El movimiento de los mu'tazila
(S.VIII-XI)
(Resumen del libro de M. Cruz Hernández:
H.ª del pensamiento en el mundo islámico. Vol. 1º)
A) El origen de los mu'tazila:
El origen del nombre fue establecido
hace años por Nallino , los mu‘atazila habrían sido los neutros en el
conflicto entre los partidarios de ‘Alī y los de Mu‘awiya. A partir del s. IX los mu‘atazila
tienen conciencia de estar separados de los sunnies. Por tanto acaban aceptando
la etimología de “separados”.
Los primeros estudiosos de la ley coránica (llámeseles
“teólogos”, “juristas”, o como se quiera) se limitaron a
acumular casuística y a interpretar la letra de la ley. Cuando esta hermenéutica
fue insuficiente y surgió la interpretación alegórica no pudieron acudir
directamente a la filosofía estricta , a la helénica las primeras influencias
fueron cristianas, judías , mazdeas y maniqueas. Algunos de los primeros mu‘tazilies
fueron ascetas y místicos.
El problema que preocupaba el pensamiento mu‘tazilí
era el de La justicia divina , esta cuestión ocupaba también a los teólogos
cristianos desde sus inicios. El Corán acerca de esta cuestión no es tan
terminante como algunos suponen, ya que , aunque establece que todo cuanto
sucede en el universo es por la voluntad divina, también condena a los que
atribuyen a ALLAH la causalidad de sus males. El problema apareció en el Islam
de mano de los Qadaries, defensores del libre albedrío humano y
negadores de lo absoluto de la predestinación. Sin embargo fue en el seno del
movimiento mu‘tazilí donde se popularizó y debatió esta cuestión.
En
las primitivas discusiones teológicas escolares se exponían cuatro cuestiones
principales:
1.
Atributos de ALLAH y Unidad divina
2.
Libertad y predestinación
3.
Premios y castigos en la vida eterna
4.
Legitimidad del califato Omeya
Existe una anécdota clarificadora sobre el origen del
movimiento mu‘tazilí: En una de las discusiones planteadas en la madrasa de
Hasan al-Basrí , en Basra (Basora) al tratarse de los premios y castigos
futuros uno de los asistentes propuso el siguiente problema: El musulman que
peca mortalmente, ¿pierde su condición de tal y queda irremisiblimente
condenado, o por el contrario continua siendo creyente y puede alcanzar aún la
salvación?. Entre las posibles respuestas se encuentran las que darían los Jariÿies
que creen que el pecado borra el carácter de creyente y el
pecado trae aparejada la condenación eterna. Por el contrario, los murÿ‘ies
piensan que aún es posible la salvación del creyente. En aquella ocasión un
discípulo llamado Wasil ibn ‘Ata se lavanto y dijo: “ Yo creo que el musulmán
que ha cometido un pecado mortal ya no
es absolutamente creyente, pero tampoco completamente infiel”. Se dirigió
después a un extremo de la sala y explicó sus razones. Cuando terminó de
hablar, el maestro dirigiéndose a los presentes dijo:” Wasil se ha separado (I‘tazala)
de nosotros”. Probablemente se trata de una anécdota novelada más que de
un hecho real. A pesar de ello, se puede considerar a Wasil ibn ‘Ata el punto
de partida del movimiento mu‘tazilí.
Es un punto de partida del que surgirán diversas ramas
que coinciden en defender el libre albedrío, la unidad de ALLAH y la justicia
divina. Pero su principio fundamental fue el hacer al hombre responsable de sus
acciones, seria absurdo atribuir a ALLAH la causalidad de las acciones humanas,
ya que ALLAH es totalmente Justo y el hombre es perverso. Los mu‘tazilies
hicieron una valoración positiva de la razón; su argumento afirmaba que la razón
humana debe bastar para alcanzar la salvación ya que el hombre, antes de la
Revelación, también debía salvarse si era un hombre justo. Este argumento fue
el motor que impulsó la creación de toda una teología racional musulmana,
mediante la utilización de la dialéctica cuyo conocimiento abría las puertas
al uso de la filosofía estricta: la helénica.
Naturalmente la filosofía a la que los pensadoras
musulmanes tienen acceso proviene de una síntesis Neoplatónica. Esta síntesis
proviene de diversos autores traducidos del arameo, el griego(pocas), o el
hebreo. Todo mezclado y en muchos casos confundido. Así se afirmaba que
Empedocles (“Pseudoempedocles”) fue
el primero de los cinco grandes filósofos( los restantes eran Pitágoras, Sócrates,
Platón, Aristóteles), que vivió en el s.X a.C y había viajado por todo el
oriente donde aprende la filosofía, la mística, y la magia de David, Salomón,
y los sabios sirios. En realidad las obras que los pensadores musulmanes atribuían
a Empedocles están constituidas por el pensamiento de Plotino mezclado con
doctrinas de Filón, Proclo, Jamblico, la Kabbala y los gnósticos a
parte de elementos propiamente islámicos.
B)
Estructura, problemas y ordenación de la “escuela”:
a) Unidad
de ALLAH y justicia divina: ibn ‘Ata había afirmado
que predicar algo bueno de ALLAH era casi tanto como afirmar que existen dos
dioses. ALLAH es un ser rigurosamente Uno y absolutamente Necesario. Todo lo demás
es estrictamente posible.
ALLAH
no puede intervenir de un modo directo en las acciones humanas, pues si lo
hiciese participaría del mal de los hombres; ALLAH sólo puede obrar lo mejor.
Para demostrar que ALLAH no puede realizar el mal los mu‘tazilies acumulan una
serie de argumentos que Ibn Hazm ha recogido y ordenado:
I.
Si ALLAH fuese el origen de las acciones humanas, sería autor de actos
que van contra la propia esencia divina, como el pecado de infidelidad; así
ALLAH sería infiel, mentiroso, cruel, injusto...etc.
II.
Como todo acto tiene una sola causa eficiente, si ALLAH fuese la causa de
todas las acciones humanas, las criaturas no tendrían causalidad en ellas; los
hábitos humanos que nacerían de dichas acciones dependerían también de ALLAH
y el hombre no podría conseguir por sí ningún acto virtuoso ni tampoco ningún
acto pecaminoso.
III.
Si admitimos lo anteriormente expuesto, ALLAH no podría castigar el mal,
porque condenaría sus propias acciones y como ALLAH es radicalmente Uno y en El
no cabe distinción , aún la hipótesis absurda de que castigara sus propias
acciones es imposible porque significaría castigarse a sí mismo.
IV.
Si ALLAH fuera causa de las acciones humanas y los hombres,
usando su libre albedrío, eligieran entre ellas, la libertad humana
tendría mayor poder que la presencia divina.
Para evitar tales contradicciones los mu‘tazilies sostienen que ALLAH creó a los hombres libres, dotándolos de razón, por la cual pueden conocer a ALLAH y elegir entre el bien y el mal.
b) La
ciencia divina: El segundo problema era el
conocimiento que tiene ALLAH de las consecuencias de la creación. Sin duda
alguna ALLAH ha querido la creación, pero hablando con propiedad, lo único que
ALLAH ha creado es el acto primero Universal; las cosa concretas se derivan del
primer ser de un modo inmediato.
Sin
embargo, la dificultad principal residía en el origen del acto creador; si la
creación es fruto de la voluntad divina, antes de la creación ALLAH carecía
de la perfección correspondiente al ejercicio de su voluntad. Por tanto los mu‘tazilies
preferían partir de la sabiduría infinita de ALLAH que comprende dentro de sí
la justicia divina y la Omnipotencia de ALLAH, por, tanto conoce los fenómenos
contingentes, pero sólo tras de su manifestación, sin que pueda preverlos.
Todos los estados intermedios entre ALLAH y las criaturas son posibilidades.
Esta posición procede de fuentes neoplatónicas según
las cuales, ALLAH puede conocerse a sí mismo y a lo creado como una totalidad de un modo universal; en cambio, a las cosas concretas sólo
las conoce tangencialmente, a través
del universal correspondiente, pues si ALLAH conociera a todas las cosas
concretas de un modo particular, ALLAH intervendría en los actos de las
criaturas. Sin embargo, el Alcoran que
nada escapa a la mirada de ALLAH; y para salvar esta dificultad los mu‘tazilies
sostienen que eternamente ALLAH sólo se conoce
a sí mismo; desde la creación conoce el conjunto de lo creado de un
modo universal, y desde que se producen conoce las cosas particulares y los
hechos contingentes.
Esta doctrina condujo a gravísimas disputas, que en más de una ocasión terminaron en persecución violenta.
c)El carácter de la creación: El tercer problema era el origen del no-ser, de los accidentes negativos y de las privaciones.
El mismo Ser postula la necesidad lógica del No-Ser. Algunos mu‘tazilies afirmaron que el Ser era sustancia y el No-Ser accidente; pero esta distinción no resolvía la dificultad, pues los accidentes necesitaban de una sustancia que los soportase. Entonces , y para no caer en el dualismo, admitieron que ALLAH era el único creador, pero de un modo total, y de esta totalidad se derivaba después el Ser y el No-Ser. El Ser se realizaba en la categoría del lugar, y el No-Ser no tenía lugar alguno y, por tanto, se esfumaba en la nada, en tanto que todo ser creado tenía que serlo en un sujeto de inhesión. Sólo ALLAH, considerado en sí mismo, es Acto Puro; las cosas, después de creadas por ALLAH, siguen su curso natural.
Los mu‘tazilies, como ya advirtió al-Gazzali,
permanecieron dentro de la fe del Islam y no se merecen el titulo de
“librepensadores” que algunos investigadores occidentales les han dado.
Interpretaron el Alcoran de un modo alegórico, pero creyeron en la
necesidad de la Revelación y en el valor práctico de las doctrinas coránicas
para alcanzar la verdad. Todo el Alcoran es verdadero y la Revelación
necesaria, pero ambas tienen que verse desde la razón, que es la única que en
el último extremo, puede distinguir la verdadera revelación de la fantasía
librándola de errores y señalando los auténticos milagros. Sólo la razón
puede patentizarnos la necesidad de la revelación, haciendo que la
comprendamos, la aceptemos, y lleguemos a venerarla: por el contrario, el
testimonio de autoridad sólo tiene un valor relativo.
Este aprecio de la razón y su inevitable consecuencia, el debilitamiento de la tradición y del principio de autoridad, tuvo consecuencias políticas muy importantes para el Islam, como fue negar que el califato tuviera que recaer obligatoriamente en los descendientes de la tribu de Qurayš y el afirmar que todo hombre debía resistir, incluso con la guerra los actos despóticos de los gobernantes siempre que conculcasen gravemente la justicia y el derecho.