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Hala, una niña de
6 años, es la portavoz que
el MI6 británico ha escogido
para “denunciar” un futuro
ataque químico contra la
población de Idlib,
atribuyéndolo al “régimen
sirio”. Como en los casos
anteriores, se trata de
justificar una intervención
militar extranjera
contra Siria.
Creado en enero de 2018 en Washington,
bajo la presidencia del estadounidense David Satterfield, el «Pequeño Grupo»
(Small Group) buscaba reactivar el proyecto Rumsfeld-Cebrowski
de destrucción de los Estados y sociedades en los países del
Medio Oriente en general y, en particular, en Siria. El Pequeño
Grupo se componía inicialmente de Arabia Saudita,
Estados Unidos, Francia, Jordania y Reino Unido –dándose por
sentado que los países árabes miembros no serían destruidos a
corto plazo.
Secreto en el momento de su creación,
el Pequeño Grupo se ha convertido poco a poco en una entidad
pública a la que se integraron Alemania y Egipto. Al parecer
se hizo también más razonable y ahora da la impresión de estar
buscando una salida honorable a la crisis. Incluso ha entrado
en contacto con el Grupo de Astaná (Irán, Rusia y Turquía).
Pero el Reino Unido ha reactivado el
proyecto contra Siria con la preparación de una operación bajo
bandera falsa en la zona de Kfar Zita. Para realizar esa nueva
provocación, varios especialistas de la firma Olive han sido
enviados al terreno y cierta cantidad de armas químicas han
llegado a la provincia siria de Idlib mientras que los
White Helmets (Cascos Blancos) secuestraban 44 niños, que
el MI6 británico piensa sacrificar para atribuir sus muertes a
un «ataque químico» del Ejército Árabe Sirio contra los «rebeldes».
El MI6 ya tenía organizada la
divulgación de esta nueva intoxicación mediante el «testimonio»
que ofrecería Hala [la niña de 6 años cuya foto acompaña este
trabajo]. Para eso creó, el 29 de julio, una cuenta en Twitter
a nombre de Hala, cuenta a la que se suscribieron de inmediato
unos 30 medios de prensa, en espera de la señal de inicio de
la Operación «Eyes on Idlib». Entre esos medios de
propaganda aparecen la BBC [1],
Radio Free Europe/Radio Liberty [2],
BuzzFeed y The Huffington Post [3],
que participan todos, de manera activa y consciente, en la
propaganda de guerra británica.
Simultáneamente, el Pentágono ha
desplegado en el Golfo Pérsico el destructor USS
The Sullivans (DDG-68), con 56 misiles crucero a bordo, y ha
enviado a la base aérea de Al-Udeid, en Qatar, un bombardero
estratégico B1-B, armado con 24 misiles crucero
aire-tierra AGM-158 JASSM.
Está demostrada la responsabilidad de
la primer ministro británica Theresa May en las acciones del
MI6. Pero no se sabe quién ordenó el despliegue militar
estadounidense.
Marchando –como siempre– tras
los pasos de Londres, el presidente francés Emmanuel Macron
teorizó la semana pasada sobre la reanudación de la guerra
contra Siria ante los embajadores franceses reunidos en su
encuentro anual en París. Ignorando la decisión del
pueblo sirio, que eligió a su actual presidente acudiendo
masivamente a las urnas en 2014, el presidente francés Macron
hizo una declaración especialmente hipócrita en la que
en realidad propone decidir en lugar de los sirios: «Respetemos
la soberanía de Siria. Pero respetémosla verdaderamente,
permitiendo al pueblo expresarse y encarnarla.» [4]
Los autores del plan destinado a
justificar una nueva agresión occidental contra Siria saben
perfectamente que, ante el pueblo sirio, ya perdieron la guerra.
Lo que quieren ahora es provocar un enfrentamiento con Rusia,
que se convertiría rápidamente en una guerra mundial.
Siria y Rusia reaccionaron sin demora,
denunciando los hechos, o sea todos los preparativos de la
provocación. Rusia ha enviado además importantes cantidades de
material militar al puerto sirio de Tartús, en el
portacontenedores Sparta-3. Moscú ha reforzado también su
presencia naval frente a la costa de Siria –10 navíos de guerra
y 2 submarinos rusos– y ha iniciado en la zona una gran maniobra
aeronaval en la que participan 25 barcos de guerra y unos
30 aviones.
Extremadamente inquieto, el
Departamento de Estado estadounidense acaba de enviar el
embajador James Jeffrey a calmar los ánimos en los países de
la región. Jeffrey visitará Israel, Jordania y Turquía
en compañía del coronel de la inteligencia militar Joel Rayburn,
adjunto del asistente del secretario de Estado a cargo del Medio
Oriente, David Satterfield. Los dos enviados estadounidenses
deben asegurar a sus interlocutores que Washington no se prepara
para bombardear Siria bajo un nuevo pretexto fabricado.
Pero si los interlocutores regionales
de la delegación estadounidense reúnen el coraje necesario,
tendrán que solicitar algunas precisiones. Por ejemplo,
¿el asistente del secretario de Estado a cargo del Medio Oriente
–David Satterfield– está aplicando la nueva política del
presidente Donald Trump o en realidad prosigue la política de
George Bush hijo y de Barack Obama?
Y tendrían que hacer también una
pregunta que puede parecer todavía más extraña. La posición de
Londres es claramente anti-rusa y la de la Casa Blanca
evidentemente proestadounidense. Pero, ¿cuál es exactamente
la línea del Pentágono? [5]