Corán, fuente de salud psicológica

 

 

El Corán aborda diferentes aspectos del carácter humano, ya sean físicos, psíquicos o espirituales tratando todas las esferas de la vida del ser humano.

 

Al abordar estos aspectos y describir como deberían ser para estar en armonía unos con otros conduce al hombre hacia una vida equilibrada en la cual actúa de una forma positiva y activa.

 

Por ejemplo, Allah (s.t.) dirige la atención del hombre al hecho de que todas las cosas en los Cielos y en la tierra están sujetas a él para que pueda utilizarlas en su provecho y puede reflexionar sobre la verdad que subyace a toda la creación. Allah dice:

            El os ha sometido cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra; todo esto procede de Él. Aquí hay en verdad signos para un pueblo que reflexione. (Sura Al-Llaziyah 45:13)

 

Allah (s.t.) advierte al hombre contra las consecuencias de dejarse llevar por los deseos y los placeres mundanales, según se deduce de Sus palabras:

            Se ha hecho hermoso para los hombres el amor por las cosas deseadas: mujeres e hijos, montones atesorados de oro y plata, caballos que pastan, rebaños y cultivos. Esas son las provisiones para esta vida; pero es junto a Allah donde se encuentra una morada excelente. ( Sura Al-‘Imran 3:14)

 

El carácter saludable, según el Corán, es aquel marcado por el emprendimiento de sus responsabilidades en esta vida según sus capacidades y disposiciones. Allah dice:

            Allah no impone cargas a ningún alma más allá de su capacidad. (Sura Al-Baqara 2:286)

            Sacrificaos en la causa de Allah como os corresponde sacrificaros. Él os ha elegido, y no os ha impuesto dificultad alguna en el din. (Sura Al-Hayy 22:78)

 

Es más, como el Corán describe, la persona en salud cree en lo que Allah (s.t.) ha destinado para él y afronta los acontecimientos de la vida con un espíritu lleno de serenidad y calma evitando por tanto las presiones y los desórdenes psicológicos. Por esto dice Allah (s.t.):

            No sucede desgracia alguna ni en la tierra ni en vuestras propias persona que no esté registrada en un Libro antes de que la hayamos creado, en verdad, eso es fácil para Allah. (Sura Al-Hadid 57:22)

 

La auténtica fe moldea el carácter de una persona y le reviste de cualidades valiosas.

 

Cuando nos referimos al Corán encontramos como los verdaderos musulmanes poseen nobles virtudes como la veracidad, el respeto por los demás, la compasión, la generosidad, la honestidad, etc. Estas nobles cualidades son las que aportan al ser humano la paz mental, incrementando la capacidad de dar y de hacer la vida de uno más positiva y activa.

Son las palabras de Allah las que nos conducen hacia la perfección de la personalidad:

            ¿Acaso no lo sabe Aquel que os creó? Él,  es el Conocedor de todas las sutilidades, el Omnisciente. (Sura Al-Mulk 67:14)

            Y revelamos el Corán que es curación y misericordia para los creyentes. (Sura Al-Israa’ 17:82)

 

La elección en esta aya del término curación en vez de tratamiento, por ejemplo, es debida al preciso significado que se quiere hacer del mismo. El tratamiento de una enfermedad (ya sea física o psicológica) puede ser o no efectivo, pero cuando describimos algo como curativo queremos dar a entender con ello que es realmente efectivo en la curación de la enfermedad en cuestión. Cuando uno recita de corazón el Corán, entonces se coloca ante la presencia de Allah, el Sanador de todas las heridas. Allah (s.t.) sana a los musulmanes del desequilibrio que pueda afligir sus corazones, y así lo hizo con el Profeta (s.a.s.) cuando éste llegó a sentirse extremadamente perturbado por las conspiraciones de los politeístas y judíos y por sus falsas aseveraciones sobre Allah (s.t.)

 

Entre estas falsas aseveraciones están las proclamadas por los judíos como, Allah, en verdad es pobre, y nosotros somos los ricos, (Sura Al-‘Imran 3:181). También el Corán menciona otras aseveraciones de los judíos como Las manos de Allah están atadas, (Sura Al-Ma-ida 5:64) e inmediatamente comenta Pero son sus manos las atadas y serán maldecidos por lo que dicen, (Sura Al-Ma-ida 5:64). Los judíos y politeístas también acusaron al Profeta (s.a.s.) de ser un loco, un poeta, un brujo, lo cual le afectó gravemente (s.a.s.). Pero Allah (s.t.) lo consoló al revelarle las siguientes ayas:

            No sucede desgracia alguna ni en la tierra ni en vuestras propias personas que no esté registrada en un Libro antes de que la hayamos creado, en verdad eso es fácil para Allah, (Sura Al-Hadid 57:22)

            Pues, en verdad, sabemos que tu pecho se encoge por lo que dicen. Mas glorifica a tu Señor alabándoLe, y se de los que se postran ante Él, y continúa sometiéndote a tu Señor hasta que te llegue la certeza, (Sura Al-Hiyr 15:97-99)

 

Estas últimas ayas de esta Sura nos conducen a las tres curaciones de la angustia los corazones:

La primera curación consiste en decir al hamdu lillah y subhanallah en todo momento. Decir subhanallah alivia de toda angustia y libera de todas las calamidades que puedan afligir al corazón del hombre. Tal fue el caso del Profeta Yunus (a.s.) quien fue tragado por un gigantesco pez pero Allah lo salvó del mismo, tal y como se menciona en el Corán, Y de no haber sido de los que proclaman subhanallah ciertamente habría permanecido en su vientre hasta el Día de la Resurrección, (Sura As-Saffat 37:143-44)

 

De hecho existe una fuerte relación entre decir subhanallah  y sentir confort y sosiego así como fortaleza física. Esto viene atestiguado por el siguiente hadiz: Fátima, hija del Profeta (s.a.s.) le pidió un sirviente que le ayudara en las tareas domésticas, y él (s.a.s.) le dijo: ¿Te puedo aconsejar algo mejor que un sirviente?, a lo que ella contestó afirmativamente, entonces él (s.a.s.) dijo: Di Subhanallah treinta y tres veces, al hamdulillah treinta y tres veces y Allahu akbar treinta y tres veces a la hora de irte a la cama. Cuando Fátima  (r.a.) así lo hizo sintió como su cuerpo se fortalecía y como pudo hacer todas las tareas domésticas ella misma.

La segunda curación referida en la aya anterior se refiere a la postración ante Allah (s.t.). Esta postración es el sometimiento del corazón, del alma así como del cuerpo físico durante el Salat. Cuando una persona se postra en total sumisión ante Allah (s.t.), olvida todos los malos sentimientos cotidianos de odio, envidia, etc. y experimenta por el contrario valiosos sentimientos espirituales, por esto es por lo que el Profeta (s.a.s.) cuando sentía alguna inquietud se dirigía a Bilal diciéndole, Oh Bilal, levántate y confórtanos con el Salat.

 

Y la tercera cura es adherirse al servicio en la obediencia de Allah como preparación para “la hora que es cierta”, es decir, la muerte.

 

Por tanto, la adhesión a la proclamación de subhanallah y la sumisión al mismo tanto de corazón como en alma a través de nuestra vida, será el camino que nos traerá la felicidad interior y la paz de la mente así como la liberación de las dificultades de la vida cotidiana, Y nadie recuerda salvo los dotados de entendimiento, (Sura Al-Baqara 2:269)

 

Dr. Muhammad Dawud

Traducido por www.musulmanesandaluces.org