La circuncisión (al-Jitán) debió ser una práctica bastante común en la
Arabia primitiva y así lo testimonia la poesía preislámica. En un hadiz se
dice que Abraham (Sidna Ibrahim a.s.) fue circuncidado a los ochenta años, pero
existe otra tradición que sitúa en trece años la edad de su circuncisión.
Puede que en este último dato haya un reflejo de la práctica en los primeros
siglos del Islam, tal como aparecen, por ejemplo, en los datos relativos a Ibn
´Abbas: según ciertas tradiciones, él fue circuncidado a los quince años.
La circuncisión se menciona igualmente en el hadiz a propósito de la historia
del horóscopo del emperador bizantino Heraclio: Heraclio leyó en las estrellas
un mensaje sobre el “Rey de los circuncisos”; entonces llegó un enviado del
rey Ghassán trayéndole la noticia de la predicación del Islam por Muhammad;
se supo entonces que el mismo enviado estaba circuncidado e hizo saber al
emperador que la circuncisión era una práctica corriente entre los árabes.
En otro hadiz se reconoce que la circuncisión es una institución preislámica.
Se la cita entre los rasgos de las costumbres naturales (sunna al-Fitra), junto
a cortarse las uñas, limpiarse los dientes, recortarse los bigotes, dejarse la
barba, etc. Existen diferencias según las diversas escuelas de Fiqh (madhabs)
sobre las reglas del Jitán o circuncisión. Traduciremos el pasaje del Imâm an-Nawawí
en su comentario a los hadices de Muslim, en su capítulo sobre la tahara: “la
circuncisión es obligatoria según Shafi´i y otros doctores, y es Sunna según
la mayoría y según Málik también. Por otro lado Shafi´i dice que es
obligatoria tanto para hombres como para mujeres. En lo que concierne a los
hombres, es obligatorio cortar toda la piel que recubre el glande, de modo que
éste quede completamente desnudo. En la que concierne a las mujeres, es
obligatorio cortar una pequeña arte de la piel en el lugar más elevado de las
partes genitales (Nota: no se trata pues de la amputación del clítoris). El
punto de vista correcto en el interior de nuestra escuela (Maliki) es que el Jitán
está permitido, pero no es obligatorio, y desde otro
punto de vista particular es que el tutor está obligado a hacer
circuncidar a los niños antes de que alcancen una edad adulta”.
A pesar de todo lo anterior, el Jitán no tiene un lugar importante en las obras de Fiqh, y se deja a la práctica popular las consideraciones acerca de su valor. Diremos que la circuncisión femenina es prácticamente inexistente, incluso totalmente desconocida en la mayor parte del mundo musulmán. Sin embargo, la circuncisión masculina es universalmente admitida y llega a formar parte –erróneamente- de los signos de identidad musulmana, incluso a niveles muy populares la importancia exagerada que se le concede no tiene ningún sostén en la shari´a, donde se la cita en el mismo nivel de otras costumbres, como la barba, a las que sin embargo no se le confiere tanta trascendencia. Pudiera ser que parte de la importancia que se le da al Jitan tenga relación con la tradición que cuenta Rasûlullâh (s.a.s.) nació circunciso.