COLECCIÓN DE HADICES

 

     KITAB AS-SALAM [1]

 

LIBRO DEL SALUDO

 

 

I

EL JINETE DEBE SER EL PRIMERO EN SALUDAR AL PEATÓN Y EL GRUPO PEQUEÑO AL GRUPO MÁS GRANDE

 

        Abu Huraira relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Que el jinete salude al peatón, el peatón al que está sentado y el grupo pequeño al grupo mayor”. 

 

 

II

EL QUE SE SIENTE EN LOS CAMINOS DEBE RESPONDER LOS SALUDOS

 

        Abu Talha relató: Estábamos sentados frente a nuestras casas conversando. Y llegó el Mensajero de Allah (s.a.s.) y se detuvo frente a nosotros. Y dijo: “¿Qué pasa con vosotros y vuestras reuniones en los caminos? Evitad estos encuentros en los caminos”. Entonces le dijimos: Nosotros nos sentamos sin molestar a nadie, solo para discutir y charlar entre nosotros. El dijo: “Si no podéis evitarlo, entonces cumplid con su obligaciones: bajad la mirada[2], responded los saludos y tened buenas conversaciones”.

 

        Abu Sa’id al Judri relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Evitad sentarse en los caminos”. Ellos dijeron: No podemos dejar de encontrarnos en los caminos para conversar. El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si insistís en vuestros encuentros dadle al camino sus derechos”. Dijeron: ¿Y cuáles son sus derechos? Dijo: “Bajar la mirada, no hacer daño, responder los saludos y ordenar el bien y prohibir el mal”.

        Este hadiz ha sido relatado por Za’id ibn Aslam a través de la misma cadena de transmisores.

 

 

III

UN DERECHO DE UN MUSULMÁN SOBRE OTRO ES QUE LE CONTESTE EL SALUDO

 

            Abu Huraira relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El musulmán tiene cinco derechos sobre su hermano: Responder el saludo, decir: Iarhamukullah (que Allah tenga misericordia de ti) al que ha estornudado y dicho: Al-Hamdulillah, aceptar las invitaciones, visitar al enfermo y seguir las procesiones fúnebres. Abd al-Razaq este es un hadiz mursal[3] de Zuhri apoyado en Ibn Musaiib.

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El musulmán tiene seis derechos sobre otro musulmán”. Dijeron: ¿Cuáles son? ¡Oh Mensajero de Allah! Dijo: “Si te encuentras con él debes saludarlo, si te invita (a su casa, a una fiesta, etc.) debes aceptar, si te pide consejo dáselo, si estornuda y alaba a Allah dile Iarhamukullah, si está enfermo visítalo y cuando muera sigue su funeral”.

 

 

IV

LA PROHIBICIÓN DE SER LOS PRIMEROS EN SALUDAR A LA GENTE DEL LIBRO (JUDÍOS Y CRISTIANOS) CON EL SALAM Y COMO SE DEBE RESPONDER A SUS SALUDOS

 

            Anas ibn Malik relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si la Gente del Libro os saluda respondedle: Lo mismo para vosotros (ua alaikum)”.

 

        Anas relató que los Compañeros del Profeta (s.a.s.) le dijeron a él: La Gente del Libro nos saluda con el salam. ¿Cómo debemos responderles? Dijo: “Decidles: Ua alaikum”.

 

        Ibn Umar relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Cuando los judíos os saludan algunos de ellos dice: As-Samu Alaikum (La muerte sea sobre vosotros). Entonces respondedles: Alaika (sobre ti)”.[4]

        Este hadiz ha sido relatado por Ibn Umar a través de otra cadena de transmisores con una pequeña variación en el texto.

 

        A’isha relató: Un grupo de judíos pidió audiencia al Mensajero de Allah (s.a.s.) y le dijeron: As-Samu Alaikum (La muerte sea con vosotros). Y A’isha contestó: Sobre vosotros, la muerte y la maldición. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “¡Oh A´isha! Ciertamente Allah ama la gentileza en todos los asuntos”. Ella dijo: ¿Acaso no has escuchado lo que dijeron? El dijo: “Yo les contesté: Ua alaikum (Y con vosotros)”.

 

        Zuhri relató este hadiz, pero en esta versión dice: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Yo les contesté: Alaikum”. Y no menciona: Ua (Y).

 

        A’isha relató: Un grupo de judíos fue al Profeta (s.a.s.) y ellos dijeron: As-Samu Alaikum ¡Oh Abu Qasim! Y él les contestó: “Ua alaikum”. A’isha dijo: Yo les dije: Sobre vosotros, la muerte y la maldición. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “¡A’isha! No seas tan dura”. Ella dijo: ¿No has escuchado lo que dijeron? El dijo: “¿Acaso no les respondí a lo que dijeron? Yo les dije: Ua alaikum”.

 

        Este hadiz ha sido relatado por A’mash con esta diferencia. A’isha entendió el significado de lo que habían dicho y los maldijo. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “No digas eso, ¡oh A’isha! Ciertamente a Allah le disgusta el uso de palabras duras”. Y Allah, Exaltado y Majestuoso, reveló: “Y cuando vienen a ti te saludan de manera distinta a como Allah te saluda” (58:8) Hasta el final de la aleya.[5]

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Una gente de los judíos saludo al Mensajero de Allah (s.a.s.). Le dijeron: “As-Samu Alaikum. ¡Oh Abu Qasim! Y él les contestó: “Ua Alaikum”. A’isha enfurecida le dijo: ¿No has escuchado lo que han dicho? Dijo: “Si, los escuche y les repliqué. Y ciertamente Allah se ocupará de mi réplica, pero la maldición que pidieron para nosotros no tendrá respuesta”.

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “No seáis los primeros en saludar a los judíos y a los cristianos con el salam. Y si os cruzáis con alguno de ellos en el camino que vaya por el costado”.

 

        Esta hadiz ha sido relatado por Suhail con la misma cadena de transmisores, pero en la versión narrada por Uaki’ dice: “Si encuentras a un judío”. Y en la de Shu’ba dice: Con la Gente del Libro. Y en el narrado por Yarir: “Cuando los encuentres a ellos”, y no menciona a los idólatras con sus nombres.

 

 

V

ES EXCELENTE SALUDAR A LOS NIÑOS

 

            Anas ibn Malik relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) pasó cerca de unos jóvenes y los saludó. Saiiar relató este hadiz con la misma cadena de transmisores.

 

        Saiiar relató: Yo estaba caminando con Zabit al-Bunani cuando pasó cerca de unos niños y los saludó. Y Zabit relató que él caminaba con Anas y pasó cerca de unos niños y los saludó. Y Anas relató que solía caminar con el Mensajero de Allah (s.a.s.) y si pasaba cerca de unos niños los saludaba (con el salam).

 

 

VI

ESTÁ PERMITIDO AUTORIZAR LA ENTRADA A LA CASA LEVANTANDO LA CORTINA O CON ALGÚN OTRO GESTO PARECIDO

 

        Ibn Mas’ud relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me dijo: “La señal de que estás autorizado a entrar es que la cortina esté levantada o que me escuches hablar en voz baja a menos que te lo prohiba”.[6]

        Este hadiz ha sido relatado por Ubaidullah con la misma cadena de transmisores.

 

 

VII

ESTÁ PERMITIDO QUE LAS MUJERES SALGAN A LOS CAMPOS PARA HACER SUS NECESIDADES

 

            A’isha relató: Saudá salió para hacer sus necesidades después de que el velo había sido prescrito para las mujeres. Ella era una mujer corpulenta que se distinguía entre las otras por su cuerpo y que no pasaba desapercibida para el que la conocía. Umar ibn al-Jatab la vio y le dijo: ¡Oh Saudá! ¡Por Allah! Tu no puedes ocultarte de nosotros, entonces se cuidadosa cuando sales. Y entonces ella se volvió. En ese momento el Mensajero de Allah (s.a.s.) estaba en mi casa cenando y tenía un hueso en su mano. Ella vino y dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Yo salí y Umar me dijo esto y esto otro. Entonces le descendió la revelación y cuando terminó todavía tenía el hueso en su mano y no lo había arrojado. Y dijo: “Habéis sido autorizadas a salir para hacer vuestras necesidades”.

 

        Este hadiz ha sido relatado por Hisham con la misma cadena de transmisores y en este dice: Ella era una mujer llamativa por su cuerpo entre la gente. El resto del hadiz es el mismo.

 

        A’isha relató que las esposas del Mensajero de Allah (s.a.s.) solían salir de noche a las afueras (de Medina) a campo abierto para hacer sus necesidades. Y Umar ibn al-Jattab le decía al Mensajero de Allah (s.a.s.): Pídeles a tus mujeres que usen el velo. Pero el Mensajero de Allah (s.a.s.) no lo hacía[7]. Saudá bint Zam’a, la esposa del Profeta (s.a.s.), salió una noche cuando estaba obscuro. Ella era una mujer muy alta. Umar la llamó diciéndole: Nosotros te reconocemos, ¡oh Saudá! (Dijo esto) con la esperanza de que se revelasen las aleyas que prescriben el velo. Y dijo A’isha: Y Allah, Exaltado y Majestuoso, reveló las aleyas que prescriben el velo.

        Este hadiz ha sido relatado por Ibn Shihab con la misma cadena de transmisores.

 

 

VIII

PROHIBICIÓN DE ESTAR A SOLAS CON UNA MUJER EXTRAÑA O ENTRAR EN SU CASA CUANDO ESTÁ SOLA

 

                Yabir relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “¡Atención!, que un hombre no pase la noche con una mujer casada excepto que está casado con ella o que sea su mahram” [8].

 

        Uqba ibn Amir relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Cuidado con entrar en las casa donde hay mujeres”. Y un hombre de los Ansar dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! ¿Y qué pasa con el hermano del esposo (al-hamu)? Dijo: “El hermano del esposo es como la muerte” [9].

        Este hadiz ha sido relatado por Iazid ibn Abu Habib con la misma cadena de transmisores.

 

        Ibn Uahb relató: Escuché a Al-Laiz ibn Sa’d decir: Al-hamu es el hermano del esposo u otros familiares cercanos a él como primos u otros.

 

        Abdullah ibn Amr ibn al-As relató que unas personas de los Banu Hisham entraron en la casa de Asmá bint Umais. Y (también) entró Abu Bakr as-Siddiq que en ese momento era su esposo, los vio y desaprobó (esa acción). Entonces se lo mencionó al Mensajero de Allah (s.a.s.) y le dijo: No he visto en ella sino cosas buenas. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente Allah la ha protegido de todo eso”. Luego el Mensajero de Allah (s.a.s.) se subió al púlpito y dijo: “Después de hoy ningún hombre debe entrar en la casa de otro durante su ausencia sino es acompañado por una o dos personas”.

 

 

XIX

ES EXCELENTE ACLARARLE A OTRO QUE LA MUJER QUE LO ACOMPAÑA A UNO ES LA ESPOSA O UNA MUJER MAHRAM PARA NO CREARLE DUDAS

 

                Anas relató que el Profeta (s.a.s.) estaba con una de sus esposas cuando se cruzó con un  hombre, entonces lo llamó y cuando se acercó le dijo: “¡Oh fulano! Esta es mi esposa fulana”. Y él dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Si yo tuviese dudas de alguien no sería precisamente de ti. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “Ciertamente Shaitán circula por el hombre como su sangre”.

 

        Safiia bint Huiaii (la esposa del Profeta) relató: El Profeta (s.a.s.) estaba realizando i’tikaf [10]. Yo lo visité durante una de las noches y conversé con él. Luego me levanté para irme y él también lo hizo para despedirme. En ese tiempo ella vivía en la casa de Usama ibn Zaid. Y dos personas de los Ansares pasaron por allí y cuando lo vieron al Profeta (s.a.s.) aceleraron su paso. Y el Profeta (s.a.s.) les dijo: “Caminad despacio que ella es Safiia bint Huiaii”. Ellos dijeron: ¡Gloria a Allah! ¡Oh Mensajero de Allah! (Jamás podríamos pensar mal de ti) Dijo: “Ciertamente Shaitán circula por el hombre como lo hace su sangre. Y he temido que instalase en vuestros corazones el mal”. O dijo: “alguna cosa”. Este hadiz ha sido relatado por Safiia, la esposa del Profeta (s.a.s.) a través de otra cadena de transmisores. Ella fue al Profeta (s.a.s.) para visitarlo en su i’tikaf en la mezquita durante los últimos diez días del Ramadán. Conversó un rato con él, luego se levantó para irse y el Profeta (s.a.s.) se levantó para despedirla. El resto del hadiz es el mismo, excepto que dice: El Profeta (s.a.s.) dijo: “Ciertamente Shaitán se introduce en el hombre como lo hace la sangre” (por todas partes del cuerpo).

 

 

XX

EL QUE LLEGA A UNA REUNIÓN Y ENCUENTRA UN LUGAR QUE SE SIENTE EN EL CÍRCULO O DETRÁS DE ÉL

 

             Abu Uaqid al-Laizi relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) estaba sentado en la mezquita con alguna gente cuando llegaron tres personas. Dos de ellos se dirigieron hacia el Mensajero de Allah (s.a.s.) y el otro se fue. Los dos se quedaron de pie al lado del Mensajero de Allah (s.a.s.) y uno de ellos encontró un lugar en el círculo y se sentó y el otro se sentó detrás de él. En cuanto al tercero, se retiró. Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) terminó dijo: “¿Queréis que os informe sobre estas tres personas? Uno de ellos se refugió en Allah y Allah lo refugió, el otro sintió vergüenza y Allah fue amable con su vergüenza (y le dio lugar en la reunión) y el último se volvió atrás entonces Allah también dejó de atenderlo”.

            Este hadiz ha sido relatado por Ishaq ibn Abdullah ibn Talha con la misma cadena de transmisores.

 

 

XXI

SI UNA PERSONA DEJA SU LUGAR TIENE DERECHO A OCUPARLO NUEVAMENTE AL VOLVER

 

               Ibn Umar relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Que ninguno de vosotros haga que otro se levante de su lugar en una reunión y luego ocupe su lugar”.

 

        Ibn Umar relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Una persona no debe hacer que otra se levante de su lugar para sentarse ella, sino que debe pedirle que le haga lugar”.

        Este hadiz ha sido relatado por Ibn Umar a través de otra cadena de transmisores con una pequeña variación en el texto.

 

        Ibn Umar relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Que ninguno de vosotros haga que su hermano se levante para luego sentarse en su lugar”. Y si alguien se paraba para darle su lugar a Ibn Umar él no aceptaba sentarse allí.

        Este hadiz ha sido relatado por Ma’mar con la misma cadena de transmisores.

 

        Yabir relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Ninguno de vosotros debe hacer que su hermano se levante el día viernes (durante la oración comunitaria) para ocupar su lugar, sino que le debe decir: Hazme lugar”.

(

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si uno de vosotros se levanta”. Y en el hadiz transmitido por Abu Auana: “Quien se levanta de su lugar y luego regresa tiene más derecho a ocuparlo”.

 

 

XXII

ESTÁ PROHIBIDA LA ENTRADA DE EUNUCOS CON LAS MUJERES

 

            Umm Salama relató que tenía un eunuco (como siervo) en su casa. Y una vez que el Mensajero de Allah (s.a.s.) estaba allí el (eunuco) le dijo al hermano de Umm Salama: ¡Oh Abdullah ibn Abu Umaiia! Si mañana Allah os otorga la victoria en Ta’if te mostraré a la hija de Gailán que tiene cuatro pliegues adelante en su estómago y ocho por atrás. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) lo escuchó y dijo: “Que estas personas no entren con vosotras”.

 

        A’isha relató: Había un eunuco que solía ir con las esposas del Profeta (s.a.s.). Y ellas no lo objetaban, ya que consideraban que no tenía deseos sexuales. Un día el Profeta (s.a.s.) entró y él estaba sentado con algunas de sus esposas describiendo a una mujer y decía: De frente ella tiene cuatro pliegues y si se da vuelta tiene ocho pliegues por atrás. Entonces el Profeta (s.a.s.) dijo: “Veo que él conoce esas cosas. No permitáis que entre con vosotras”. Entonces ellas comenzaron a usar el velo frente a él.

 

 

XXIII

ESTÁ PERMITIDO MONTAR A UNA MUJER DETRÁS DE UNO SI SE LA ENCUENTRA EXHAUSTA EN EL CAMINO

 

            Asmá bint Abu Bakr relató: Yo estaba casada con Zubair. El no tenía tierras, ni riquezas ni esclavos, solo tenía un caballo. Yo llevaba a pastar a su caballo, le conseguía el forraje y lo cuidaba. Y cultivaba dátiles para su camello, lo llevaba a pastar y le conseguía agua. Remendaba el balde de cuero y amasaba la harina. Pero como no era buena para cocer el pan unas vecinas lo hacían para mi. Y ellas eran unas mujeres sinceras. Y ella dijo: Yo solía llevar sobre mi cabeza los huesos de los dátiles de la tierra que el Mensajero de Allah (s.a.s.) le había dado a Zubair y que estaba a tres kilómetros de Medina. Y ella dijo: Un día yo iba llevando los huesos de los dátiles sobre mi cabeza cuando me encontré con el Mensajero de Allah (s.a.s.) y algunos de sus Compañeros. Y él me llamó y luego dijo (al camello): “Siéntate, siéntate”. Para que yo montase detrás suyo. (Y yo dije a mi esposo): Tuve vergüenza y recordé tus celos. El dijo: ¡Por Allah! Cargar los huesos de los dátiles sobre tu cabeza es más duro que montar detrás de él.[11] Ella dijo: (Yo tuve una vida difícil) hasta que Abu Bakr me envió una sierva que tomó la responsabilidad de cuidar el caballo. Y yo sentí como si ella me hubiera liberado.

       

        Asmá relató: Yo solía hacer los trabajos de la casa de Zubair. Y él tenía un caballo que yo cuidaba. Para mi no había nada más pesado que cuidar el caballo. Yo le llevaba forraje y lo cuidaba. Luego conseguí una sierva ya que el Profeta (s.a.s.) tenía unos prisioneros de guerra. El me dio una sierva que comenzó a cuidar al caballo y entonces me sacó ese peso. Y una persona vino y me dijo: ¡Oh Umm Abdullah! Soy una persona pobre y quiero comenzar un negocio a la sombra de tu casa. Ella dijo: Si yo te doy permiso puede que Zubair te lo niegue, entonces pídemelo cuando Zubair esté presente. Entonces vino y dijo: ¡Oh Umm Abdullah! Yo soy una persona pobre y quiero comenzar un negocio a la sobra de tu casa. Ella dijo: ¡Acaso no hay en Medina otra casa que la mía? Y Zubair le dijo a ella: ¿Porqué le vas a prohibir comenzar un negocio a este pobre? Y él comenzó su negocio y le fue tan bien que le vendimos nuestra esclava. Y Zubair vino a mi y yo tenía el dinero sobre mi falda y me dijo: Dámelo a mi. Yo le dije: Pensaba darlo como caridad.

 

 

XXIV

ESTÁ PROHIBIDO QUE DOS PERSONAS CONVERSEN EN SECRETO SIN EL PERMISO DE LA TERCERA PERSONA

 

            Ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si hay tres personas dos de ellas no deben conversar excluyendo a la tercera”.

            Este hadiz ha sido relatado por Ibn Umar a través de dos cadenas diferentes de transmisores.

 

        Abdullah relató: el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si estáis tres personas no converséis secretamente dos de vosotros excluyendo a la tercera, hasta que llegue otra gente para que no se sienta triste”.

 

        Abdullah relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si estáis tres no converséis en secreto dos excluyendo a vuestro compañero ya que eso lo pude entristecer”.

          Este hadiz ha sido relatado por A’mash con la misma cadena de transmisores.

 

 

 

 


 

[1] Cada sociedad tiene una forma de saludarse, en el Islam el saludo consiste en decirse As-Salamu Alaikum (La paz sea con vosotros) que tiene un profundo significado espiritual. Primero la paz como algo que define la naturaleza del Islam, cada vez que se encuentran los musulmanes se desean paz y este deseo se extiende a todos los hombres y comunidades de la tierra, ya que el saludo es siempre en plural: Alaikum, aunque se salude a una sola persona. As-Salamu Alaikum es el saludo mínimo, a estas palabras generalmente se le agrega: Rahmatullah ua barakatuhu (y la Misericordia de Allah y Sus Bendiciones).Estas tres palabras sintetizan al Islam: Paz, Misericordia y las Bendiciones de Allah

[2] Esto no significa que el hombre debe estar constantemente mirando hacia el suelo sino que debe evitar mirar lo que tiene prohibido. El estar sentado al lado del camino da ocasión de ver muchas cosas, especialmente se trata de evitar problemas para las mujeres que tengan que transitar por allí y así exponerse a miradas indiscretas.

[3] Mursal es un tipo de hadiz en el que falta en la cadena el nombre da un Compañero, entonces la cadena llega a uno de los sucesores pero no al Compañero. Este tipo de hadiz se refuerza y se vuelve auténtico cuando un narrador digno de confianza como Sa’id ibn al-Musaiib lo autentica.

[4] Este hadiz explica por que el Profeta (s.a.s.) ordenaba a sus seguidores a responder de ese modo, ya que algunos judíos perversos en lugar de decir As-Salamu Alaikum decían: As-Samu Alaikum o sea deseaban la muerte en lugar de la paz. Al responder Alaikum volvía hacia ellos su saludo fuese el de paz o el de muerte. En este caso es significativo que el Profeta (s.a.s.) dice de responder Alaika o sea en singular en lugar del plural usual, mostrando así su generosidad para no abarcar a todo el pueblo judío y que quedase restringido solo al que había saludado.

[5] La aleya completa es: “Cuando vienen a ti te saludan de manera distinta a como Allah te saluda y dicen para si: ¿Cómo es que Allah no nos castiga por lo que decimos? Les bastará con el Infierno, en el que arderán. ¡Qué mal final!”.   

[6] Escuchar su voz era el signo de que el Profeta (s.a.s.) estaba en su casa o sea que a menos que se lo prohibiese Ibn Mas’ud por su proximidad al Mensajero de Allah (s.a.s.) tenía el privilegio de poder entrar a su casa.

[7] Porque aún no había sido revelada su obligatoriedad.

[8] Mahram es uno con el que no está permitido casarse de acuerdo con al Shari’at: padres, hermanos, tíos maternos y paternos, etc. 

[9] Que el Profeta (s.a.s.) haya dicho que el hermano del esposo es como la muerte no es una maldición para él, sino que implica que al ser un miembro de la familia puede tener más oportunidades de caer en el pecado si tiene libertad para estar a solas con la esposa de su hermano.

[10] Retiro en la mezquita, generalmente en los últimos diez días del mes de Ramadán.

[11] De acuerdo al Imam Nauaui los deberes de la mujer no incluyen los trabajos de la casa, es la costumbre la que ha hecho que ellas se ocupen de eso. Los principales deberes como esposas son dos: satisfacer los deseos sexuales del esposo y cuidar los intereses de la casa.