la primera etapa se mantuvo la población musulmana en su práctica totalidad, e incluso puede ser que aumentara con la emigración de los musulmanes de otros lugares del Bajo Guadalquivir, una vez sometidos a Castilla; por lo tanto es posible que la población fuera numéricamente algo superior a la cifra que se ha apuntado en el apartado y que oscilar á en torno a los 30000 habitantes en 1266. La permanencia de los musulmanes hasta 1266 favoreció la conservación de la estructura urbana de Jerez sin profundas alteraciones, por lo que consideramos muy fiables los datos urbanísticos que se hallan el el Libro.

 

        Desde 1266 se produce una gran emigración desde el Bajo Guadalquivir al norte de África y al reino granadino, quedando una veintena de vecinos musulmanes como propietarios en el Repartimiento.