COLECCIÓN DE HADICES

 

 

KITAB AL-FADA’IL

 

LIBRO DE LAS CUALIDADES DEL PROFETA (s.a.s.) Y DE SUS COMPAÑEROS

 

2ª PARTE 

 

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XIV

RARA VEZ EL MENSAJERO DE ALLAH (s.a.s.) DIJO NO A QUIEN LE PIDIÓ ALGO Y ÉL DABA EN ABUNDANCIA

 

            Yabir ibn Abdullah relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) nunca dijo no cuando le pidieron algo.

        Este hadiz ha sido relatado por Yabir ibn Abdullah a través de otra cadena de transmisores.

 

        Musa ibn Anas relató que su padre dijo: Nunca le pidieron al Mensajero de Allah (s.a.s.) algo por el Islam sin que lo diese. Un hombre fue a él y él le dio un rebaño enorme. (Luego) regresó con su gente y le dijo: ¡Oh mi gente! ¡Aceptad el Islam! Ya que Muhammad da sin temer la necesidad.

 

        Anas relató que un hombre le pidió al Profeta (s.a.s.) un rebaño enorme y él se lo dio. Entonces fue con su gente y le dijo: ¡Oh gente! ¡Aceptad el Islam! Ya que ¡por Allah! Muhammad da tanto como si no temiese la pobreza. Anas dijo: Había personas que entraban al Islam por los bienes de este mundo, pero (luego) el Islam se les volvía más querido que el mundo y todo lo que contiene.

 

        Ibn Shihab relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) combatió en la batalla de la Victoria, la Victoria de Meca. Luego el Mensajero de Allah (s.a.s.) salió con los musulmanes y combatió en Hunain. Y Allah otorgó el triunfo a Su religión y a los musulmanes. Y ese día el Mensajero de Allah (s.a.s.) dio a Safuán ibn Umaiia cien camellos, luego otros cien y luego otros cien. Ibn Shihab dijo: Sa’id ibn al-Musaiib me contó que Safuán dijo: ¡Por Allah! El Mensajero de Allah (s.a.s.) me dio lo que me dio y ciertamente él era la persona que yo más detestaba, pero continuó dándome hasta convertirse en la persona más amada por mi.

 

        Yabir ibn Abdullah relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si obtenemos las riquezas de Bahrain te daré esto, esto y esto”. E hizo el gesto con sus manos. Pero el Profeta (s.a.s.) murió antes de que llegasen las riquezas de Bahrain. Y después de él le llegaron a Abu Bakr. Entonces él ordenó que se hiciera este anuncio: Aquel al que el Profeta (s.a.s.) le haya prometido algo o le deba algo que venga. Yo fui y dije: Ciertamente el Profeta (s.a.s.) me dijo: “Si obtenemos las riquezas de Bahrain te daré esto, esto y esto”. Abu Bakr tomó un puñado (de monedas) y me dijo: Cuéntalas. Las conté y eran quinientos (dinares). Y dijo: Toma otra cantidad como ésta.

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Cuando el Profeta (s.a.s.) murió le llegó a Abu Bakr la riqueza de Al-Ala ibn al-Hadrami. Entonces Abu Bakr dijo: Aquel que tenga una deuda del Profeta (s.a.s.) o una promesa que le haya hecho que venga a nosotros. El resto del hadiz es el mismo.

 

 

 

XV

LA MISERICORDIA DEL PROFETA (s.a.s.) CON LOS NIÑOS Y CON SU FAMILIA, SU HUMILDAD Y SUS CUALIDADES SUBLIMES

 

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Hoy me ha nacido un hijo y le he puesto el nombre de nuestro padre Ibrahim (Abraham)”. Luego lo envió a Umm Saif, la esposa de un herrero llamado Abu Saif (padre de la espada). Y fue a él y yo lo seguí hasta que llegamos a lo de Abu Saif y él estaba soplando el fuelle y la casa estaba llena de humo. Yo apresuré el paso adelantándome al Mensajero de Allah (s.a.s.) y dije: ¡Oh Abu Saif! Deténte, viene el Mensajero de Allah (s.a.s.). Y se detuvo. El Profeta (s.a.s.) mandó a pedir a su niño, lo abrazó y dijo lo que Allah quiso que dijera. Anas dijo: Yo lo vi dar su último suspiro frente al Mensajero de Allah (s.a.s.). Los ojos del Mensajero de Allah (s.a.s.) derramaron lágrimas y dijo: “Los ojos derraman lágrimas y el corazón se entristece, pero no diremos sino aquello que complace a nuestro Señor ¡oh Ibrahim! Estamos tristes por ti”.

 

        Anas ibn Malik relató: Nunca he visto a alguien más misericordioso con su familia que el Mensajero de Allah (s.a.s.). Ibrahim fue enviado a las afueras de Medina para ser amamantado. El solía ir allí y nosotros lo acompañábamos. Y entró a la casa que estaba llena de humo ya que su padre de leche era un herrero. El tomaba a su hijo, lo besaba y luego regresaba. Amr dijo: Cuando murió Ibrahim el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ibrahim es mi hijo y murió siendo amamantado. Ahora tiene dos madres de leche que completarán su amamantamiento en el Paraíso”. ([1])

 

        A’isha relató: Un grupo de árabes del desierto llegaron al Mensajero de Allah (s.a.s.). Y dijeron: ¿Vosotros besáis a vuestros hijo? Contestaron: Si. Entonces dijeron: ¡Por Allah! Nosotros no los besamos. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Qué puedo hacer si Allah os ha privado de Su misericordia”. Ibn Numair dijo: “De vuestro corazón la misericordia”.

 

        Abu Huraira relató que Al-Aqra ibn Habis vio al Profeta (s.a.s.) besar a Hasan, y le dijo: Tengo diez hijos y nunca he besado a uno de ellos. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente el que no es misericordioso no recibirá misericordia”.

      Este hadiz ha sido relatado por Yabir ibn Abdullah a través de diferentes cadenas de narradores y en este dice: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Quien no es misericordioso con la gente Allah, Exaltado y Majestuoso, no será misericordioso con él”.

        Este hadiz ha sido relatado por Yabir a través de otra cadena de transmisores.

 

 

XVI

LA EXTREMA MODESTIA DEL PROFETA (s.a.s.)

 

            Abu Sa’id al-Judri relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) era más modesto (o más vergonzoso) que una virgen detrás de su velo (o en su departamento). Y cuando algo le disgustaba lo reconocíamos en su rostro.

 

        Masruq relató: Fuimos a lo de Abdullah ibn Amr cuando Muauiia llegó a Kufa. Entonces mencionó al Mensajero de Allah (s.a.s.) y dijo: El nunca era excesivo al hablar ni denigraba a los otros. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente los mejores entre vosotros son los de mejor carácter (y morales)”. Uzmán dijo: Cuando llegó a Kufa con Muauiia.

        Este hadiz también ha sido relatado por Al-Amash a través de otra cadena de transmisores.

 

 

XVII

LA SONRISA DEL PROFETA (s.a.s.) Y SU EXCELENTE CONDUCTA

 

            Simak ibn Harb relató: Le pregunté a Yabir ibn Samura: ¿Te has sentado en la compañía del Mensajero de Allah (s.a.s.)? Dijo: Si, frecuentemente. El no se levantaba del lugar en el que había rezado la oración del alba hasta que salía el sol. Y ellos (sus Compañeros) conversaban de las cosas que habían hecho antes del Islam y se reían de ellas. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) sonreía.

 

 

XVIII

LA MISERICORDIA DEL PROFETA (s.a.s.) CON LAS MUJERES Y LA ORDEN AL CONDUCTOR DEL CAMELLO DE CONDUCIRLO DESPACIO

 

            Anas relató: En alguno de sus viajes el Mensajero de Allah (s.a.s.) llevaba a su siervo negro llamado Anyasha que apresuraba el paso de los camellos con sus cantos. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “¡Oh Anyasha! Despacio, que cargan vasijas de cristal” ([2]).

            Este hadiz ha sido relatado por Anas a través de otra cadena de transmisores.

 

        Anas relató que el Profeta (s.a.s.) fue a sus esposas cuando el conductor de sus camellos llamado Anyasha los conducía. Y le dijo: “¡Oh Anyasha! Se cuidadoso que estás conduciendo monturas que llevan recipientes de cristal”. Abu Qilaba dijo: El Mensajero de Allah (s.a.s.) usó palabras que si la usase alguno de vosotros pensaríais que se equivocó.

 

        Anas ibn Malik relató: Umm Sulaim estaba con las esposas del Profeta (s.a.s.). Y ellas eran conducidas en sus monturas por un conductor. Entonces el Profeta de Allah (s.a.s.) dijo: “¡Eh Anyasha! Despacio, que llevas vasijas de cristal”.

 

        Anas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía un conductor de camellos de voz melodiosa. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “¡Oh Anyasha! Ve despacio. No vayas a romper las vasijas de cristal”. O sea las mujeres débiles.

 

        Anas relató este hadiz a través de otra cadena de transmisores pero sin mencionar: un conductor de camellos de voz melodiosa.

 

 

XIX

LA CERCANÍA DEL PROFETA (s.a.s.) CON LA GENTE Y COMO ELLOS BUSCABAN SU BENDICIÓN

 

            Anas ibn Malik relató: Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) terminaba de rezar la oración del alba los siervos de Medina venían trayendo recipientes con agua y en todos ellos él hundía su mano. Y a veces venían en las mañanas frías y aún así hundía su mano en ellos.

 

        Anas relató: Vi al Mensajero de Allah (s.a.s.) cortar su cabello por su peluquero. Y sus Compañeros lo rodeaban y todos sus cabellos caían en las manos de alguno de ellos.

 

        Anas relató que una mujer que tenía un desorden mental dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Necesito algo de ti. Y él dijo: “¡Oh madre de fulano! Mira de que lado del camino (quieres que hablemos) para satisfacer tu necesidad”. Y se puso con ella a un lado del camino hasta que ella consiguió lo que necesitaba. ([3])

 

 

XX

EL ABORRECIMIENTO DEL PROFETA (s.a.s.) POR LAS TRASGRESIONES Y LA ADOPCIÓN DE LA ACCIÓN MÁS FÁCIL ENTRE LAS PERMITIDAS

 

            A’isha, la esposa del Profeta (s.a.s.), dijo: Si el Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía dos opciones a tomar elegía la más fácil de las dos, siempre y cuando no fuera una trasgresión. Ya que si se trataba de una trasgresión él era la persona más lejos de ello entre toda la gente. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) nunca se ofendía por algo personal sino cuando había sido transgredido lo que Allah, Exaltado y Majestuoso, había prohibido.

            Este hadiz ha sido relatado por Ibn Shihab a través de otra cadena de transmisores.

 

            A’isha relató: Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía que elegir entre dos asuntos y uno de ellos era más fácil que el otro, elegía el más fácil. Siempre y cuando no hubiese trasgresión en ello, ya que si había trasgresión él estaba más lejos de ello que ninguna otra persona.

        Este hadiz ha sido relatado por Hisham a través de otra cadena de transmisores con una pequeña variación de palabras.

 

        A’isha relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) nunca golpeó a alguien con su mano, ni a una mujer ni a un siervo. Excepto cuando estaba luchando por la causa de Allah. Y él nunca busco revanchas personales sino solo en los casos en que había sido transgredido lo prohibido por Allah, entonces lo hacía por Allah, Exaltado y Majestuoso.

        Este hadiz ha sido relatado por Hisham a través de otra cadena de transmisores pero con un pequeño cambio de palabras.

 

 

XXI

EL PERFUME DEL CUERPO DEL PROFETA (s.a.s.), SU AGILIDAD Y LA SUAVIDAD Y LAS BENDICIONES DE SU TACTO

 

            Yabir ibn Samura: Recé con el Mensajero de Allah (s.a.s.) la primera oración. Luego él fue con su familia y yo fui con él. (En el camino) se encontró con unos niños y acarició las mejillas de cada uno de ellos, uno por uno. También acarició la mía y sentí en su mano un frescor o un perfume como si la hubiese sacado de la bolsa de un perfumero.

 

        Anas relató: Nunca he olido un ambar, almizcle u otro (perfume) más perfumado que el olor del Mensajero de Allah (s.a.s.). Ni tampoco he tocado un brocado o una seda más suave que la piel del Mensajero de Allah (s.a.s.).

 

        Anas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía una tez hermosa, su transpiración era como perlas, cuando caminaba se inclinaba ligeramente hacia adelante. Y nunca he tocado un brocado o una seda que fuese más suave que la palma del Mensajero de Allah (s.a.s.). Y no he olido un almizcle u ambar que tuviesen una fragancia más perfumada que la fragancia del Mensajero de Allah (s.a.s.).

 

        Anas ibn Malik relató: El Profeta (s.a.s.) nos visitaba y transpiraba. (Entonces) mi madre traía una botella y recogía su transpiración en ella. Cuando el Profeta (s.a.s.) se levantaba decía: “¡Oh Umm Sulaim! ¿Qué es lo que estás haciendo?”. Ella dijo: Es tu transpiración que mezclamos con nuestros perfumes y se convierte en la más exquisita de las fragancias.

 

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) fue a la casa de Umm Sulaim y durmió en su cama cuando ella estaba fuera de la casa. Al día siguiente también durmió en su cama. Cuando ella llegó le dijeron: Es el Profeta (s.a.s.) que ha dormido en tu casa, recostado en tu cama. Ella llegó y vio que estaba transpirando y su transpiración caía sobre la funda de cuero que cubría su cama. Entonces ella abrió su bolso de perfume y comenzó a llenar las botellas con su transpiración. El Profeta (s.a.s.) se despertó y dijo: “¿Qué estás haciendo? ¡Oh Umm Sulaim!”. Ella dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Buscamos bendiciones para nuestros niños. El dijo: “Has hecho bien”.

 

        Umm sulaim relató que el Profeta (s.a.s.) solía visitar su casa y descansaba allí. Ella extendía una tela y él tomaba una siesta sobre ella. El transpiraba en abundancia y ella lo recogía en perfume y en botellas. Y el Profeta (s.a.s.) dijo: “¡Oh Umm Sulaim! ¿Qué es esto?”. Ella dijo: Es tu transpiración que la pongo en mi perfume.

 

 

XXII

LA TRANSPIRACIÓN DEL PROFETA (s.a.s.) CUANDO RECIBÍA LA REVELACIÓN

 

         A’isha relató: Cuando la revelación descendía sobre el Mensajero de Allah (s.a.s.), aún en los días fríos su frente transpiraba.

 

        A’isha relató que Hariz ibn Hishám le preguntó al Profeta (s.a.s.): ¿Cómo te llega la revelación? El contestó: “A veces viene a mi como el sonar de una campana y esta es la forma más intensa para mi y cuando pasa yo recuerdo (lo revelado). A veces viene un ángel con forma humana y yo retengo lo que me dice”.

 

        Ubada ibn Samit relató : Cuando la revelación descendía sobre el Profeta de Allah (s.a.s.) sentía un peso por ello y su rostro cambiaba de color.

 

        Ubada ibn Samit relató: Cuando la revelación descendía sobre el Profeta (s.a.s.) bajaba su cabeza y sus Compañeros hacían lo mismo. Cuando terminaba levantaba su cabeza.

 

 

XXIII

EL CABELLO DEL PROFETA (s.a.s.) Y SUS CARACTERÍSTICAS

 

            Ibn Abbas relató: La Gente del Libro dejaban su cabello caer por su frente y los idólatras se lo dividían en sus cabezas. Y al Mensajero de Allah (s.a.s.) le gustaba hacer lo que hacía la Gente del Libro en los asuntos en los que no había recibido una orden. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) se lo dejaba caer sobre su frente luego comenzó a dividirlo.

        Este hadiz ha sido relatado por Ibn Shihab con la misma cadena de transmisores.

 

 

XXIV

LAS CARACTERÍSTICAS DEL PROFETA (s.a.s.) , Y ÉL ERA LA MÁS HERMOSA DE LAS PERSONAS

 

            Al-Bará relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) era un hombre de estatura mediana, de espaldas anchas, su pelo caía hasta los lóbulos de sus orejas, usaba un manto rojo ([4]). Nunca he visto a nadie mas hermoso que el Mensajero de Allah (s.a.s.).

 

        Al-Bará relató: Nunca he visto a nadie más hermoso que el Mensajero de Allah (s.a.s.) en su manto rojo. Su pelo caía hasta sus hombros, sus hombros eran muy anchos y no era ni alto ni bajo. Ibn Kuraib dijo: Tenía pelo.

 

        Al-Bará relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía el rostro más hermoso y el mejor carácter de toda la gente y no era alto ni bajo.

 

 

XXV

LAS CARACTERÍSTICAS DEL PELO DEL PROFETA (s.a.s.)

 

            Qatada relató: Le pregunté a Anas ibn Malik: ¿Cómo era el pelo del Mensajero de Allah (s.a.s.)? Dijo: No era rizado ni demasiado lacio y caía hasta los hombros y los lóbulos de sus orejas.

 

        Anas relató que el pelo del Mensajero de Allah (s.a.s.) caía hasta sus hombros.

 

        Anas relató: El pelo del Mensajero de Allah (s.a.s.) llegaba hasta los lóbulos de sus orejas.

 

XXVI

LAS CARACTERÍSTICAS DEL ROSTRO DEL PROFETA (s.a.s.) Y DE SUS TALONES

 

            Yabir ibn Samura relató. El Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía un rostro ancho (dali’ul-fam), grandes ojos y talones delgados. Le dije a Simak: ¿Qué significa dali’ul-fam? Dijo: Un rostro ancho. Dije: ¿Y que significa ashkal ul-ain? ([5]) Dijo: Que la hendidura de los ojos era larga. Dije: ¿Y manhus ul-aqibain? Dijo: Que tenía poca carne en sus talones.

 

 

XXVII

EL PROFETA (s.a.s.) TENÍA UN ROSTRO BLANCO

 

            Yurairi relató que ele dijo a Abu Tufail: ¿Tu has visto al Mensajero de Allah (s.a.s.)? Dijo: Si, tenía un bello rostro blanco. Muslim ibn al-Hayyay dijo: Abu Tufail murió en el año 100 H. y fue el último de los Compañeros del Mensajero de Allah (s.a.s.) en morir.

 

            Abu Tufail dijo: Yo vi al Mensajero de Allah (s.a.s.) y no hay nadie sobre la faz de la tierra que lo haya visto excepto yo. Entonces yo le dije: ¿Cómo lo viste? Dijo: Tenía un agradable rostro blanco y era de mediana estatura.

 

 

XXVIII

LA VEJEZ DEL PROFETA (s.a.s.)

 

            Ibn Sirin relató: Le preguntaron a Anas ibn Malik: ¿El Mensajero de Allah (s.a.s.) se teñía el pelo? Dijo: No llegó a ser tan viejo como para tener cabellos blancos. Ibn Idris dijo: Tenía unos pocos. Abu Bakr y Umar se teñían con henna y katam.

 

            Ibn Sirin relató: Le pregunté a Anas ibn Malik: ¿El Mensajero de Allah (s.a.s.) se teñía? Dijo: No llegó al estado en el que necesitaba teñirse. En su barba tenía unos pocos pelos blancos. Le dije: ¿Y Abu Bakr se teñía? Dijo: Si, con henna.

 

            Muhammad ibn Sirin relató: Le pregunté a Anas ibn Malik: ¿El Mensajero de Allah (s.a.s.) se teñía? Dijo: Tenía solo unas pocas canas.

 

            Zabit relató: Le preguntaron a Anas ibn Malik si el Profeta (s.a.s.) se teñía. Y dijo: (Sus canas eran tan pocas) que si hubiera querido contarlas lo hubiera hecho. Y dijo: El no se teñía, pero Abu Bakr se teñía con henna y katam y Umar lo hacía con henna pura.

 

            Anas ibn Malik relató que a él no le gustaba que la gente se arrancase los pelos blancos de su cabeza o de su barba. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) no se teñía y tenía unos pelos blancos en su barbilla, en sus sienes y pocos en su cabeza. Este hadiz ha sido relatado por Muzanna a través de la misma cadena de transmisores.

 

            Anas fue preguntado sobre la vejez del Profeta (s.a.s.) y él dijo: Allah no lo afectó con canas.

 

            Abu Yuhaifa relató: Yo vi que el Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía unas canas aquí. Y Zuhair puso uno de su dedos en la barbilla. Y le dijeron (a Abu Yuhaifa): ¿Qué edad tenías entonces? Dijo: Yo hacía flechas y las emplumaba (o sea había pasado la niñez).

 

            Abu Yuhaifa relató: Yo lo vi al Mensajero de Allah (s.a.s.) y tenía tez blanca y unas canas. Hasan ibn Ali se le parecía.

 

            Abu Yuhaifa relató este hadiz con una pequeña variación de palabras.

 

            Yabir ibn Samura fue consultado sobre la vejez del Profeta (s.a.s.). Y dijo: Cuando se ponía aceite en la cabeza no se le notaba nada (de su edad) y si no se ponía aceite algo se le notaba.

 

            Yabir ibn Samura relató: En la parte de adelante de la cabeza y en la barba del Mensajero de Allah (s.a.s.) había unos pelos blancos. Si se ponía aceite no se le notaban, pero si no se lo ponía se veían. Tenía una barba muy espesa. Un hombre dijo: Su rostro (brillaba) como la espada. El dijo: No, era redondo como el sol y la luna. Yo vi el sello cerca de su hombro, del tamaño del huevo de una paloma y del mismo color de su cuerpo.

 

 

XXIX

EL SELLO DE LA PROFECÍA, SUS CARACTERÍSTICAS Y SU UBICACIÓN

 

                Yabir ibn Samura relató: Yo vi el Sello en la espalda del Mensajero de Allah (s.a.s.) y era como el huevo de una paloma.

            Este hadiz ha sido relatado por Simak con la misma cadena de transmisores.

 

        Sa’id ibn Iazid relató: Fui con mi tía materna al Mensajero de Allah (s.a.s.). Ella dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Mi sobrino está enfermo. Entonces él me tocó la cabeza y pidió bendiciones para mi. Luego hizo la ablución y yo bebí el agua que quedó de su ablución. Luego me paré detrás de él y vi su Sello entre sus hombros, era como el huevo de una paloma.

 

        Abdullah ibn Saryis relató: Yo vi al Profeta (s.a.s.) y comí pan y carne con él o dijo: zarid (pan mojado en sopa). Yo le dije: ¿El Profeta (s.a.s.) pidió perdón para ti? Dijo: Si y para ti. Luego recitó esta aleya: “Y pide perdón por tu pecado, así como por los creyentes y las creyentes”. (47:19) Luego me puse detrás de él y vi el Sello de la Profecía entre sus hombros, cerca de su hombro izquierdo. Con unos puntos como lunares.

 

 

continuación


 

[1] Ibrahim, el hijo del Profeta (s.a.s.), murió siendo un niño de seis o siete meses. El resto de su período de amamantamiento será completado en el Paraíso.

[2] El Profeta (s.a.s.) está comparando a las mujeres con vasijas de cristal por su fragilidad física o la ternura de sus sentimientos.

[3] Ella no quería decir en público lo que necesitaba, entonces el Profeta (s.a.s.) accedió amablemente a escucharla en privado. El estaba siempre dispuesto a atender las necesidades de la gente con gentileza y amabilidad y libre de toda afectación y ceremonia.

[4] Era un manto del Yemen con rayas rojas.

[5] Ashkal ul-ain significa ojos blancos con sutiles rayas rojas en ellos. pero aquí Simak los ha descripto como grandes ojos. Ibn Sa’d opina que ese no es el significado. El más correcto sería el de las rayas.