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Edith Bouvier y
William Daniels
Nuestros colegas Marie Colvin
(reportera del Sunday Times) y Remi Ochlik (de IP3
Presse) fueron muertos el miércoles 22 de febrero de 2012 en
el sector de Homs que ocupan los rebeldes.
Según las agencias de prensa
occidentales que citan al ejército «libre» sirio, ambos
periodistas fueron víctimas del bombardeo de las fuerzas leales
al gobierno de Damasco contra el barrio de Baba Amro. Sin
embargo, el ejército nacional utilizó los lanzacohetes múltiples
solamente de forma excepcional y por un periodo de tiempo
extremadamente corto, únicamente para destruir varias posiciones
de tiro, y no ha vuelto utilizarlos desde el 13 de febrero.
Además, si la ciudad hubiese sufrido 21 días de incesante
bombardeo, como indican las agencias de prensa, ya no sería más
que un montón de ruinas sin alma viviente.
Por lo menos 3 periodistas se hallan
aún en la zona ocupada por los rebeldes: Edith Bouvier (Le
Figaro Magazine), William Daniels y Paul Conroy (Sunday
Times). Se habla también de la presencia allí del periodista
Javier Espinosa (El Mundo).
En un video divulgado a través de
Internet, Edith Bouvier –herida en una pierna– y William Daniels
piden un cese del fuego y su propia evacuación hacia un hospital
en Líbano. Una intensa campaña mediática se organizó
inmediatamente, incluyendo la creación de varios grupos en
Facebook y una serie de declaraciones vociferantes del ministro
francés de Relaciones Exteriores Alain Juppé.
Homs carece actualmente de cobertura
GSM y G3 y las líneas telefónicas terrestres están cortadas.
En tales condiciones, cualquiera puede
darse cuenta de que si los periodistas lograron poner en
Internet su pedido de auxilio ello indica que tuvieron acceso a
un enlace satelital. Y si no han podido comunicarse con sus
familiares, con sus respectivos medios ni con sus embajadas es
porque quienes controlan ese enlace satelital les han negado esa
posibilidad. O sea, los periodistas no están en libertad de
decidir lo que hacen sino que se hallan detenidos o presos.
Para una mejor comprensión de esta
detención, es importante situarla en su contexto.
La situación militar
Los generales sirios dieron
la batalla de Homs por ganada desde el 13 de febrero e
informaron al presidente Bachar al-Assad que la batalla había
terminado. Así lo hicieron el 23 de febrero a las 19 horas.
Civiles y militares no tienen la misma
percepción de lo que es la victoria. Los civiles se imaginan un
regreso a la paz. Los militares proclaman la victoria de la
misma manera que un cirujano cuando anuncia que ha concluido con
éxito una operación quirúrgica. A pesar del éxito, la persona
operada tendrá que someterse aún a varios meses de cuidados y
dedicar años a un proceso de reeducación. En concreto, para los
militares el fin de la batalla significa que los rebeldes están
aislados en una zona totalmente controlada y que han dejado de
ser un peligro para el resto del país.
Las principales arterias de la ciudad
han sido reabiertas a la circulación, pero se mantienen a lo
largo de kilómetros numerosos dispositivos que obligan los autos
a avanzar al paso de un hombre y en zigzag. La mayoría de la
población ha abandonado la ciudad, que aún sigue siendo una
ciudad fantasma.
La batalla de Homs se desarrolló en 3
etapas:
Durante
los primeros días, las tropas sirias no pudieron entrar en los
barrios controlados por los rebeldes debido al fuego de cohetes
antitanques, esencialemente de misiles MILAN [Arma antitanque de
fabricación franco-alemana. Nota del Traductor.].
Posteriormente,
las tropas sirias bombardearon
las posiciones de tiro de los misiles antitanques, al costo
de importantes daños colaterales entre sus conciudadanos,
mientras que los rebeldes se replegaban hacia un solo sector que
mantenían en su poder.
Finalmente,
las tropas lograron rodear el bastión de los grupos armados,
penetraron en él y comenzaron a liberar calle por calle. En aras
de evitar posibles contraataques contra grupos de vanguardia,
las fuerzas del ejército sirio no tratan de penetrar puntos
precisos sino que adelantan sus líneas de manera uniforme, lo
cual hace más lento su avance.
La zona rodeada contaba antes unos 40
000 habitantes. En este momento queda allí una cantidad
indeterminada de civiles, principalmente personas de avanzada
edad que no pudieron escapar a tiempo, y unos 2 000 elementos
armados del ejército «sirio» libre. Bajo esa etiqueta se
presentan varias facciones rivales divididas en 2 tendencias
fundamentales: los takfiristas, quienes consideran que la
democracia es incompatible con la práctica del Islam y que los
alauitas (como Bachar al-Assad) son herejes que no pueden
ejercer ningún tipo de responsabilidad política en tierra
musulmana, y ex convictos reclutados como refuerzos del
denominado ejército «sirio» libre. Estos últimos, que ya no
están recibiendo el pago prometido, se han vuelto autónomos y no
obedecen a la misma lógica que los takfiristas. La mayoría de
los combatientes extranjeros huyeron de Homs antes de que las
tropas sirias lograran cercar el bastión y están reagrupándose
en el norte del país, en el distrito de Idlib.
Los rebeldes que aún quedan en Baba
Amro disponen de una cantidad considerable de armas y municiones
pero, en la actual situación, ya no están recibiendo
aprovisionamiento y –de no producirse una intervención militar
extranjera– acabarán rindiéndose tarde o temprano.
Sus arsenales incluyen fusiles de
francotirador del tipo Dragunov, equipados de sistema de visión
nocturna, y morteros de 80 y 120 milímetros, así como grandes
cantidades de explosivos. Han creado depósitos de armas en
varios sótanos e incluso han escondido armamento en el
alcantarillado aunque, contrariamente a lo que se ha dicho, los
conductos de la red de alcantarillas de Homs son demasiado
estrechos y no permiten la circulación de personas a través de
ellos. Asimismo, los túneles que lograron hacer cuando gozaban
del respaldo del gobernador de Homs ya no tienen ventilación y
su utilización se ha hecho imposible. El ex gobernador de Homs,
por su parte, hace tiempo que buscó refugio en Qatar, donde hoy
percibe el salario prometido como recompensa por su traición.
La población que en algún momento
apoyó a los rebeldes hoy está siendo utilizada por estos como
escudo humano. Los civiles que tratan de huir son abatidos por
los francotiradores rebeldes y, al tratarse esencialmente de
personas de avanzada edad, los civiles retenidos no tienen cómo
rebelarse contra sus captores.
Todo parece indicar que la división
reinante en las filas del ejército «sirio» libre, la falta de
apoyo popular y las pocas esperanzas en cuanto a la llegada de
refuerzos internacionales van provocar la rendición de una parte
de los rebeldes. Sin embargo, los takfiristas pudieran decidir
luchar hasta la muerte.
Por el momento, los rebeldes están
impidiendo la huida de los civiles que aún quedan en la zona
bajo su control y están dinamitando las casas vacías, al ritmo
de unas 10 casas al día. Mientras tanto, algunos comandos que
aún se encuentran fuera de la zona cercada están hostigando los
campamentos del ejército regular en un esfuerzo por
desorganizarlo y romper el cerco. Para ello recurren al uso de
autos repletos de explosivos, que se ha hecho posible debido a
la reapertura de las principales arterias, lo cual explica que
se hayan mantenido los sistemas de control que hacen más lenta
la circulación.
Baba Amro no se halla actualmente bajo
bombardeo del ejército. Los únicos bombardeos que se mantienen
en este momento son los disparos de morteros de los rebeldes
contra el ejército nacional.
La situación de los
periodistas
Los periodistas presentes en el barrio
rebelde se hallan todos en un mismo apartamento, calificado como
«centro de prensa», cuya ubicación exacta se desconoce hasta el
momento.
Estos periodistas penetraron en Siria
de forma ilegal, a pesar de que podían haber solicitado una visa
de prensa, visa que les habría sido otorgada, exceptuando
únicamente a aquellos que tienen la nacionalidad israelí debido
al estado de guerra existente entre Israel y Siria.
Estos periodistas llegaron a Homs a
través de una única red que organiza ese tipo de traslado, ya
sea desde el norte del Líbano o desde el sur de Turquía. Esa
red, que actúa como oficina de relaciones públicas del ejército
«sirio» libre, los puso en contacto con las personas que los
albergan y cuya identidad no se ha precisado aún.
Este viernes 24 de febrero de 2012, la
Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja Siria negociaron
con el ejército «sirio» libre –a través del puesto de la Media
Luna Roja dentro de la zona cercada– y obtuvieron la
autorización de esa fuerza para penetrar en la zona con varias
ambulancias, repatriar los cuerpos de los dos periodistas
muertos y evacuar a los demás, tanto a los heridos como a los
otros. Sin embargo, en el último momento, los periodistas se
negaron a irse, por miedo a ser víctimas de una trampa de las
autoridades de Damasco.
Uno de sus colegas franceses, quien por su parte logró salir del
lugar antes de que se cerrara el cerco, convenció a estos
periodistas de que el gobierno sirio tenía previsto eliminarlos
de todas formas. Además, al no tener acceso a los canales de
televisión satelital de los países de la OTAN y de los miembros
del Consejo de Cooperación del Golfo, los periodistas retenidos
en Homs incluso creen que los combates se extienden a toda
Siria.
Como las ambulancia permanecían vacías
en el momento de la partida, la Media Luna Siria fue autorizada
a evacuar a 27 civiles enfermos o heridos, quienes fueron
transportados al hospital al-Amin de Homs, en la parte liberada
de la ciudad. La oficina londinense de la Hermandad Musulmana,
conocida bajo la apelación de Observatorio Sirio de los Derechos
Humanos, que afirma que los hospitales sirios se han convertido
en centros de tortura, ha hecho correr el rumor de que la
policía siria arrestó después a varios de esos heridos. Después
de investigar dichas alegaciones, la Media Luna Roja hizo saber
que esas acusaciones son totalmente falsas.
El sábado 25 de febrero, la Cruz Roja
Internacional y la Media Luna Roja Siria solicitaron al ejército
«sirio» libre otra autorización para entrar nuevamente en la
zona cercada. Al estar yo presente en el lugar de los hechos, yo
mismo me puse a la disposición de las autoridades para facilitar
la salida de mis compatriotas y colegas. Las negociaciones
duraron más de 4 horas. Varios países, Francia entre ellos,
fueron mantenidos al corriente del desarrollo de los
acontecimientos.
Después de varias peripecias, los
oficiales del ejército «sirio» libre recibieron a través de un
enlace satelital la orden de rechazar el pedido. Las
comunicaciones cifradas entre los elementos armados que se
mantienen en Homs y sus superiores jerárquicos llegaban a Beirut
o transitaban a través de Beirut. De hecho, los periodistas
están siendo utilizados como escudos humanos, más eficaces aún
que la población civil, ya que los rebeldes temen un asalto
final de las fuerzas sirias.
Los periodistas son por lo tanto
prisioneros de quienes mueven los hilos del ejército «sirio»
libre, los mismos a quienes los «Amigos de Siria» reunidos en
Túnez llaman a aportar apoyo, financiamiento y armas.