COLECCIÓN DE HADICES

 

KITAB AL-ADAB

 

LIBRO DE LAS BUENAS MANERAS

 

 

  

I

LA PROHIBICIÓN DE LLAMAR A OTRO (QUE NO SEA EL PROFETA) CON EL KUNIA DE ABU’L-QASIM Y LO QUE ES DESEABLE CON RESPECTO A LOS NOMBRES

 

 

        Anas relató: Un hombre que estaba en Al-Baqi’ llamó a otro: ¡Oh Abu Qasim! Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) se dio vuelta hacia él. Y él dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! No me refería a ti sino que estaba llamando a fulano. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Podéis usar mi nombre pero no mi kunia” ([1]).

 

        Ibn Umar relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Entre vuestros nombres los más amados por Allah son Abdullah y Abd al-Rahman”.

 

        Yabir ibn Abdullah relató que a una persona de los nuestros le nació un niño que lo llamó Muhammad. Y su gente le dijo: No te permitiremos que lo llames con el nombre del Mensajero de Allah (s.a.s.). Entonces él salió cargando a su hijo sobre la espalda y fue al Profeta (s.a.s.) y le dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! He tenido un hijo y lo he llamado Muhammad, pero mi gente me ha dicho: No te permitiremos que lo llames con el nombre del Mensajero de Allah (s.a.s.). Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Llámalo con mi nombre pero no lo llames con mi kunia. Ya que yo soy Qasim porque distribuyo entre vosotros”. ([2])

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Uno de los nuestros tuvo un hijo y decidió llamarlo Muhammad. Y nosotros le dijimos: No te permitiremos que lo llames con el nombre del Mensajero de Allah (s.a.s.) hasta que no obtengas su permiso. Entonces fue con él y le dijo: Tuve un hijo y lo llamé con el nombre del Mensajero de Allah (s.a.s.), pero mi gente no me lo permitió hasta no obtener el permiso del Profeta (s.a.s.). Entonces él me dijo: “Llámalo con mi nombre pero lo llames con mi kunia, ya que fui enviado como un Qasim, un distribuidor entre vosotros”.

    Este hadiz ha sido relatado por Husain con la misma cadena de transmisores pero no menciona: “ya que fui enviado como Qasim, un distribuidor entre vosotros”.

 

        Yabir ibn Abdullah relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ponedles mi nombre pero no mi kunia, ya que yo soy Abu’l-Qasim el que distribuye entre vosotros”. Abu Bakr relató este hadiz con una pequeña variación de palabras.

        Este hadiz ha sido relatado por Al-Amash a través de la misma cadena de transmisores, pero en este dice: “fui hecho Qasim, un distribuidor entre vosotros”.

 

        Yabir ibn Abdullah relató que un hombre de los Ansares tuvo un hijo al que quería llamarlo Muhammad. Entonces fue al Profeta (s.a.s.) y le preguntó. Y él dijo: “El Ansar ha hecho muy bien al darle mi nombre pero no le pongan mi kunia”.

        Este hadiz ha sido relatado por Shu’ba a través de diferentes cadenas de transmisores con una pequeña variación de palabras.

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Un hombre de los nuestros tuvo un hijo y lo llamó Al-Qasim. Nosotros le dijimos: No lo llames (Al-Qasim) sino Abu’l-Qasim y no te dejaremos refrescar tus ojos. Y fue al Profeta (s.a.s.) y le mencionó esto. Y él dijo: “Llama a tu hijo Abd al-Rahman”.

        Ibn Uiaina relató este hadiz pero sin mencionar: No te dejaremos refrescar tus ojos.

 

        Abu Huraira relató: Abu’l-Qasim (s.a.s.) dijo: “Llamad (a vuestros niños) con mi nombre pero no les pongáis mi kunia”. Amr relató que Abu Huraira no dijo: Lo escuché.

 

        Mughira ibn Shu’ba relató: Cuando llegué a Nayran ellos (los cristianos) me preguntaron: Vosotros recitáis: ¡Oh hermana de Aarón! (refiriéndose a María madre de Jesús) y Moisés es mucho tiempo antes que Jesús. Cuando volví con el Mensajero de Allah (s.a.s.) le pregunté sobre esto y él me dijo: “Ellos solían darles los nombres de los profetas y de los hombre piadosos del pasado”. ([3])

 

 

II

ES REPROBABLE DAR NOMBRES FEOS O QUE SEAN DE MAL AUGURIO

 

        Samura ibn Yundub relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) nos prohibió que llamásemos a nuestros sirvientes con estos cuatro nombres: Aflah (Éxito), Rabah (Ganancia), Iasar (Riqueza) y Nafi’ (Beneficioso).

 

        Samura ibn Yundub relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “No llames a tus sirvientes ni Rabah ni Iasar ni Aflah ni tampoco Nafi’”.

 

        Samura ibn Yundub relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Las palabras más amadas por Allah son: Subhanallah (Gloria a Allah), Al-Hamdulillah (Las alabanzas son para Allah), La ilaha illallah (No hay más dios que Allah) y Allahu Akbar (Allah es el Más Grande). (Al recordar a Allah) puedes empezar con la que quieras. Y no des a tus sirvientes estos nombres: Iasar, Rabah, Nayihah o Aflah (fin de pág. 1685)

        Este hadiz ha sido relatado por Shu’ba pero en este lo único que se menciona es lo de dar los nombres a los sirvientes sin mencionar las cuatro palabras.

 

        Yabir ibn Abdullah relató: El Profeta (s.a.s.) quería prohibir (a sus seguidores) que se llamasen Ia’la (Elevado), Baraka (Bendición), Aflah, Iasar y Nafi’ y otros por el estilo. Luego vi que se quedó callado y no dijo nada. Luego falleció el Mensajero de Allah (s.a.s.) sin prohibirlo. Más adelante Umar quiso prohibirlos pero después cambió de idea.

 

 

III

 ES DESEABLE CAMBIAR LOS NOMBRES FEOS POR NOMBRES BUENOS

 

        Ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) cambió de Asiia (Desobediente) y dijo: “Tu eres Yamila (Buena y Bella)”. Ahmed relató lo mismo con una pequeña diferencia.

       

        Ibn Umar relató que Umar tenía una hija que se llamaba Asiia y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dio el nombre de Yamila.

 

        Ibn Abbas relató que Yuuairía (la esposa del Profeta) se llamaba Barra (Piadosa) ([4]). Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) se lo cambió a Yuuairía, ya que no le gustaba que se dijese: Salió de lo de Barra. (Salió de la piedad). El hadiz relatado por Ibn Abu Umar tiene una pequeña diferencia.

 

        Abu Huraira relató que el nombre de Zainab era Barra. Y se dijo de ella: se presenta como inocente. El Mensajero de Allah (s.a.s.) le puso de nombre Zainab.

 

        Zainab, la hija de Umm Salama, relató: Yo me llamaba Barra y el Mensajero de Allah (s.a.s.) me dio el nombre de Zainab. Después vino a la casa (como otra esposa) Zainab, la hija de Yahsh y su nombre era Barra entonces también se lo cambió por Zainab.

 

        Muhammad ibn Amr ibn Atá relató: Yo llamé a mi hija Barra. Entonces Zainab bint Umm Salama me dijo: El Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió el uso de ese nombre. Yo (también) me llamaba Barra y el Mensajero de Allah (s.a.s.) me dijo: “No te consideres a ti misma como piadosa. Allah es el que sabe quien es el piadoso entre vosotros”. Dijeron: ¿Y cómo deberíamos llamarla? Dijo: “Llamádla Zainab”.

 

 

IV

LA PROHIBICIÓN DE LLAMAR AL GOBERNANTE REY DE REYES

 

        Abu Huraira relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “El más despreciable de los nombres para Allah es Rey de Reyes”. En la versión de Ibn Abu Shaiba dice: “El único rey es Allah, Exaltado y Majestuoso”. Sufián dijo: También Shahansha (es despreciable). Y Ahmad ibn Hanbal dijo: Le pregunté a Abu Amr sobre el significado de ajna’ y él dijo: El más despreciable.

       

        Abu Huraira relató numerosos hadices del Mensajero de Allah (s.a.s.) entre ellos este: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El más perverso para Allah el día de la Resurrección y la peor persona y el objetivo de Su ira será el hombre que se haga llamar Rey de Reyes porque no hay rey excepto Allah”.

 

 

V

ES DESEABLE EL TAHNIK DEL RECIÉN NACIDO LLEVÁNDOLO CON UNA PERSONA PIADOSA QUE ABLANDE UNOS DÁTILES Y FROTE SU PALADAR CON ELLOS Y EL PERMISO PARA PONER EL NOMBRE EL MISMO DÍA DEL NACIMIENTO Y LA EXCELENCIA DE NOMBRES COMO ABDULLAH, IBRAHIM Y LOS NOMBRES DE TODOS LOS PROFETAS DE ALLAH, LA PAZ SEA CON TODOS ELLOS

 

        Anas ibn Malik relató: Cuando nació Abdullah ibn Abu Talha al-Ansari lo llevé con el Mensajero de Allah (s.a.s.). Y en ese momento el Mensajero de Allah (s.a.s.) vestía una túnica de lana y estaba embadurnando los camellos con alquitrán. Y me dijo: “¿Tienes dátiles contigo?”. Yo le dije: Si. Entonces le di los dátiles, él se lo puso en la boca, lo ablandó, luego abrió la boca del niño, se lo puso en ella y el niño comenzó a chupar. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Al Ansar le gustan los dátiles”. Y le dio el nombre de Abdullah.

 

        Anas ibn Malik relató: El hijo de Abu Talha había estado enfermo. Abu Talha salió de viaje y su hijo murió (en su ausencia). Cuando Abu Talha regresó dijo: ¿Qué pasó con mi hijo? Umm Sulaim le dijo: El está ahora mejor que como estaba. Ella le sirvió la cena y él la comió. Luego él fue a ella (y tuvo relaciones). En la mañana ella dijo: Prepara el entierro del niño. Cuando amaneció Abu Talha fue al Mensajero de Allah (s.a.s.) y le contó. Y él dijo: “¿Pasaste la noche con ella?”. Dijo: Si. Dijo: “¡Oh Allah! Bendícelos a ambos”. Y ella tuvo un niño. Abu Talha me dijo: Toma el niño y llévalo al Profeta (s.a.s.). Llegué al Profeta (s.a.s.) con él y ella (Umm Sulaim) había enviado con él unos dátiles. El Profeta (s.a.s.) lo tomó y dijo: “¿Tienes algo contigo (para el tahnik)”. Ellos (los Compañeros) dijeron: Si, dátiles. El Profeta (s.a.s.) los tomó (y los masticó), luego los puso en la boca del niño, frotó su paladar con ellos y le puso el nombre de Abdullah.

        Anas relató este hadiz a través de otra cadena de transmisores.

 

        Abu Musa relató: Me nació un hijo, lo llevé al Profeta (s.a.s.) y él le dio el nombre de Ibrahim y frotó su paladar con dátiles que había ablandado en su boca.

 

        Urua ibn Zubair y Fátima bint Mundhir ibn Zubair relataron que cuando Asmá bint Abu Bakr emigró estaba embarazada de Abdullah ibn Zubair. Ella llegó a Qubá y dio a luz allí. Luego lo envió al Mensajero de Allah (s.a.s.) para el tahnik. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) lo tomó, lo puso en su regazo y pidió dátiles. A’isha dijo: Pasó un tiempo antes de que pudiésemos encontrarlos. El los masticó y luego puso su saliva en su boca. Entonces lo primero que entró en su estómago fue la saliva del Mensajero de Allah (s.a.s.). Asmá dijo: Luego frotó su paladar, lo bendijo y lo llamó Abdullah. (Más adelante Abdullah) fue a él, cuando tenía siete u ocho años, a jurarle fidelidad como (su padre) Zubair se lo había ordenado. El Mensajero de Allah (s.a.s.) sonrió cuando lo vio acercarse, luego aceptó su juramento.

 

        Asmá relató que ella quedó embarazada de Abdullah ibn Zubair en Meca. Ella dijo: Salí (para la Emigración a Medina) en estado avanzado de gestación. Y llegué a Medina, me detuve en Qubá y allí di a luz. Luego fui al Mensajero de Allah (s.a.s.) y puse (al niño) en su regazo. El pidió dátiles, los masticó y puso su saliva en su boca. Entonces la primera cosa que entró en su estómago fue la saliva del Mensajero de Allah (s.a.s.). Luego frotó su paladar con dátiles. Después rogó por él y lo bendijo. El fue el primer niño nacido en el Islam.

        Asmá bint Abu Bakr relató que ella emigró al Mensajero de Allah (s.a.s.) cuando estaba embarazada de Abdullah ibn Zubair. El resto del hadiz es el mismo.

 

        A’isha relató que los recién nacidos eran llevados al Mensajero de Allah (s.a.s.) y él los bendecía y frotaba sus paladares con dátiles.

 

        A’isha relató: Llevamos a Abdullah ibn Zubair al Mensajero de Allah (s.a.s.) para el tahnik. Pedimos dátiles y tuvimos que esforzarnos para conseguirlos.

 

        Sahl ibn Sa’d relató: Mundhir ibn Abu Usaid fue llevado al Mensajero de Allah (s.a.s.) cuando nació. El Profeta (s.a.s.) lo puso sobre su muslo y Abu Usaid estaba sentado allí. El Profeta (s.a.s.) estaba ocupado haciendo algo. Entonces Abu Usaid ordenó que sacaran a su hijo del regazo del Mensajero de Allah (s.a.s.) y lo levantaron de allí. Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) terminó dijo: “¿Dónde está el niño?”. Abu Usaid dijo: Lo llevamos ¡oh Mensajero de Allah! Dijo: “¿Cómo se llama?”. Dijo: Fulano ¡oh Mensajero de Allah! Dijo: “No, su nombre es Mundhir”. Entonces desde ese día su nombre fue Mundhir.

 

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía el mejor carácter entre los hombres. ([5]) Yo tenía un hermano llamado Abu Umair que ya había sido destetado. Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) vino a nuestra casa lo vio y dijo: “¡Abu Umair! ¿Qué ha hecho el gorrión? (Anas) dijo: Estuvo jugando con él. ([6]

 

 

VI

ESTÁ PERMITIDO DECIRLE: HIJO MÍO A ALGUIEN ADEMÁS DE A SU PROPIO HIJO

 

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me dijo: “¡Oh hijo mío!”.

 

        Al-Mughira ibn Shu’ba relató: Nadie le hizo más preguntas al Mensajero de Allah (s.a.s.) sobre el Dayyal (el Anticristo) que yo. Y él me decía: “¡Oh mi hijo! ¿Y porqué te preocupas por él? Ciertamente él no te hará daño”. Yo dije: Ellos (la gente) piensan que él tendrá ríos de agua y montañas de pan. El dijo: “Para Allah él será más insignificante que todas esas cosas”. ([7])

        Isma’il relató este hadiz a través de la misma cadena de transmisores con una pequeña variación de palabras.

 

 

VII

EL PEDIR PERMISO PARA ENTRAR EN UNA CASA

 

            Abu Sa’id al-Judri relató: Yo estaba sentado en Medina en compañía de los Ansares cuando llegó Abu Musa temblando de miedo. Nosotros le dijimos: ¿Qué te pasa? El dijo: Umar me mandó a llamar, entonces llegué a su puerta y saludé tres veces pero como no obtuve respuesta alguna me volví. Y (Umar) me dijo: ¿Qué te impidió venir? Dije: Yo fui a ti y saludé frente a tu puerta tres veces pero no obtuve ninguna respuesta, entonces me volví ya que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si uno de vosotros pide permiso tres veces y no se lo dan que se retire”. Entonces Umar dijo: Trae un testigo sino te acusaré. Ubaii ibn Ka’b dijo: El único que puede está con él (como testigo) es el más joven entre al gente ([8]). Abu Sa’id dijo: Yo soy el más joven entre la gente. Dijo: Entonces tu ve con él.

        Este hadiz ha sido relatado por Iazid ibn Jusaifa con la misma cadena de transmisores y agrega: Abu Sa’id dijo: Entonces me paré, fui con Umar y atestigué (la veracidad de la afirmación de Abu Musa).

 

        Abu Sa’id al Judri relató: Estábamos en compañía de Ubaii ibn Ka’b cuando llegó Abu Musa al-Ash’ari enojado, se detuvo con nosotros y dijo: ¡Os pido que atestiguéis por Allah! ¿Quién ha escuchado al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Se debe pedir permiso tres veces, si se otorga el permiso (se entra) y si no se regresa”.? Ubaii dijo: ¿Cuál es el asunto? Dijo: Ayer pedí permiso tres veces en lo de Umar ibn al-Jattab pero como él no me lo concedió me regresé. Hoy volví y lo visité. Y le conté que ayer había ido, lo había saludado tres veces y luego me había retirado. El dijo: Si, nosotros te escuchamos, en ese momento estábamos ocupados. Hubieras insistido pidiendo permiso hasta que te lo hubiéramos concedido. Dijo: Yo pedí permiso del modo que escuché del Mensajero de Allah (s.a.s.). El (Umar) dijo: ¡Por Allah! Golpearé tu espalda y tu estómago si no traes un testigo que confirme lo que has dicho. Ubaii ibn Ka’b dijo: ¡Por Allah! Ninguno debería hacerlo sino el más joven de nosotros. Levántate ¡oh Abu Sa’id! Entonces me levanté hasta llegar a Umar y le dije: Yo escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir eso.

 

        Abu Sa’id relató que Abu Musa fue hasta la puerta de Umar y pidió permiso (para entrar en su casa). Y Umar dijo: Una vez. Luego pidió permiso por segunda vez. Y Umar dijo: Dos veces. Luego lo hizo por tercera vez y Umar dijo: Tres veces. Luego (Abu Musa) se retiró. Y (Umar) lo mandó a seguir para que regresase. Y le dijo: Si esto es algo que has memorizado del Mensajero de Allah (s.a.s.) está bien, sino te castigaré. Abu Sa’id dijo: Entonces él (Abu Musa) vino a nosotros y nos dijo: ¿Vosotros sabéis que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El permiso se pide tres veces”.? Entonces ellos comenzaron a reírse. ([9]) Y él dijo: ¿Vuestro hermano musulmán llega preocupado y vosotros os reís? Abu Sa’id dijo: Vamos que yo compartiré contigo tu problema. Y fueron a él (a Umar) y (Abu Musa) le dijo: Aquí está Abu Sa’id (para confirmar lo que he dicho).

        Este hadiz ha sido relatado por Abu Sa’id al-Judri a través de otra cadena de transmisores.

 

        Ubaid ibn Umair relató que Abu Musa pidió permiso tres veces para entrar en lo de Umar pero como lo encontró ocupado se regresó. Y Umar dijo (a los de su casa): ¿No habéis escuchado la voz de Abdullah ibn Qais (kunia de Abu Musa)? Y lo mandó a llamar y le dijo: ¿Porqué has hecho eso? Dijo: Por que así nos lo ha sido ordenado. Le dijo: Trae alguna prueba o me ocuparé de ti. Entonces (Abu Musa) fue a una reunión de los Ansares y ellos le dijeron: Solo el más joven de nosotros pude atestiguar a tu favor. Y se paró Abu Sa’id y dijo: Así se nos lo ha ordenado. Y Umar dijo: Esta orden del Mensajero de Allah (s.a.s.) ha estado oculta para mi hasta ahora debido a mis negocios en los mercados.

         Este hadiz ha sido relatado por Ibn Yuraiy, pero no menciona: debido a mis negocios en los mercados.

 

        Abu Musa al-Ash’ari relató que fue a Umar ibn al-Jattab y le dijo: Assalamu Alaaikum (la paz sea contigo), aquí está Abdullah ibn Qais. Pero no le dio permiso. Y dijo: Assalamu Alaikum, aquí está Abu Musa. (Y no le dio permiso. Y dijo): Assalamu Alaikum, aquí Al-Ash’ari. (Y al no obtener respuesta) se volvió. Y (Umar) dijo: Traédmelo, traédmelo. Entonces vino y le dijo: ¡Oh Abu Musa! ¿Porqué te volviste? Nosotros estábamos ocupados. Dijo: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir:” Hay que pedir permiso tres veces, si es concedido (entra), sino regresa”. Dijo: Tráeme una prueba sino te haré esto y esto otro. Y Abu Musa se fue. Umar dijo: Si encuentra quien lo confirme lo hallaréis cerca del púlpito en la noche y si no lo encuentra no lo hallaréis. Por la noche (Umar) lo encontró allí y le dijo: ¡Oh Abu Musa! ¿Qué dices? ¿Lo has encontrado? Dijo: Si, Ubaii ibn Ka’b. Dijo: Si, él es un testigo autentico. Y dijo: ¡Oh Abu Tufail! (kunia de Ubaii ibn Ka’b) ¿Qué dijo? Dijo: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir eso. ¡Oh Ibn al-Jattab! No seas duro con los Compañeros del Mensajero de Allah (s.a.s.). El (Umar) dijo: ¡Gloria a Allah! Yo había escuchado algo (sobre eso), pero quería que quedase establecido firmemente.

        Este hadiz ha sido relatado por Talha ibn Iahia con la misma cadena de transmisores, pero con esta variación: El (Umar) dijo: ¡Oh Abu Mundir! ¿Tu has escuchado eso del Mensajero de Allah (s.a.s.)? Dijo: Si. ¡Oh Ibn al-Jattab! No seas duro con los Compañeros del Mensajero de Allah (s.a.s.). Y no menciona que Umar haya dicho: ¡Gloria a Allah! Y lo que viene después.

 

 

VIII

ES REPROBABLE DECIR: SOY YO, COMO RESPUESTA AL PEDIR PERMISO PARA ENTRAR EN UNA CASA

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Fui al Profeta (s.a.s.) y lo llamé (pidiendo permiso para entrar). Y el Profeta (s.a.s.) dijo: “¿Quién es?”. Yo dije: Yo. Entonces él salió y dijo: “¡Yo! ¡Yo!”. ([10])

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Pedí permiso al Profeta (s.a.s.) para entrar y dijo: “¿Quién es?”. Yo dije: Yo. Entonces el Profeta (s.a.s.) dijo: “¡Yo! ¡Yo!”.

        Este hadiz ha sido relatado por Shu’ba, pero en este dice: (¡Yo! ¡Yo!) Como si lo desaprobase.

 

 

IX

ESTÁ PROHIBIDO ESPIAR EN LA CASA DE OTRO

 

            Sahl ibn Sa’d as-Sa’idi relató que un hombre espió a través de un agujero de la puerta del Mensajero de Allah (s.a.s.). En ese momento el Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía en sus manos un instrumento puntiagudo con el que se estaba rascando la cabeza. Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) lo vio, le dijo: “Si hubiese sabido que estabas espiando hubiera atravesado esto en tu ojo”. Y dijo: “Ciertamente el permiso es necesario como protección de las miradas”.

 

        Sahl ibn Sa’d as-Sa’idi relató que un hombre espió por un agujero de la puerta del Mensajero de Allah (s.a.s.). Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía algo con punta con lo que estaba arreglando su cabello. El Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “Si hubiera sabido que estabas mirando hubiera pinchado tu ojo con esto. Allah ha prescrito el pedir permiso para proteger de las miradas”.

        Este hadiz ha sido relatado por Sahl ibn Sa’d as-Sa’idi con una pequeña variación en el texto.

 

        Anas ibn Malik relató que un hombre espió por algún agujero (de la puerta) del Mensajero de Allah (s.a.s.). (Y lo encontró) de pie con una o más flechas en su mano. Yo vi al Mensajero de Allah (s.a.s.) como si estuviese por perforar sus ojos”.

 

        Abu Huraira relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “El que espía dentro de la casa de una gente sin su permiso, es lícito para ellos sacarle sus ojos”.

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si una persona espía dentro de vuestra casa sin vuestro permiso y tenéis en vuestras manos un bastón con el que atravesáis sus ojos, no habrá daño para vosotros”. ([11])

 

 

X

LA MIRADA SÚBITA

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Le pregunté al Mensajero de Allah (s.a.s.) sobre la mirada súbita (en el rostro de una mujer). Y él me ordenó que desviara la mirada. ([12])

        Este hadiz ha sido relatado por Iunus a través de otra cadena de transmisores.


 

[1] El nombre del Profeta (s.a.s.) era Muhammad y él permitió a los musulmanes usarlo como nombre. El kunia quiere decir: padre de fulano, el Mensajero de Allah (s.a.s.) tuvo un hijo que se llamó Qasim de ahí que su kunia fuese Abu’l Qasim (padre de Qasim). 

[2] Qasim significa distribuidor, es el que distribuye las partes correspondientes entre la gente. El Profeta (s.a.s.) es el propagador del conocimiento de Allah y está autorizado divinamente para distribuir el botín de guerra y otras cosas que determinarán la posición de la gente en el Día del Juicio. El Profeta (s.a.s.) no quería que la gente pensase que el era Abu’l-Qasim simplemente por haber sido el padre de un niño llamado Qasim. Abu no solo significa padre sino que también dueño. En ese sentido Abu’l-Qasim significa el que posee el privilegio de repartir a cada uno su parte y de difundir el conocimiento de Allah.

[3] En el Corán a María se la llama: “¡Oh hermana de Aarón!”.(19:28), entonces los cristianos objetaban esto ya que Aarón era el hermano de Moisés y por lo tanto había vivido mucho antes que Jesús naciera. El Profeta (s.a.s.) les explicó que los judíos llamaban a su gente con los nombres de los profetas del pasado. También es posible que María tuviera un hermano que se llamase Aarón.

[4] El Profeta (s.a.s.) cambió el nombre de su esposa porque el nombre de Barra da a la que lo posee un sentido de orgullo y también para evitar que sus enemigos se burlasen de un hombre piadoso que sale de la casa de una mujer llamada Barra diciendo: Ha salido de la piedad.

[5] Allah le dice al Profeta (s.a.s.) en el Corán: “Y ciertamente estás hecho de un carácter eminente”. (68:4) El era de un temperamento amable y de hermosos modales en medio de un ambiente acostumbrado a una violencia arrogante. Nunca era insultante y jamás despreció al pobre o al enfermo. Honraba la nobleza y recompensaba según la valía, dando a cada cual lo más adecuado a sus necesidades. Jamás se humillo ante la riqueza o el poder, sino que llamaba a todos los que acudían a él a la adoración de Allah. Era siempre el primero en saludar y nunca el primero en retirar la mano. Era infinitamente paciente con los que acudían a él en busca de consejo o ayuda, sin importarle la ignorancia o la tosquedad de los malcriados. Siempre tenía tiempo para los que lo necesitaban. Era considerado con los visitantes hasta el punto de ceder su sitio o extender su capa para que se sentaran en ella. Prestaba a cada invitado su total atención, de tal manera que todos sin excepción sentían que ellos eran los más honrados. De todos los hombres era el menos dado a la ira y el que con menos se complacía. Los errores de sus acompañantes no eran mencionados y nunca culpaba ni amonestaba a nadie. Su criado Anas estuvo diez años a su servicio y durante ese tiempo el Profeta (s.a.s.) no le llamó la atención ni siquiera una vez. Disfrutaba escuchando las buenas opiniones sobre sus Compañeros y lamentaba la ausencia de estos. Visitaba a los enfermos aún en los barrios más distantes de Medina. Acudía a las fiestas y aceptaba las invitaciones tanto de esclavos como de hombres libres. Acompañaba a las procesiones fúnebres y rezaba sobre las tumbas de sus Compañeros. A donde quiera que fuese iba sin protección, aún entre gente de probada enemistad. Hablaba dulce y desenfadadamente cuando estaba con sus esposas y con sus Compañeros era el hombre más alegre y sonriente, apreciando lo que decían y charlando amigablemente con ellos. Nunca se enfadaba por sí mismo o por cuestiones relacionadas con este mundo, pero cuando se irritaba por algo relacionado con Allah, nada podía interponerse en su camino. Tenía el coraje del más valiente de los hombres. Su generosidad era tal que nunca decía que no. Nunca se iba a la cama hasta haber distribuido todo su dinero entre los pobres. Solía anticiparse a las necesidades de la gente preguntándoles antes de que fuesen a él. Así como era de generoso con sus pocas posesiones, era generoso de si mismo, dando sin cesar consejo, ayuda, amabilidad, perdón y rebosante amor. Amaba la pobreza y siempre se lo encontraba con los pobres. Su vida era lo más sencilla posible. Comía en un plato colocado sobre un mantel en el suelo, dormía sobre una esterilla que dejaba marcas en su piel. Ataba a su camello, barría su habitación, ordeñaba las ovejas, comía con los esclavos y decía: “¡Oh Allah! permíteme vivir, crecer y morir con los pobres”. Amaba los perfumes y las únicas posesiones que tenía en gran estima eran sus espadas, su arco y su armadura, las cuales usaba sin temor en las expediciones que dirigía. Por encima de todo, fue a través de él como el Corán fue revelado y la totalidad de su vida fue una constante manifestación de las enseñanzas en él contenidas. Fue el ejemplo perfecto para su comunidad. El decía: “Yo he venido a perfeccionar el buen carácter”. Y este es el objetivo y el resultado de seguir al Sello de los Profetas, que Allah le bendiga y le de la paz. 

[6] Probablemente el gorrión había muerto en las manos de Abu Umair mientras jugaba.

[7] El Profeta (s.a.s.) quería que Al-Mughira entendiese la ilimitada majestad y poder de Allah frente a todas esas cosas.

[8] Ubaii ibn Ka’b al enviar al más joven para que atestigue la afirmación de Abu Musa frente a Umar quería demostrarle a Umar que este hadiz era tan conocido que hasta el más joven entre la gente lo conocía.

[9] Los Compañeros no se rían para ridiculizar a Abu Musa sino que les causó gracia su temor sin fundamento, ya que Umar jamás trataría con dureza a un hombre noble como Abu Musa, lo que Umar quería era advertir a otros que no estaban siendo cuidadosos en la transmisión de hadices, además este hadiz era muy conocido.

[10] De este modo el Profeta (s.a.s.) expresaba su rechazo a este tipo de respuesta. Lo correcto en el Islam  es dar el nombre completo evitando todo tipo de equívocos y ambiguedades.

[11] De acuerdo al Imam Shafi’i las palabras de este hadiz deben ser tomadas en su sentido literal. En cambio para el Imam Abu Hanifa no es posible atravesar el ojo de alguien solo por que ha espiado dentro de la casa, pero si insiste luego de haber sido advertido y no cambia sus comportamiento y trata de entrar en la casa y pierde su vista al tratar de sacarlo, los habitantes de la casa no deben ser penalizados. Los que están de acuerdo con el Imam Abu Hanifa son de la opinión de que el Profeta (s.a.s.) usó estas palabras tan fuertes solo para impresionar a la gente sobre la gravedad del pecado de estar espiando en las casas de otra gente.    

[12] No es pecado la mirada casual sobre una mujer extraña, en este caso lo correcto es desviar la mirada, si se fija la mirada en ella se comete una falta. El Corán dice: “Di a los creyentes que bajen la vista con recato y que sean modestos”. (24:30) La excepción es cuando es necesario mirar una mujer: En el caso de un control médico, para la investigación de un delito o antes de contraer matrimonio.