Comentario del Shayj Sidi Ahmad Ibn ‘Ayiba

a los “Hikam” de

Ibn ‘Ata Allah de Alejandría

 

 Traducción de 'Abd l-Wahid Gutiérrez

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Séptima sentencia

 

 

"No dudes del cumplimiento de la promesa cuando no acontece la realización de lo prometido a pesar de que su tiempo esté determinado, pues esto supondría la mengua de tu percepción interior y la extinción de la luz de tu secreto"

          La duda acerca de algo supone la vacilación entre el cumplimiento o no de lo esperado. La promesa significa el anuncio del acontecimiento de alguna cosa. La merma de algo supone su acortamiento y su disminución en rango o grado. La ‘percepción interior’ es la facultad dispuesta para percibir los ‘significados espirituales trascendentes’, mientras que el ‘secreto interior’ es la facultad preparada para consolidar la Ciencia y la Gnosis. Pues has de saber que el nafs, o ‘ego’, el ‘intelecto’, el ‘espíritu’ y el ‘secreto’, son una misma cosa, diferenciándose sus correspondientes denominaciones en función de sus diferentes capacidades perceptivas funcionales. Aquello que percibe las pasiones recibe el nombre de ‘nafs’ o ‘ego’; aquello que percibe los juicios legales recibe el nombre de ‘intelecto’; aquello que percibe las revelaciones y las inspiraciones recibe el nombre de ‘espíritu’ y aquello que percibe las realidades recibe el nombre del ‘secreto’, pero el lugar donde asientan estas capacidades es el mismo.

          El apagamiento de una cosa es su ocultación tras la manifestación previa. Si Allah te ha prometido algo a través de la lengua de la Revelación o por medio de la inspiración de un Profeta o de un wali (íntimo de Allah) o de una manifestación poderosa, no dudes discípulo de esa promesa, si es que eres un discípulo sincero. Si su tiempo no ha sido determinado, el asunto es amplio, pues el tiempo de su realización puede alargarse o bien acortarse, pero no dudes de su cumplimiento aunque se retrase el tiempo de su cumplimiento. Entre la súplica de nuestro señor Musa y Harun contra el Faraón “Señor nuestro destruye sus riquezas”, y su cumplimiento transcurrieron cuarenta años. Por el contrario, si su tiempo ha sido determinado y no acontece su cumplimiento, no dudes de la sinceridad de esa promesa, pues ello puede ser debido a causas y condiciones que se te escapan y que Allah las ha ocultado al Profeta o al wali para manifestar Su Poder, Su Fuerza y Su Sabiduría. Reflexiona acerca del relato de nuestro señor Yunus (la paz sea con él) cuando informó a su pueblo acerca del castigo según se le había dicho, huyendo de ellos a causa de su negativa a aceptar el Islam, pero cuando su pueblo aceptó el Islam el castigo le fue diferido. Igualmente en el relato de nuestro señor Noé (la paz sea con él) cuando dijo, “Mi hijo es de mi propia familia y Tu promesa es verdadera”, y Allah le dijo, “Él no es de tu familia, pues su acción no es correcta”. “Nosotros te hemos prometido la salvación de la destrucción para aquel que actúa correctamente. Nuestro conocimiento es amplio”.

          Y gracias a este secreto escondido el Profeta y los más grandes de entre los Sinceros, no se detuvieron con el aspecto formal y externo de la promesa y a pesar de que sus necesidades y dependencias no dejan de existir ellos solo permanecen con Allah, pero ven la vastedad de Su Ciencia y la influencia de su Poderío. Parte de esto se halla en las palabras de Ibrahim el Amigo de Allah, “No tengo miedo de aquello que Le asociáis, salvo de aquello que nuestro Señor Allah ha decretado que se cumpla. El conocimiento de nuestro Señor abarca toda cosa”. E igualmente las palabras de nuestro señor Shu’ayb, (la paz sea con él) “No nos corresponde a nosotros regresar a ella”, es decir a la religión del kufr (lo opuesto al Islam), salvo que así lo quiera Allah nuestro Señor. La Ciencia de nuestro Señor abarca toda cosa. Igualmente encontramos sobre esto el relato de nuestro Profeta (s.a.s.) del día de la batalla de Badr mientras suplicaba y tras caer su manto dijo, “¡Allahumma Tu pacto y Tu promesa!, si somos destruidos nadie quedará después de hoy para glorificarte”; y Abu Bakr as-Siddiq le dijo, “¡Bástate oh Mensajero de Allah!, pues Allah realizará para ti aquello que te ha prometido”. Entonces el Elegido reflexionó más allá del sentido externo de la promesa, pues Abu Bakr se había detenido en el sentido externo, aunque los dos estaban en lo correcto, pero el Profeta (s.a.s.) poseía una reflexión más amplia y un conocimiento más completo. De igual manera tenemos el relato de al-Hudaybía, en el que el tiempo de realización de lo prometido no estaba determinado según las palabras de Allah (s.t.), “Él sabe lo que vosotros no sabéis”, cuando Omar le dijo al Profeta (s.a.s.), “¿Acaso no nos dijiste que entraríamos en Meca?”, y él le respondió, “¿Acaso te dije que sería en este año?”, y Omar respondió, “No”, y el Profeta (s.a.s.) le dijo, “Entrarás en Meca y harás el Tawaf (circunvalación de la Ka’aba)

          ¡Oh hermano! Mantén firme tu mano en aquello que Allah te ha prometido y embellece tu entendimiento con ello, con los awliya y en especial con tu Shayj. Si albergas dudas o desmientes la promesa, su resultado será la mengua de tu percepción interna y puede ser causa de su desaparición y también puede ser causa de su extinción, es decir del ocultamiento y desaparición de la luz de tu Secreto y vuelvas al punto de partida destruyendo cuanto habías construido. Reflexiona sobre las interpretaciones más bellas y sobre las conclusiones más hermosas. A este respecto ya hemos ofrecido las palabras del Shayj de nuestro Shayj Sidi ‘Ali (r.a.), “Cuando deseamos algo y se cumple, tenemos una alegría, pero si no se cumple nuestra alegría es diez veces mayor”; esta aseveración la hizo gracias a la amplitud de su conocimiento y al afianzamiento en el conocimiento de su Señor.

          Igualmente puede que Allah haga manifiesto a sus awliya el descenso del Destino pero no les haga manifiesto el descenso de su Lutfa (magnanimidad) y haga de ese descenso una puerta clara para Su magnanimidad (Lutf), conllevando con ello la expresión de un descenso del Destino fácil y liviano, hasta el punto en el que parece que no ha habido manifestación alguna del Destino, y esto lo hemos presenciado en nosotros mismos y en nuestros maestros (r.a.) sin que haya habido mengua en nuestra sinceridad ni mengua en la luz de nuestro Secreto. La alabanza sea para Allah nuestro Señor.

          Nota: Dijo nuestro Shayj el alfaquí Sidi at-Tawdi ibn Sawda: “Es confusa esta sabiduría. Alguien ha dicho, ¿cómo puede imaginarse que el tiempo esté determinado?, pues si está determinado por la Revelación, ya ha cesado, y si se trata de inspiración, la duda no ha de suponer mengua en la percepción interior pues no obliga al Imán (o facultad cognitiva del corazón del hombre); nuestra respuesta es, ‘Nuestro discurso es para los discípulos sinceros que se hallan en el camino o bien para aquellos que ya han llegado, aquellos que con sinceridad buscan la palabra de los maestros quienes son los herederos de los profetas que siguen sus pasos. La sabiduría le ha sido revelada a los profetas y la inspiración le ha sido revelada a los awliya. Cuando los corazones se depuran de las turbiedades de las contingencias y se llenan de las luces de los secretos entonces la Verdad se manifiesta en ellos y si hablan sobre una promesa o amenaza el discípulo debe tener confianza en ello y si la duda o el rechazo entra en aquello que Allah ha prometido a través de la lengua de Su Profeta o de su Shayj conllevará la mengua de la luz de su percepción interior y la extinción de su ‘secreto’.

          Si el tiempo no ha sido determinado, espera a que ocurra el acontecimiento aunque tarde, y si el tiempo ha sido determinado y no sucede lo esperado interprétalo según lo que hemos explicado anteriormente en relación a los profetas sobre la existencia de causas y condiciones ocultas;  gracias a esto se han diferenciado entre sí aquel que es sidiq de aquel que es sadiq, porque el primero no duda ni se asombra, mientras que el segundo duda y después decide y si ve una ruptura en las normas de la naturaleza (se está refiriendo al ‘milagro’ el cual supone una ruptura con el acontecimiento y el devenir habitual de las leyes de la naturaleza) se asombra y extraña. Allah es el más sabio.

          La manifestación externa del Poder de Allah hace referencia a Su atributo de Majestad, mientras que interiormente hace referencia a Su atributo de Belleza, cumpliéndose así la perfección de Sus atributos, y tal vez el discípulo dude de aquello que Allah ha prometido en cuanto a bienes encerrados en esa manifestación externa de Su Poder y en cuanto a las aperturas espirituales que en esa manifestación del Poder se hallan contenidas, y por ello ha advertido el Shayj sobre esto en la siguiente sentencia...