MUSULMANES ANDALUCES

 

         El Islam no es una religión. Nadie nunca llegará a entender nada del Islam si parte del reduccionismo que supone clasificarlo entre las religiones. Al Islam no lo contiene ninguna definición, y a ello se debe su eficacia entre los musulmanes. Inútil intentar concretarlo: inmediatamente, la realidad autónoma del Islam desborda cualquier límite y escapa a los análisis. El Islam es ‘los musulmanes’, y funciona a un nivel al que no llegan las teorías ni las manipulaciones.

 

         Allah no es dios. Es un reto al que el musulmán responde, vibrando con un sonido que lo conecta con profundidades y cumbres insondables. No se comprende a Allah mientras no se asuma su Verdad que trasforma al ser humano. El Creador de los cielos y de la tierra, el Señor de los mundos,... ése es Allah, ante quien se rinde el musulmán liberándose de dioses, siguiendo a su corazón.

 

         Telurismo del Islam, espontaneidad espiritual, inocencia de la naturaleza más pura, combatividad de la vida,... todo ello configura una Nación (Umma), la mejor, la más noble entre los hombres, porque es radicalmente humana: “Ha venido a vosotros un Profeta, surgido de vosotros...” (Corán).

 

         El Islam pertenece a los musulmanes, a cada musulmán. Por ello es un arma poderosa y una fortaleza inexpugnable. El Islam, a pesar de su carácter etéreo, inasible, es de una consistencia admirable. Forja al musulmán en sus raíces y construye una Nación, la Umma, hermanada sobre una sensibilidad común y sobre una sencillez extraordinariamente bella en su sobriedad. Y todo de una forma misteriosa, actuando en la fuente del ser, ahí donde no llega más que un Sonido creador, el que impulsó a la existencia a salir de la nada.

 

         Nosotros, aquí en Andalucía, queremos responder a ese estímulo al que también respondieron nuestros antepasados, y así descubrir nuestro venero y beber de su vida para ser lo que Allah quiera que seamos. Nuestro objetivo es dejar atrás toda idolatría para presentarnos ante nuestro Señor libres de contaminación. Es nuestra ablución con el Agua Absoluta del Islam.

 

         No somos musulmanes moderados: no queremos componendas ni tenemos estrategias, ni queremos engañar a nadie, ni vender nada. Tampoco somos musulmanes radicales, el Islam no es una ideología. No pretendemos ser modernos ni retrógrados, ni defensores de esto ni traidores de aquello. Todo ello al igual que la inmensa mayoría de los musulmanes.

 

         En la expresión “Musulmanes Andaluces”, con la que damos título a nuestra publicación, deseamos ser sinceros. En ella está la universalidad del Islam y nuestra definición con la que ponemos los pies sobre nuestra tierra, sin exclusivismos de ningún tipo. Ese nombre es para nosotros inspiración y acción, y no límite ni frontera.

 

         Sólo comprendiendo lo que es el Islam se puede entender lo que para nosotros es Andalucía. No se trata de un país, una administración, o una configuración territorial resultado de una determinada historia, sino el entorno del que formamos parte de una manera natural y que nos implica y reclama. Creemos que forma parte de nuestro Tawhîd, de nuestro sentido de la Unidad, sin menoscabo de raíces que nos entroncan con el universo en toda su inmensidad. Por ello mismo no nos consideramos españoles, porque eso sí es un montaje.

 

         Es un montaje todo el mundo de mentiras y oscurantismos en el que vivimos, al arbitrio de instancias extrañas que dominan nuestro planeta, con intereses siniestros y maquinaciones maquiavélicas. Ése es el Kufr al que renunciamos. También renunciamos al Islam de los moderados y de los radicales, y al de los modernos y al de los reaccionarios, al de los Estados y al de las academias, todo ello triste y lamentable parodia del Islam, y un intento destinado al fracaso, de insertar al Islam en el Kufr y de hacerlo partícipe de sus aberraciones.