El
arreglo de las disputas
A la vez que incumbe a aquellos que tienen un conflicto arreglar sus
diferencias de una forma fraternal, la comunidad musulmana también tiene la
responsabilidad a este respecto. Debido al hecho de que la sociedad musulmana
está basada en la mutua cooperación y ayuda, no puede permanecer pasivamente
contemplando como sus miembros disputan entre sí, haciendo que el conflicto sea
cada vez mayor. Es responsabilidad de aquellos que detentan la autoridad y el
respeto dentro de la comunidad arreglar la situación para que las cosas
funcionen correctamente, con absoluta imparcialidad y sin permitirse el
implicarse emocionalmente con uno u otro lado del conflicto. Allah (s.t.) dice:
En
verdad, los musulmanes son hermanos. Entonces resolved en derecho entre vuestros
hermanos y permaneced conscientes de Allah para obtener Su Misericordia. (49:10)
El Profeta (s.a.s.) explicó el mérito de tal mediación y el peligro
del conflicto y la hostilidad diciendo,
¿Acaso no os informaré de algo más excelente en grado que el ayuno, la caridad y el Salât?. Al serle respondido, 'Ciertamente', él dijo, 'Se trata de arreglar las cosas bien entre la gente, pues incitar a esta a la disputa es como una navaja, y con ello no quiero decir que se con ella se afeite el cabello, sino que con ella se esquila el Dîn (el Islam). (Transmitido por Tirmidzi y otros)
"No
permitáis que unos se mofen de otros"
En
las ayas 49:10-12, Allah ha prescrito un número de asuntos relacionados con la
salvaguarda de la hermandad y lo que ello implica en relación al respeto
inmenso que hay que mantener entre los seres humanos.
La primera de estas cosas que quedan prohibidas es la burla, la mofa y el
ridiculizar a los demás. El musulmán que teme a Allah y espera alcanzar el
Jardín en la Próxima vida no se burlará de nadie ni hará de nadie objeto de
sus chistes, desprecio, sarcasmo o mofa, porque todo esto no es mas que orgullo,
arrogancia y desprecio por los demás e ignorancia de los medios de los que se
sirve Allah para extender su bondad. Dice Allah (s.t.):
Que
nadie se mofe de nadie, pues ellos pueden ser mejores que ellos mismos, ni las
mujeres se burlen de otras que pueden ser mejores que ellas mismas. (49:11)
Ante Allah, la bondad se mide por el Imán, la sinceridad y el grado de
calidad en la relación con Allah (s.t.), y no por la apariencia física, la
riqueza o el poder. Dijo el Profeta (s.a.s.):
Allah
no mira en vuestra apariencia física o en vuestra riqueza, sino que Él mira en
vuestros corazones y en vuestros hechos. (Transmitido por Muslim)
¿Cómo, entonces, puede ser lícito para una persona reírse de la
discapacidad de otro, de su deformidad, o de su pobreza?. Se ha narrado que 'Abdullah
bin Mas'ud tenía unas piernas muy delgadas y débiles. En cierta ocasión, al
ver sus piernas descubiertas, cierta gente se rió de él, y entonces el Profeta
(s.a.s.) dijo,
¿Os
reís de la flaqueza de sus piernas? Por Aquel en Cuyas manos está mi alma, en
la escala de Allah sus piernas son más fuertes que el Monte Uhud. (Transmitido
por at-Tiyalisi y Ahmad)
El Corán cuenta como los criminales idólatras solían reirse de los
musulmanes sinceros, especialmente de los débiles y oprimidos como Bilal y 'Ammar,
y como las tablas serán vueltas del revés el Día del Juicio, cuando los que
se burlan serán los burlados:
En verdad, los criminales solían reírse de aquellos que creían y se
guiñaban unos a otros cuando pasaban por su alrededor, y cuando regresaban con
sus familias volvían riéndose de ellos. Y cuando los veían decían,
'Seguramente esta gente está extraviada'. Pero no han sido enviado como
vigilantes de ellos. Entonces en este día aquellos que han llegado al Islam se
reirán de los incrédulos. (83:29-34)
Prohibición
de la calumnia
La
segunda de estas prohibiciones es contra lo que se llama lamz,
que literalmente significa "desgarrar y acuchillar". Aquí este término
posee el significado de encontrar faltas, ya que la persona que busca faltas en
otra está haciendo algo similar a desgarrarle con una espada o acuchillarle con
una daga -y tal vez la herida que inflinga con la lengua aún sea más duradera.
Tal como dijera un poeta:
Las heridas de la hoja pueden cicatrizar en un día
¿Y las heridas de la lengua? Puede que nunca.
La forma de prohibición expresada en esta aya es muy sutil, al decir, "No calumniaros a vosotros mismos", es decir unos a otros. Pues el Corán se dirige a la comunidad de musulmanes como un cuerpo único, y aquel que difama o calumnia a su hermano es como si se lo hiciera a sí mismo.
No
injuriéis por apodos
Una forma de difamar o calumniar es llamar a los otros por medio de apodos despectivos basados en algún defecto que pueda ser objeto de mofa por parte de los demás. Un musulmán no debe apodar a su hermano mediante un nombre que le resulte ofensivo causándole con ello daño y pisoteando de esta manera el sentimiento de hermandad islámico.
La
sospecha
El
objetivo del Islam es establecer una sociedad basada en la claridad y
transparencia de la conciencia y la mutua confianza, y no en la duda, la
sospecha, las acusaciones y la desconfianza. Así esta aya menciona la cuarta
prohibición mediante la cual se salvaguardan las relaciones entre las personas.
¡Oh
vosotros los creyentes! evitad caed en la sospecha; en verdad la sospecha es una
trasgresión. (49:12)
El tipo de sospecha que constituye un delito o trasgresión es la
adscripción de malas intenciones, y no es lícito que un musulmán impute tales
motivaciones a su hermano sin una justificación o una clara evidencia. Porque
el presupuesto básico es que una persona es inocente, y por tanto una mera
sospecha no debería acabar siendo una acusación de un inocente. A este
respecto el Profeta (s.a.s.) dijo,
"Evitad
la sospecha, pues airear una sospecha es la peor forma de lenguaje."
(Transmitido por al-Bujari y otros)
La debilidad humana es tal que nadie está libre de la sospecha y los
malos pensamientos, especialmente de aquellos con los que no se mantiene una
buena relación. Sin embargo, uno no debe caer en tales pensamientos y no pasar
de estos a la acción, tal como se dice en el hadiz,
"Si tienes una sospecha, no le des rienda suelta." (Transmitido por at-Tabarani)
Espiarse
mutuamente
La desconfianza de otros produce interiormente malos pensamientos y
exteriormente conduce a la persona a espiar al otro. Pero el islam fundamenta su
sociedad en la pureza tanto interna como externa del ser humano. Por tanto, como
a la suspicacia le sigue el espiar, la prohibición del espiarse viene
inmediatamente tras la prohibición de la sospecha.
Entrometerse en los asuntos privados de otros y espiar sus secretos es
algo prohibido, aunque aquellos a los que se espíen estén cometiendo algún
delito o trasgresión, ya que aún así afecta a la vida personal de cada uno y
no se realiza abiertamente.
Abu Haitham, el escriba de 'Uqbah bin 'Amir, un Compañero del Profeta
(s.a.s.) narró, "Le dije a 'Uqbah bin 'Amir, 'Algunos de nuestros vecinos
beben vino, se lo voy a comunicar a las autoridades para que los arresten'.
Dije, 'Les dije que dejaran de hacerlo pero no me escucharon. Por tanto voy a
informar a las autoridades de ello para que sean arrestados.' Entonces dijo 'Uqbah,
'¡Desgraciado de ti! No hagas eso, pues escuché decir al Mensajero de Allah
(s.a.s.) decir,
Si
alguien oculta los asuntos privados de otros, es como desenterrar a una niña
que hubiera sido enterrada viva en su tumba. (Transmitido por Abu Dawd, an-Nisai,
Ibn Hibban en su Sahih
y al-Hakim. La cita está tomada de Ibn Hibban)
El Profeta (s.a.s.) clasificaba a aquellos que aireaban los defectos de
otros entre los hipócritas, que proclaman su fe con sus lenguas pero que sus
corazones no confirman aquello que dicen. Él denunciaba a esta gente públicamente.
Ibn 'Umar narró, "El Mensajero de Allah (s.a.s.) se subió al estrado y
dijo en voz alta,
Oh
vosotros que declaráis el Islam con vuestras lenguas pero cuyos corazones no
han sido alcanzados por el Imán, no molestéis a los musulmanes ni busquéis
sus faltas, pues aquel que busca las faltas de su hermano musulmán Allah buscará
las suyas, y cuando Allah busca las faltas de alguien, Él las expone, aunque
permaneciera dentro de su casa. (Transmitido por at-Tirmidi, e Ibn Mayah ha
narrado algo similar)
Con el objeto de salvaguardar la intimidad personal, el Profeta (s.a.s.)
prohibió estrictamente que nadie curioseara en el interior de las casas de los
demás sin el permiso de sus dueños y absolvió a los mismos de todo daño que
pudiera causar a aquel que fisgoneara en ellas. Dijo,
Si
alguien mira furtivamente en el interior de las casas de los demás sin su
permiso, es lícito para sus dueños sacarle los ojos. (Transmitido por al-Bujari
y Muslim)
Igualmente prohibió la escucha clandestina de las conversaciones de la
gente sin su conocimiento o aprobación, diciendo,
Aquel
que escucha clandestinamente la conversación de la gente contra su deseo le será
vertido plomo derretido en sus oídos el Día del Juicio. (Transmitido por al-Bujari
y Muslim)
Allah (s.t.) ha hecho obligatorio a la persona que quiere visitar a otra
en su casa no entrar a la misma hasta que se le de permiso y haya saludado a sus
moradores:
Oh
vosotros los creyentes, no entrad en las casas ajenas hasta que hayáis pedido
permiso y hayáis dado el salam
a sus moradores; esto es lo mejor para vosotros para que seáis tenidos en
cuenta. Y si no encontráis a nadie, no entréis hasta que se os de el permiso.
Y si se os dice, 'Retiraos', hacedlo; esto es lo mejor para vosotros; y Allah
conoce lo que hacéis. (24:27-28)
El Profeta (s.a.s.) dijo,
Aquel
que descorre la cortina y mira en el interior de una casa antes de que se la
haya dado permiso para entrar ha cometido una ofensa. (Transmitido por Ahmad y
at-Tirmidi)
Los textos prohibiendo el espionaje y la intromisión en las faltas de
los demás se aplican por igual tanto a los gobiernos como a los individuos.
Mu'awiya narró que el Profeta (s.a.s.) dijo,
"Si
haces público las faltas de los demás, los corromperás, o bien los conducirá
muy cerca de la corrupción," (Transmitido por Abu Dawd e Ibn Hibban en su Sahih)
Y Abu Imama narró que el Profeta (s.a.s.) dijo,
El gobernante que siembra la sospecha entre la gente acaba corrompiéndola. (Transmitido por Abu Dawd)
La
murmuración y el chismorreo
La
sexta cosa prohibida en la aya citada arriba es el chismorreo y la murmuración:
Y
no ...murmuréis unos con otros. (49:12)
El Profeta (s.a.s.) quiso dirigir la atención de sus Compañeros sobre
el significado de la murmuración a través de preguntas y respuestas. Les
preguntó,
'¿Sabéis
que es la murmuración?' y ellos respondieron, 'Allah y Su Mensajero lo saben
mejor'. Él dijo, 'Es decir algo de tu hermano que no le gustaría'. Alguien
preguntó '¿Qué sucede si lo que digo de mi hermano es verdad? El Profeta
(s.a.s.) replicó, 'Si lo que dices de él es cierto, es murmuración, y si no
es verdad lo has calumniado.' (Transmitido por Muslim, Abu Dawd, at-Tirmidi y an-Nisai.
Cuando a una persona no le agrada otra, es muy probable que le encuentre
faltas en su apariencia, en su conducta, en su familia o en cualquiera otra cosa
relacionada con él. 'Aisha narró que le dijo al Profeta (s.a.s.) "¿No
ves que Safiyya (otra de las mujeres del Profeta) es tal y tal?" queriendo
decir con ello que era de poca importancia. El Profeta (s.a.s.) le replicó,
"Has
dicho una palabra tal como aquella, si esa palabra se hubiera mezclado con el
agua del océano, éste se hubiera ennegrecido." (Transmitido por Abu Dawd,
at-Tirmidi y al-Bayhaqi)
La murmuración no es mas que el deseo de menospreciar a alguien,
calumniar su honor y mofarse de sus logros en su ausencia. Desde el momento en
que esto es como una puñalada por la espalda, constituye una expresión de
estrechez mental y cobardía. La murmuración es un rasgo negativo, un
instrumento destructivo, ya que aquel que es aficionado a la misma no deja a
nadie ileso de sus dardos.
No es de extrañar entonces, que el Corán pinte tal repulsivo cuadro de
este vil hábito que hace hundirse a la persona en el horror:
Y
no...murmuréis unos de otros; ¿os gustaría comer la carne de vuestro hermano
muerto? Aborreceríais de aquello. (49:12)
Si uno ya se siente enfermo nada mas pensar en comer carne humana, ¿¡cómo
no ha de ser más repugnante aún pensar comer la carne de nuestro hermano
muerto!?.
Siempre que se le mostraba una oportunidad, el Profeta (s.a.s.) hacía
hincapié en esta imagen coránica para que quedara grabada en las mentes y
corazones de la gente. Ibn Mas'ud narró, "Estábamos sentados con el
Profeta (s.a.s.). Entonces un hombre se levantó y se fue. Acto seguido otro
empezó a hablar mal de él. El Profeta (s.a.s.) le dijo, 'Límpiate tus
dientes'. El hombre replicó, '¿Por qué? No he comido carne.' El Profeta
(s.a.s.) le contestó,
'Has
comido la carne de tu hermano.'" (Transmitido por at-Tabarani)
Yabir ha narrado, "Mientras estábamos con el Profeta (s.a.s.) el
viento trajo un mal olor en nuestra dirección, mientras el Profeta (s.a.s.) decía,
'¿Sabéis
de dónde proviene este mal olor? Es el olor de aquellos que murmuran de los
Creyentes.'" (Transmitido por Ahmad)
Todas estas citas ponen de manifiesto la dignidad y el respeto que se
merece aquel que es musulmán. Sin embargo, los sabios musulmanes han puesto
algunas excepciones, necesariamente limitadas a determinadas circunstancias, en
las que está permitido hablar de una persona en su ausencia. Entre estas
excepciones está el ejemplo de aquella persona que ha sido dañada y se queja
de aquel que le ha hecho daño. Aunque en este caso dicha persona está hablando
de algo que no le gustaría a la otra, está en su derecho de hacerlo así para
establecer la justicia; en consecuencia, tiene el permiso para describir el daño
del que ha sido objeto. Allah (s.t.) dice:
A
Allah le desagrada hacer público el mal excepto por aquel que ha sido dañado;
Allah es el Oyente, el Cognoscente. (4:148)
Si alguien quiere investigar el carácter o la disposición de una
persona con la que quiere entablar algún tipo de relación, por ejemplo que le
haya pedido la mano de su hija, o vaya a contratarlo como empleado, es lícito
para aquel al que se la ha pedido opinión expresarla de forma honesta y
sincera. Aquí se da un conflicto entre dos obligaciones: por un lado, dar buen
consejo a la persona que busca información, y por otro, proteger el honor de la
persona sobre la que se opina. Pero la primera obligación tiene precedencia
sobre la segunda, ya que se considera de mayor importancia. Fatima bint Qais le
preguntó al Profeta (s.a.s.) acerca de dos hombres que le habían pedido el
matrimonio. El Profeta (s.a.s.) le dijo acerca de ellos, "Él no vale para
nada y no tiene bienes," y acerca del otro dijo, "La vara no se separa
de su hombro", queriendo decir que con frecuencia golpeaba a las mujeres de
su casa.
También es lícito hablar sobre una persona sin su conocimiento si se
nos pide una opinión legal o religiosa acerca del mismo o bien si se necesita
ayuda para combatir algún mal que pudiera estar causando, o bien referirse a él
por un nombre, apodo o característica que le desagrade pero sin la que no podría
ser identificado, como por ejemplo, "la persona tullida" o "la
persona con un solo ojo". De igual manera, el interrogatorio de un testigo
o la crítica de los transmisores de hadices y noticias es algo lícito. (Véase
la discusión de al-Gazali sobre el uso y abuso del lenguaje en su obra Ihya;
la obra de Nawawi Comentario
al Sahih de Muslim; y el tratado de ash-Shawkani sobre lo lícito y
lo ilícito por hablar a espaldas de otros.)
La regla general referente a la permisibilidad de hablar sobre alguien en
su ausencia está determinada por dos consideraciones: 1) la necesidad y 2) la
intención.
1) Cuando no hay una necesidad que obligue a mencionar el nombre de la
tercera persona de una forma en la que le desagradaría a la misma, uno debe
refrenarse de violar la dignidad y el honor de esa persona. Si por el contrario
hay una necesidad de mencionarla pero se puede hacer por referencias indirectas,
uno entonces no debe ser explícito. Si con una discusión general es
suficiente, se debe evitar el mencionar nombres de personas específicas. Por
ejemplo, cuando se busca una opinión legal, uno puede hacer giros en la
pregunta tal como, ¿cuál sería su opinión si alguien hiciera tal y tal
cosa?", mas bien que decir, "Esta persona esta haciendo tal y tal. ¿Qué
piensa de ello?". De nuevo, si se debe identificar a la persona, tan solo
se debe mencionar aquello que es verdadero, ya que adscribirle algo falso es haram.
2) En cualquier caso, la intención es el factor decisivo. El que habla
conoce mejor que nadie sus verdaderas intenciones -si se trata de una verdadera
queja o de un mero rencor, una curiosidad, una calumnia, una murmuración
envidiosa, un buen consejo o simplemente la expansión de un rumor. En este
sentido se dice que el musulmán es un juez más severo de sí mismo que lo que
podría ser un gobernante tirano o un compañero codicioso.
El Islam ha decretado que el que escucha es el compañero de aquel que
está ausente, y que debe defender a su hermano ausente repudiando a aquel que
lo calumnie.
El Profeta (s.a.s.) dijo,
Si
alguien defiende a su hermano que está siendo calumniado en su ausencia, Allah
lo librará del Fuego. (Transmitido por Ahmad)
Y también dijo,
Si
alguien defiende el honor de su hermano en este mundo, Allah protegerá su
rostro del Fuego en el Día del Juicio. (Transmitido por Tirmidzi)
Si una persona no tiene coraje para para hablar en defensa de su hermano contra las lenguas maliciosas, lo menos que puede hacer es abandonar semejante compañía hasta que la conversación cambie de tema; de lo contrario, la aya, "En verdad, seréis como ellos" (4:140) se le aplicará a él también.
La
propagación de chismes
Otro
mal hábito, que habitualmente acompaña a la murmuración y que está
estrictamente prohibido en el islam, es el chismorreo. Esto significa transmitir
algo a otra persona que has oído de alguien de tal manera que causará disensión
entre la gente, agriará sus relaciones, o incrementará la tensión ya
existente.
Desde los primeros tiempos de la revelación en Meca, el Corán condenó
esta actitud diciendo,
No
obedezcáis a ningún hombre despreciable, que jura con facilidad, que calumnia,
que va entre la gente difamando. (68:10-11)
Y el Profeta (s.a.s.) dijo,
"Aquel
que propaga chismes no entrará en el Jardín". (Transmitido por Al-Bujari
y Muslim)
"Aquellos
que son más perversos entre los escalvos de Allah son los que van propagando
chismes sembrando la discordia entre aquellos que se aman entre sí y deseando
la difamación de los inocentes". (Transmitido por Ahmad)
Con el objetivo de promover la paz y la reconciliación, el islam acepta
la figura del mediador que trate de disimular las malas palabras dichas por una
persona contra otra y le permita añadir buenas palabras que, de hecho, ninguno
de las dos en conflicto hayan pronunciado. Esto no está considerado como
mentir, ya que el mismo Profeta (s.a.s.) dijo,
"No
es un mentiroso aquel que hace las paces entre dos personas, diciendo aquello
que es bueno o añadiendo algo bueno." (Transmitido por al-Bujari y Muslim)
La cólera del islam se vierte contra aquella gente que, tan pronto oye
algo malo, se apresura a propagarlo con el solo objetivo de obtener algún favor
o simplemente por el gusto de sembrar problemas y disensiones. De hecho, estas
personas no se satisfacen meramente con repetir lo que han oído, sino que añaden
e inventan algo propio. Tal como ha dicho un poeta,
Si
oyen una buena palabra la ocultan,
si
es una mala palabra la vociferan,
y
si no escuchan nada, fabrican una mentira.
En cierta ocasión un hombre llegó hasta 'Umar bin 'Abd al-'Aziz y le
dijo algo acerca de un tercero que le hubiera desagradado a éste. Entonces, 'Umar
le dijo, "Examinemos vuestro asunto: Si estás mintiendo, eres uno de
aquellos mencionados en la aya,
'Si una persona perversa os trae alguna noticia, investigadla' (49:6) y si estás
diciendo la verdad, entonces eres uno de aquellos mencionados en la aya,
'Un difamador va entre la gente con calumnias.' (68:11). Pero si quieres podemos
perdonarte." El hombre replicó, "Por favor perdóname, ¡Oh Emir de
los Muminines!. No lo volveré hacer".
Traducción: Musulmanesandaluces