El calendario islámico

 

        La emigración del profeta Muhammad (s.a.s.) desde la ciudad de Meca a Medina (hégira, hiÿra) marca el inicio del calendario islámico. Este calendario continúa siendo válido hoy día, a pesar de que se re cada vez más desplazado por el calendario Gregoriano occidental, fijado por la política y el comercio mundiales.

    El calendario islámico se introdujo bajo el segundo califa legítimo, 'Omar (634-644 d.c.), es decir, más de 900 años antes de que se empleara el calendario del Papa Gregorio XIII, vigente hasta hoy día en los países cristianos. El calendario islámico sustituía el calendario lunar de la antigua Arabia, un calendario que cada cierto tiempo añadía un mes para compensar el desfase con el año solar.

 

    El calendario islámico, sin embargo, se basa también en el año lunar. Tiene doce meses (de luna nueva a luna nueva) de 29,5306 días, de lo que resulta un año con 354,367 días. Se alternan meses de 30 días y de 29 días, y, en un periodo de 30 años, ,se añaden once veces sendos días intercalares. Dado que el año lunar es unos once días más corto que el año solar, el comienzo del año musulmán recae solo cada 33 años en la misma fecha que el calendario solar; 33 años lunares corresponden por lo tanto a 32 años solares. Debido al desplazamiento del año lunar respecto a las estaciones, el calendario fue desde el principio problemático para el comercio y la administración, ya que los días para las cosechas v los tributos tenían que volverse a calcular constantemente. Por eso había, ya desde la edad media, planteamientos para una reforma del calendario.

    La conversión exacta de años después de la Hégira (H) en años después del nacimiento de Jesucristo (C) solo es posible con la ayuda de la siguiente fórmula:

H x 32/33 + 622 = C, es decir, (C-622) x 33/22 = H