SIETE TRAMPAS DEL SHAYTÂN

Shaij ‘Uzmán Dan Fodio

Fragmento de su obra: Tarîqa al-Yanna

 

Shaij ‘Uzmán Dan Fodio (r.a.) fue un gran ‘alim de África Occidental. Vivió en el siglo XIX. Es conocido tanto por su vasta sabiduría islámica, que desarrolló en varios campos del conocimiento, como por su labor de reunificación de pueblos musulmanes en una comunidad islámica, el califato de Sokoto, en los actuales Níger y Nigeria. Es conocido también por ser uno de los introductores de la tarîqa Qâdiriyya en África Occidental, a pesar de que en su acción educativa e incluso política nunca quiso imponer su tarîqa sobre las demás. Recordado y respetado por los pueblos afrooccidentales, este sheij nos ha dejado textos de gran valor como el que sigue.

 

-o0o-

 

Por lo que respecta a las trampas del Shaytân contra ti, éstas son siete:

 

        1.     Te pone impedimentos para realizar actos de ‘ibâda. Repélele, si Allah te auxilia en ello, siendo consciente que necesitas hacer esos actos de ‘ibâda para tener provisión para esta vida y la otra, la cual no tiene fin.

        2.     Te ordena dejar para luego los actos de ‘ibâda. Repélele, si Allah te auxilia en ello, siendo consciente que el tiempo que tienes destinado no está en tus manos, y que puedes morir en cualquier momento.

        3.     Te ordena apresurarte en los actos de ‘ibâda diciéndote “¡Date prisa! Así podrás hacer esto y aquello”. Repélele, si Allah te auxilia, siendo consciente que pocos actos de ‘ibâda hechos con perfección son mejores que muchos hechos de cualquier manera.

        4.     Te ordena perfeccionar tus actos de ‘ibâda para que te vean los hombres. Repélele, si Allah te auxilia, siendo consciente que la mirada de Allah es superior a la mirada de los hombres.

        5.     Susurra arrogancia y orgullo en tu corazón diciéndote: “¿Quién es mejor y más preciso en su ‘ibâda que tú?”. Repélele, si Allah te auxilia, siendo consciente que tus actos de ‘ibâda son una bendición de Allah, no tu bendición. Si no fuera por la bondad de Allah, no se podría hacer ninguna ‘ibâda. 

        6.     La mayor de sus trampas es la siguiente: te dice “Esfuérzate en esconder tu ‘ibâda en secreto. Pronto hará que tus actos se manifiesten ante el mundo”. Repélele, si Allah te auxilia, tú eres un siervo de Allah y Él tu Dueño. Si quiere, manifestará tu ‘ibâda y si quiere la mantendrá oculta. [Es decir, te dará prodigios –karâmat- y respeto ante la gente]. Si quiere, te hará importante, y si quiere, insignificante. Él es quien va a decidir y tú no debes preocuparte por si manifiesta tus actos a la gente o no, porque Él no anhela nada de la creación.

        7.     El Shaytân sugiere a tu corazón que no tienes necesidad de los actos de ‘ibâda, que estás destinado a pertenecer a la élite espiritual, que no hay peligro si dejas los actos de ‘ibâda. Repélele, si Allah te auxilia, siendo consciente que eres un siervo. Y el deber de un siervo es cumplir con los derechos y los deberes de la servidumbre (‘ubûdiyya).

Allah es el Rabb, el Señor, y sabe cuáles son los derechos de la rubûbiyya, su dominio señorial. Los actos de ‘ibâda te beneficiarán, aunque estés entre las gentes de Allah. Te beneficiarán acrecentando tu recompensa. Y si no has sido creado o destinado para formar parte de las gentes de Allah, Allah no te va a castigar por la ‘ibâda, va a ser la mejor de tus provisiones ante Él. [Es decir, la posición del musulmán no puede ser extremista: ni tener un exceso de confianza en las posibilidades de salvación de uno mismo gracias a su ‘ibâda ni el desespero y la convicción que uno va a perecer en el Fuego. El punto medio es hacer la ‘ibâda y tener confianza en la aceptación de Allah.]

 

¿Cómo es posible que vayas al Fuego cuando la Promesa de Allah es cierta y Sus Palabras veraces? Él ha prometido una inmensa recompensa por los actos de ‘ibâda. Cualquier persona que encuentre a Allah mientras tiene îmân y ta’â, obediencia, no entrará en el Fuego y ganará el Paraíso mediante la Promesa de Allah, el Veraz, y no por ningún acto en concreto. Allah ha dejado esto claro en el Corán: “Y dirán: alabanzas a Allah que ha cumplido Su Promesa con nosotros haciéndonos herederos de la tierra. Nos acomodaremos en el Jardín donde queramos. ¡Qué excelente la recompensa de los que actúan!” (sûra aç-Çumar, 74).

 

Así que, ¡hermanos míos, despertad! Es como Él dijo. Buscar el auxilio solamente en Allah y refugiaos en Él. Todos los asuntos están en Sus Manos y solamente de Él proviene el éxito. Y no hay poder ni fuerza excepto con Allah, el Altísimo y el Más Grande.