OMAR IBN AL-JATTAB 

 

        Fue el segundo califa del Islam después de Abu Bakr. Su rango era firme y con él, Allah reforzó el Islam en sus primeros tiempos. Su voluntad era poderosa y por ello era temido entre su gente. Fue un gran enemigo declarado del Islam, pero cuando se hizo musulmán se convirtió en su pilar más sólido. 

 

        Cuando el Islam aún era clandestino, él no dudó en hacer pública su elección, dejando pasmados a los arrogantes qurayshíes. Fue estandarte del Islam, e interiormente un perfecto musulmán. Siguió la vía en sus dos niveles: fue correcto exteriormente y correcto interiormente. Su cuerpo y su corazón obedecían la misma regla. 

 

        Se ha dicho: ..El Tasawwuf es llegar a mostrar externamente lo que se es internamente". El Profeta le dijo: .'Oculta tu Islam", y él le respondió: .'Lo mismo que declaré mi infidelidad, declaro hoy mi fidelidad'. Cuando Omar se hizo musulmán, Yibril dijo a Muhammad: ""Hoy es un día de alegría entre las gentes del cielo". 

 

        De él se ha dicho que la calma hablaba por su boca y vivía en su corazón, pero no dejó de ser decidido y valeroso. Él era una espada, y porque era cortante se le llamó Faruq: separaba con claridad entre lo que era verdadero y lo que era falso. 

        Desde el primer momento se puso al frente de los musulmanes, se convirtió en su defensor y cargó con el peso, y no se echaba atrás ante nada. Se ha dicho: "El Tasawwuf es arrojo, es aceptar lo difícil para eliminar las tribulaciones". Cuando los musulmanes abandonaban a escondidas Meca, él subió a su caballo, se colgó a la cintura la espada y cogió su arco, y se dirigió hacia la Kaaba y, ante los ojos de los qurayshíes, le dio siete vueltas a lomos de su montura, hizo el salat, y después les dijo: .'Quien quiera dejar a su mujer viuda y a sus hijos huérfanos que intente seguirme", y no lo siguió nadie. 

 

        Se ha dicho: "El Tasawwuf es buscar a Allah dejando atrás la creación". Tras la muerte de Abu Bakr fue elegido por los musulmanes como califa, le confiaron sus asuntos públicos y él jamás los defraudó. Un viernes, desde el almimbar de la mezquita, dijo a los musulmanes: "Si os ordenara hacer algo injusto, ¿qué haríais?" Y nadie osó responderle: tal era el respeto que le tenían. Volvió a hacer la misma pregunta, hasta que alguien le dijo: "Príncipe de los musulmanes, te pediríamos que renunciases a tu orden, y si lo hicieras seguiríamos obedeciéndote. Pero si insistieras, te cortaríamos esa parte de tu cuerpo donde tienes los ojos", Y él dijo entonces: "Doy gracias a Allah porque entre los musulmanes haya quien nos corrija cuando nos equivoquemos" .

 

        De él había dicho Sidna Muhammad (s.a.s.): "'Omar es alguien que no ama lo vano". Y ese es el camino de los sinceros. A pesar de su fuerza se dejaba criticar por todos para encontrar sus fallos y corregirlos. En cierta ocasión dijo: .'Cuando veáis un sabio que ama las riquezas, temed por vuestro Islam". Y él nunca tuvo más de dos túnicas a la vez. Rádia llâhu 'ánhu.