EL
VINO ETERNO
al-Jamra
al-Açalía
de
Sidi Ahmad ibn ‘Aÿîba al-Hásani
Allah
ha dicho: “Yo era un Tesoro Escondido, y cuando quise ser conocido creé a
las criaturas”.
Y
también dijo: “No me abarcan ni mis cielos ni mi tierra, pero sí me abarca
el corazón de quien se abre a mí”.
Y
el Profeta (s.a.s.) dijo: “Quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor”.
Introducción
En su capacidad para
sondear un fondo infinito que presiente en sí, el ser humano adivina la
eternidad que está en el fundamento de su ser y de la existencia entera. En
el Islam se llama Allah a ese Océano sin orillas en el que vivimos y en el que se
sumerge quien acepta el reto que le lanza su propia hondura. En Sí, en su
Secreto, Allah es llamado con frecuencia por los sufíes ‘Vino Eterno’ (Jamra
Açalía), porque la intuición de su Inmensidad produce un vértigo que
permite escapar de las condiciones que el mundo nos impone, y esa experiencia
los hace ingrávidos en medio del universo. Ese trastorno que resulta del
presentimiento de Allah es lo único capaz de darnos una idea de su
desproporción, de su Realidad. Se trata de un ‘saber’ fruto de un
‘paladeo’ (dzáuq).
Los sufíes utilizan
a propósito el término ‘Vino’ (Jamra, en femenino, existiendo el
masculino Jamr), a pesar de sus resonancias primeramente escandalosas para
cualquier musulmán. La fuerza evocadora de esa palabra y la severidad de los
sufíes son suficientes para sugerir su auténtica significación sin
desviaciones hacia una interpretación simple. Rigurosos en la práctica del
Islam, los sufíes emplean una palabra extraída del mismo Corán, que habla
del ‘vino puro’ que los musulmanes, más allá de la muerte, beberán en
el Jardín. Es un ‘vino’ que está en las cercanías al Señor de los
Mundos, una intuición poderosa, distinto del ‘vino’ mundanal, prohibido
para que no aparte a los rectos de la Verdad, el Vino auténtico. Insistimos
en esto porque las mentes superficiales podrían creer que los sufíes invitan
al consumo del alcohol, siendo todo lo contrario.
Con el uso del
femenino acoplan ‘Vino’ a la palabra Dzât, la Esencia. Y, puesto que la
ebriedad tiene otra imagen poderosa en el amor apasionado que hace perder el
sentido (los sufíes son los ‘âshiqîn o ‘ushshâq, los enamorados de
Allah), de nuevo Allah recibe como nombre el de Lailà (la amada por
antonomasia), que a su vez significa Noche Oscura, a causa de su indeterminación
y su carácter indefinible: en la noche las cosas se desvanecen y pierden sus
perfiles sumiéndose en la eternidad. Sobre estos ejes se va articulando la
poesía sufí, una de las más bellas del mundo.
Abandonándose a su
capacidad para sumergirse en ese Vino Eterno, el sufí ‘conoce’ y ‘se
acerca’ a Allah del único modo posible: desvaneciéndose en su Inmensidad.
Pero simultáneamente sabe que él mismo acoge en su seno ese Mar Absoluto,
que él y cada particula en la existencia entera tienen como soporte el
Infinito estructurador de cada realidad. Descubre así a Allah -en toda su
plenitud- manifiesto en cada átomo. En esto no hay panteísmo ni encarnación,
que son sólo arrogancias de la mente. Las cosas no son Allah ni lugar en las
que Él resida, sino formas que constantemente se diluyen en el Océano
Verdadero. La Eternidad se concreta en cada cosa sin perder sus dimensiones y
sin confundirse con nada, pues todo está regido y conjugado por el Uno-Único,
Trascendente y Supremo. El Indeterminado se concreta a Sí mismo y se expresa
sosteniendo a cada una de sus criaturas pasajeras, que son resultados de sus
facultades, los efectos de su Poder, la imágenes de sus capacidades y
excelencias. El universo pasa a ser elocuente ante el sufí, y le habla de
características que no vislumbraba en el amorfo Vino Eterno. Así queda
completado el círculo y se alcanza la sabiduría (Má‘rifa o ‘Irfân) que
nos integra y reconcilia con el Ser en Acción (Wuÿûd).
El Vino antes de su
manifestación (al-Jamra qábla at-Taÿallî) es la Presencia de la Unicidad
(al-Hadra al-Ahadía), objeto de una absoluta Abstracción
excluyente (Tançîh): ahí, Allah es Absoluto, Indeterminado, Insondable,
Solitario,... Por su parte, el Vino tras su manifestación (al-Jamra ba‘da
t-Taÿallî) es la Presencia de la Unidad (al-Hadra al-Wâhidía)
en la que el Uno se ofrece con la Afirmación de sus Cualidades (Izbât as-Sifât)
que exigen nuestra existencia para su realización: Allah es entonces Creador,
Misericordioso, Soberano, Poderoso, Eje de lo plural,...
De lo anterior se
deduce que hay un primer proceso ‘desidolatrizador’ y ‘ascendente’: el
sufí se propone la Esencia en Sí, despojándola de todo, para conocerla en
su pura simplicidad. En un segundo momento, volviendo al mundo, la reencuentra
en cuanto existe sin que las formas estorben ni desvíen de lo esencial y sin
que exista ya el peligro de ‘asociar’ a Allah lo que no es Él, quedando
todo reunificado en su Fuente Única.
Ofrecemos a
continuación la trascripción y traducción de un texto debido al Sháij Sidi
Ahmad ibn ‘Aÿîba al-Hásani (1747-1809). Este maestro nació
y murió en el norte de Marruecos y fue autor de una gran cantidad de libros
caracterizados por la sencillez y la claridad en la exposición de los temas,
y siendo con ello una oportuna y magnífica introducción al sufismo más auténtico.
En este caso, se trata de un breve resumen de la ‘Aqîda (la cosmovisión
del Islam) escrita al modo de los sufíes, es decir, a base de ‘alusiones’
(ishârât) que sugieren el trasfondo que toda otra exposición más formal no
deja traslucir. En este sentido, es un buen complemento a la ‘Aqîda Tahâwía
que zawiya.org ofrece entre sus publicaciones. A pesar de que el uso del término
‘vino’ pueda resultar molesta a algunos, la obra del Sháij es
perfectamente correcta en términos islámicos. El original en árabe (con
traducción al francés), publicado bajo el título Deux
Traités sur l’Unité de l’Existence, se puede conseguir en la Librería
Dîwân (véase el catálogo en nuestra sección Cultura Islámica). En
zawiya.org ya han aparecido otros textos de Ibn ‘Aÿîba en los que comenta
las Sentencias del maestro Ibn ‘Atâ de Alejandría.
Trascripción
y traducción de Abderramán Mohamed Maanán
bísmil-lâhi
r-rahmâni r-rahîm
Con
el Nombre de Allah, el Rahmân, el Rahîm
fî
hâli dz-dzâti l-açalía* qábla t-taÿallî wa bá‘dah*
La
Esencia Eterna antes y después de su manifestación
al-hámdu
lillâhi l-wâÿibi l-wuÿûd* al-mutaÿallî bi-kúlli mawÿûd* wa s-salâtu
wa s-salâmu ‘alà bádzrati l-wuÿûd* wa mánba‘i l-makârimi wa l-ÿûd*
sáyidinâ Muhámmadin áfdali kúlli hâmidin wa mahmûd*
Alabanzas
a Allah, el Ser Necesario que se manifiesta a través de todo ser existente.
Bendiciones y paz a la simiente de la existencia, la fuente de las virtudes y
la generosidad, nuestro señor Muhammad, el mejor de los que han elogiado (a
Allah) y el mejor de los elogiados.
wa
ba‘d
Y
después:
fa-hádzihi
nábdzatun min nu‘ûti l-jámrati l-açalíati qábla l-wuÿûdi wa bá‘dah*
hamalanî ‘alà ÿam‘ihâ mâ wáqa‘a fîhâ min al-jáudi
min bá‘di l-ijwân* min gáiri dalîlin mínhum wa lâ burhân* fa-aradtu
an ubáyina mâ ádrakathu l-adzwâqu s-salîma* wa n-nuqûlu l-mustaqîma*
Esta
es una exposición sucinta de las características del Vino Eterno antes y
después de su manifestación, a cuya redacción me han llevado las
discusiones que han tenido lugar entre algunos hermanos (que polemizan) sin
aportar pruebas ni argumento alguno. He querido esclarecer lo que han
percibido las intuiciones sanas (las de los grandes maestros sufíes) y han
confirmado las tradiciones rectas (versículos del Corán y hadices, o dichos,
del Profeta).
yakûnu
dzálika bi-ishâratin latîfa* wa algâçin raqîqa* liánna ‘ílmanâ
kúllahu ishâra* fa-idzâ sâra ‘ibâra jáfi*
Y
sea ello a modo de alusiones sutiles y enigmas delicados, porque toda nuestra
ciencia es alusiva que cuando se hace expresiva, se oculta.
wa
billâhi asta‘în* wa lâ háula wa lâ qúwwata illâ billâhi l-‘alíyi
l-‘azîm*
En
Allah busco ayuda. No hay fuerza ni poder salvo en Allah, el Elevado, el
Inmenso.
nu‘ût
al-jámra
fî hâl al-kançía
Características
del Vino en el estado de no-manifestación
kânat
l-jámratu l-açalíatu qábla an tataÿallà fî l-awânî* latîfata
l-mabânî* nûrâníatan sha‘shânía* rûhâníatan bilâ ÿismânía*
awwaláitan bilâ bidâya* âjiríatan bilâ nihâya* láisa lahâ hásrun
wa lâ gâya* lâ yúmkinu li-áÿli latâfatihâ an tudrikahâ l-absâr*
wa lâ tuhîtu bihâ l-‘ulûmu wa l-afkâr*
El
Vino Eterno (la Esencia), antes de manifestarse en los receptáculos, era de
estructura sutil, luminosa, relampagueante, espiritual sin corporalidad,
primordial sin comienzo, última sin final, sin límite ni término. A causa
de su sutileza, las miradas no pueden percibirla ni las ciencias ni los
pensamientos son capaces de abarcarla.
wa
láisa lahâ fî hâli l-kançíati sháklun wa lâ rasm* wa lâ ÿáuharun
wa lâ ÿism* wa innamâ hiya hunâka ma‘ânî sâfiatun lâ híssa
fîhâ* wa rubûbíatun máhdatun lâ ‘ubûdíata fîhâ* liánna
l-‘ubûdíata min wazâifi l-ashkâli wa r-rusûm* wa láisa hunâka
illâ asrâra l-háyyi l-qayyûm*
En
el estado de no-manifestación no tiene forma ni delimitación, ni sustancia,
ni cuerpo: es ahí inteligibilidad pura sin aspecto físico, y es Soberanía
Absoluta sin que haya en Ella ninguna servidumbre, pues la servidumbre es
inherente a la función de las formas y los límites, mas ahí sólo están
los secretos del Viviente, el Subsistente.
wa
innamâ záharati l-ashkâlu wa r-rusûmu fî l-jámrati ba‘da taÿallîhâ
wa wád‘ihâ fî l-kîsân* li-yashrabahâ minhâ áhlu l-‘irfân*
Las
formas y las criaturas delimitadas han aparecido en el Vino tras su
manifestación al ponerse en las copas para que de ellas la beban las Gentes
del Conocimiento.
fa-lammâ
záharati l-jámratu fî l-ashkâli wa r-rusûm* kasâhâ ridâa l-kibriyâi
wa l-‘íççi l-háyyu l-qayyûm* wa hiya ausâfu l-basharía*
wa ahkâmu l-‘ubûdía* fa-hiya fî hâli l-kançíati ganíatun
‘ani r-ridâ* fal-‘arûsatu qábla an tataÿallà lâ tahtâÿu ilà
ridâ*
Y
cuando el Vino apareció en las formas y en las criaturas el
Viviente-Subsistente las recubrió con el Manto de la Grandeza y la Arrogancia
que consiste en las características humanas y la reglas de su servidumbre. En
el estado no-manifestado prescinde del Manto al igual que la novia no necesita
de velo antes de mostrarse al día.
na‘ami
l-‘ilmu bi-zuhûri l-‘ubûdíati qadîm* wa kadzâlika l-ma‘ânî
l-latî hiya mâddatu l-ashkâli wa r-rusûm* wa zuhûru nu‘ûti
l-‘ubûdíati hâdiza* wa hiya talwînun lil-jámrati wa htiÿâbun
lahâ ba‘da zuhûrihâ* li-yabqâ s-sírru masûna* wa l-kánçu
ba‘da z-zuhûri madfûna* wal-yataháqqaq fîhâ smuhu z-zâhiri
wa l-bâtin*
Sí;
el conocimiento de la aparición de la servidumbre (la Ciencia de Allah)
pertenece a lo eterno -y también los inteligibles que son la materia de las
formas y las criaturas-, pero la aparición de las características de la
servidumbre ocurre en el tiempo, y son el coloreamiento del Vino y su
velamiento tras mostrarse para que el Secreto quede resguardado y el Tesoro,
dejándose ver, siga sepultado, haciéndose reales en Ella sus Nombre el
Evidente y el Oculto.
falâ
hudûza ‘indanâ fî dzawâti t-taÿalliyâti l-latî hiya mazâhiru l-jamra* wa innamâ l-hudûzu fî
talwînihâ wa tashkîlihâ ba‘da zuhûrihâ* wa láisa dzâlika t-talwînu
wa t-tashkîlu shái-an çâidan ‘alaihâ*
Según
nosotros, no hay temporalidad en las entidades de las manifestaciones, que son
lugar de la aparición del Vino. La temporalidad acontece en su coloramiento y
su determinación formal tras manifestarse, y ese coloramiento y formalidad no
son algo añadido a Ella (la Esencia embriagadora).
fa-lammâ
kânat qábla t-taÿallî lâ shái-a ma‘ahâ* kadzâlika hiya bá‘da t-taÿallî
lâ shái-a ma‘ahâ* idz talwînuhâ wa tashkîluhâ lâ yujriÿuhâ ‘an aslihâ
min al-wahda* fáfham*
Antes
de su manifestación nada había con Ella, y del mismo modo, tras la
manifestación, no hay nada con Ella, pues su coloramiento y su adopción de
forma no la aparta de su raíz en la Soledad Unitaria. ¡Compréndelo!
wa
hâdzihi l-jámratu áidan fî hâli l-kançía* kânat múttasifatan
bi-ÿamî‘i sifâtihâ l-açalía* mútasammíatan bi-asmâihâ l-qudsía*
zúmma záharat ba‘da taÿallîhâ âzâru asmâihâ wa sifâtihâ
fî mazâhiri l-ashyâ*
Y
ese Vino, en el estado de no-manifestación, poseía todas sus cualidades
eternas y lo calificaban los Nombres Insondables. Después, se mostraron -tras
su manifestación- los efectos de sus Nombres y sus Cualidades en la
apariencia de las cosas.
wa
shawâhidu hâdzihi n-nu‘ûti min tarîqi n-náqli qáuluhu sallà
llâhu ‘aláihi wa sállam* kâna llâhu wa lâ shái-a má‘ah* ay láisa
ma‘ahu fîl-áçali shái-un wa lâ rasm* wa lâ hísun wa lâ ÿins*
Uno
de los testimonios de estas características en la Tradición (que nos ha sido
trasmitida) es el siguiente dicho (del Profeta -s.a.s.-):
“Allah era y nada había con Él”, es decir, no hay con Él, en la
eternidad, ninguna cosa ni ninguna delimitación, ni aspecto sensible ni
categoría.
çâda
bá‘du l-‘ârifîn* wa huwa l-ân ‘alà mâ ‘aláihi kân* ay
liánna mâ záhara min al-awânî* huwa min gáiri l-ma‘ânî* fa-mâ
záhara fî ‘âlami sh-shahâda* huwa ‘áinu l-gáibi min gáiri çiyâda*
Un
sabio añadió (a la fórmula del Profeta -s.a.s.-): “Y Él es ahora tal
como era”, es decir, puesto que lo que ha parecido en los receptáculos
proviene de los significados interiores, en el mundo fenoménico sólo se ha
mostrado el mundo invisible, sin aumento.
wa
talwînu l-jámrati wa tahsîsuhâ* lâ yujriÿuhâ ‘an aslihâ
kamâ taqaddam* fal-ámru l-âna ‘alà mâ kâna ‘aláihi fî l-áçal*
El
coloreamiento y densificación material (de la Esencia) no la aparta de su raíz,
según ya ha sido dicho. La Realidad es ahora tal como era en la eternidad.
wa
fî hadîzi t-tirmîdzi ‘an abî ruçáin al-‘uqaili* qulnâ yâ
rasûlallâh* áina kâna rabbunâ rabbunâ qábla an yájluqa jálqah* qâla
kâna fî ‘amâ* láisa fáuqahu hawâ* wa lâ táhtahu hawâ* ay kâna
fî jafâin wa latâfa* lam yáhsurhu hawâun min fáuqihi wa lâ
min táhtih* idz lâ fáuqun wa lâ táht* bal huwa áusa‘u
min kúlli fáuqin wa min kúlli taht* qâla ta‘âlà* fa-ainamâ
tawallau fa-zámma wáÿhu llâh* ínna llâha wâsi‘un ‘alîm*
Entre
los hadices de at-Tirmîdzi hay uno recogido a partir de Abû Ruçáin al-‘Uqaili
(quien dijo): Dijimos: “¡Oh, Mensajero de Allah! ¿Dónde estaba nuestro Señor
antes de crear su creación?” Respondió: “Estaba en una nebulosa sobre la
que no había atmósfera y bajo la que no había atmósfera”, es decir,
estaba en un vacío recóndito e inmerso en un carácter sutil indelimitado no
habiendo atmósfera por encima ni por debajo, pues no había arriba ni abajo.
Él es más amplio que todo ‘sobre’ y todo ‘bajo’. Allah ha dicho (en
el Corán): “Hacia donde os volváis está la Faz de Allah. Ciertamente,
Allah es Amplio y Sabio”.
wa
qîla li-sayyidinâ ‘alíyin kárrama llâhu wáÿhah* yâ bna ‘ámmi rasûlillâh*
áina kâna rabbunâ wa hal lahu makân* fa-tagáyyara wa sákata sâ‘atan
zumma qâl* suâlun ‘an makân* wa kâna llâhu wa lâ makân* zumma jálaqa
ç-çamâna wa l-makân* wa huwa l-âna kamâ kân* intahà* ay lâ wuÿûda
lahâ fî dzâtihimâ* fa-lâ shái-a ma‘ah* wa fîha lâ yaçâl*
Se
preguntó a nuestro señor ‘Ali (¡Allah ennoblezca su rostro!): “Oh,
primo del Mensajero de Allah! ¿Dónde estaba nuestro Señor? ¿Está en algún
lugar?”. Se alteró (su rostro) y estuvo callado un largo tiempo, y después
respondió: “Vuestra pregunta es por un lugar, pero Allah era y no había
espacio. Luego creó el tiempo y el espacio, y Él es ahora tal como era”
(fin de la cita), es decir, (el tiempo y el espacio) no existen por sí mismos
por lo que no hay nada con Él y así sigue siendo.
wa
súila abû l-husáini n-nûri* áina llâhu min majlûqâtih* qâla kâna
llâhu wa lâ áin* wa l-majlûqâtu fî ‘ádam* fa-kâna háizu hu*
wa huwa l-âna háizu kân* idz lâ áinu wa lâ makân* intahâ
Y
se le preguntó (al maestro sufí) Abû l-Husáin an-Nûri. “¿Dónde
está Allah en relación a sus criaturas?”. Y respondió: “Allah era sin
(que existiera) ‘dónde’ y las criaturas estaban en la nada. Él estaba en
Sí y ahora está donde estaba, pues no hay ‘dónde’ ni lugar” (se acabó
la cita).
nu‘ût l-jámra ba‘da t-taÿallî
Características
del Vino tras su manifestación
lammâ
arâdat il-jámratu an túzhira mahâsinahâ y túbriça anwârahâ
wa asrârahâ ázharat qábdatan min nûrihâ hissíatan
ma‘nawía* fa-min ÿíhati híssihâ mahdûdatun mahsûra*
wa min ÿíhati ma‘nâhâ gaíru mahdûdatin wa lâ mahsûra*
bal hiya muttasilatun bi-báhri l-ma‘ânî l-ladzî lâ nihâyata
lah*
Cuando
el Vino (la Esencia) quiso que se hicieran patentes sus bellezas y emergieran
sus luces y sus secretos, hizo aparecer un Puñado de su Luz, a la vez
sensible y espiritual. Desde el punto de vista de su materialidad (ese Puñado)
es limitado y finito, y desde el punto de vista de su ‘significado’ es
indelimitado e infinito: está unido (por ahí) al Océano de los Significados
Interiores que no tiene extremo final.
fa-mizâluhâ
ka-zálÿatin fî báhrin lâ sâhila lah* faz-zálÿatu min
ÿíhati ÿumûdihâ mahsûra* wa min ÿíhati mâihâ l-bâtiníyi
múttasilatun bil-báhri l-ladzî
hiya fîh*
Se
asemeja a una partícula de nieve en un mar sin orillas. Desde el punto de
vista de su carácter compacto, la nieve es finita, pero desde el punto de
vista de su agua interior está comunicada al mar en el que está inmersa.
fa-nísbatu
l-qábdati min ÿíhati hissihâ li-báhri l-ma‘ânî
l-bâqî ‘alà latâfatihâ ka-núqtatin fî báhrin a
ka-járdalatin fî l-hawâ*
La
relación del Puñado, en tanto su materialidad, con el Océano de los
Significados, que permanece sutil, es como una gota en el mar o como una partícula
de polen suspendida en el aire.
wa
l-hâsilu ánna l-qábdata l-latî záharat fî báhri
l-ma‘ânî hiya ‘áinu l-báhri l-ladzî záharat mínhu* wa asrâru
r-rubûbíati maÿmû‘atun fîhâ* zúmma jtásarat fî l-âdamí* wa li-dzâlika
qâla bá‘duhum
En
consecuencia, el Puñado aparecido en el seno del Océano de los Significados
es el mismo Océano en el que se ha exteriorizado. Los Secretos del Señorío
están juntos en él, y después han sido resumidos en el ser humano. Y, así,
dijo uno de ellos (de los sufíes):
yâ
tâihan fî mahámmihi ‘an sírrihi
únzur
táÿid fîka l-wuÿûda bi-ásrihi
ánta
l-kamâlu tarîqatan wa haqîqa
yâ
ÿâmi‘an sírra l-ilâhi bi-ásrihi
¡Oh,
tú, que yerras en el afán, lejos de tu secreto!
Observa
y encontrarás en ti la existencia entera.
Tú
eres la Plenitud, en acto y en esencia.
¡Oh,
tú, que reúnes todo el Secreto de la Verdad!
wa
qâla fî l-mabâhiz*
El
autor de los Mabâhiz (Ibn al-Bannâ as-Saraqusti, originario de
Zaragoza y muerto en Fez en el 1419) dijo:
í‘qil
fa-ánta núsjatu l-wuÿûdi
lillâhi
mâ a‘lâka min mawÿûdi
a
láisa fîka l-‘árshu wa l-kursî
wa
l-‘âlamu l-‘ulwuíyi wa s-suflî
Ten
en consideración: tú eres la copia de la existencia.
¡Por
Allah! Eres un ser sublime.
¿No
están en ti el Trono y el Pedestal,
el
mundo superior y el inferior?
(Nota:
el Trono es el nombre que se da a la órbita suprema que envuelve al universo
entero, y el Pedestal es la órbita siguiente. Toda la existencia está dentro
de esos círculos concéntricos en cuyo centro está el ser humano y en el
que, a su vez, están contenidos)
wa
ihâtatu báhri l-ma‘ânî bil-‘árshi wa istilâhuhu
‘aláihi huwa ma‘nà l-istiwâi l-ladzî wáqa‘a fî l-qur-âni ‘inda
l-muhaqqiqîn*
El
Océano de los Significados Espirituales abarca y domina el Trono, y esto es
lo que quiere decir la expresión ‘asentamiento’ en el Corán (versículo
53 del capítulo VII, “Allah se asentó sobre el Trono”), según los auténticos
comprobadores (de la significación del Corán).
wa
ilà dzâlika ashâra ibn ‘atâi llâhi fî l-híkami bi-qáulih*
yâ man istawâ bi-rahmâníatihi ‘alà ‘árshih* fa-sâra
l-‘árshu gáiban fî rahmâníatih* kamâ sârat il-‘awâlimu
gáiban fî ‘árshih* mahaqta l-âzâra bil-âzâr* wa maháuta
l-agyâra bi-muhîtâti aflâki l-anwâr*
Es
también a lo que Ibn ‘Atâ Allah (de Alejandría) se refirió en los
Híkam al decir: “¡Oh, Tú que te has asentado con tu Misericordia
sobre tu Trono y el Trono -gracias a tu Misericordia- se hizo invisible al
igual que los mundos se ocultan en el Trono! Has borrado los efectos (de tu
Acción) con los efectos y reabsorbes las alteridades en la oceanidad de las
esferas luminosas”.
fal-qábdatu
l-latî záharat min báhri l-ÿabarût* hiya sûratu
l-‘árshi wa mâ htawà ‘aláihi min al-‘awâlim* wa qad istáulat
‘aláihi asrâru l-ma‘ânî l-latî lâ nihâyata lahâ* wa ahâtat
bihi min kúlli ÿânib* hattà sâra l-‘árshu gáiban ay shái-an tâfihan
lâ nísbata lahu fî ÿânibi tilka l-asrâr* kamâ sârat il-‘awâlimu
l-latî fî ÿáufi l-‘árshi gáiban fî wuÿûdi l-‘arsh* idz nisbatuhâ
ma‘ahu ka-hálqatin fî falât*
El
Puñado aparecido en el seno del Océano del Poder Absoluto es la imagen del
Trono y de todos los mundos contenidos en él. Los Secretos de los
Significados interiores -que no tienen fin- dominan el Trono y lo abarcan por
todos lados hasta el punto en que el Trono desaparece como si fuera una cosa
insignificante y sin comparación con esos Secretos. Lo mismo sucede con los
mundos incluidos en el Trono, y que se desvanecen en la presencia del Trono,
con el que están en una relación análoga a la de un círculo en la arena
trazado en la inmensidad del desierto.
far-rahmâníatu
wásfun lidz-dzâti wa s-sífatu lâ tufâriqu l-mawsûf*
fa-kannà bir-rahmâníati ‘an asrâri dz-dzât* wa hiya l-ma‘ânî
l-jâriÿati ‘an il-qábdati l-latî lâ nihâyata lahâ* wa hiyal-latî
ahâtat bil-‘árshi min fáuqihi wa min táhtihi wa min
kúlli ÿânibin hattà sârat gáiban fîhâ*
La
Misericordia es una cualidad de la Esencia, y toda cualidad es inseparable de
lo calificado por ella. La palabra ‘Misericordia’ (empleada en la
Sentencia de Ibn ‘Atâ Allah) es una metonimia para ‘los Secretos
de la Esencia’, es decir, los Significados exteriores al Puñado y que son
infinitos, los cuales engloban el Trono completamente, por encima y por debajo
y por todos lados hasta el punto en que queda interiorizado en ellos.
wa
qáuluhu mahaqta l-âzâra bil-âzâr* ay mahaqta l-akwâna l-latî
fî ÿáufi l-‘árshi bil-‘arsh* wa qáuluhu wa maháuta l-agyâra
bi-muhîtâti aflâki l-anwâr* ay maháuta wuÿûda
l-‘árshi wa mâ htawà ‘aláihi bil-anwâri l-muhîtâti
bih* hattà nmahà smuhu wa rasmuh* wa mâ báqia illâ wuÿûda
l-anwâri l-mutadáffiqati min báhri l-asrâr*
Y
sus palabras (de Ibn ‘Atâ Allâ): “Has borrado los efectos con los
efectos”, quiere decir que has borrado los mundos que hay en el seno del
Trono con el Trono. Y sus palabras: “Y reabsorbes las alteridades en la
oceanidad de las órbitas luminosas” significa que reabsorbes la existencia
del Trono y lo que contiene en las luces que los abarcan hasta desaperecer su
nombre y su formalidad, y no queda más que la existencia de las luces que se
derraman desde el Océano de los Secretos.
wa
fî bá‘di l-ajbâr* wa l-ladzî náfsî bi-yádih* lau dallà áhadukum
bi-háblin la-wáqa‘a ‘alà llâh* ay ‘alà ‘ázamati llâh*
kamâ lay ‘úrriÿa bi-áhadikum ilà mâ fáuqa l-‘árshi la-wáqa‘a
‘alà ‘ázamati llâh* intahà bi-ma‘nâh*
Según
un enunciado tradicional, (el Profeta -s.a.s.- dijo): “¡Juro por Aquél en
cuyas Manos está mi vida! Si uno de vosotros descendiera por una cuerda, caería
sobre Allah...”, dicho de otro modo, caería en la Inmensidad de Allah,
“... e, igualmente, si uno de vosotros fuera alzado por encima del Trono, no
encontraría sino la Inmensidad de Allah”.
wa
fî bá‘di l-âzâr* ánna málakan arâda an yatîra fî l-hawâi
min fáuqi l-‘arsh* fa-stá-dzana rábbahu fa-ádzina lah* wa qawwâhu bi-qúwwati
zalâzîna álfi málak* fa-târa zalâzîna álfi sana* fa-qâla yâ rábbi
áina ant* fa-qâla ana má‘ak* zúmma târa ujrà fa-qàla yâ rabbi
áina ant* fa-qâla ana má‘ak* zumma târa zalâzîna kadzâlik* fa-qâla
áina ant* fa-qâla má‘ak* fa-qâla subhânaka mâ á‘zama
sha-nak* fa-tálaba an yarúddahu ilà makânihi fa-ráddah* au kamâ qâl*
Y
otra Tradición llegada a nosotros (desde el Profeta -s.a.s.-) cuenta que un ángel quiso volar en el espacio por encima del trono. Pidió
permiso a su Señor y Él se lo otorgó, y le dio la fuerza de treinta mil ángeles.
Voló durante treinta mil años, y dijo: “¡Oh, Señor! ¿Dónde estás?”,
y le respondió: “Yo estoy contigo”. Voló otros treinta (mil) años, y
dijo: “¡Oh, Señor! ¿Dónde estás?” Y (Allah) volvió a responderle:
“Yo estoy contigo”. De nuevo voló otros treinta (mil) años, y dijo: “¿Dónde
estás?”. Y le dijo: “Contigo”. Entonces (el ángel) exclamó: “¡Gloria
a ti, cuya Inmensidad no tiene límite!”. Pidió entonces que (Allah) lo
devolviera a su lugar, y lo devolvió... O tal como lo contara (el Profeta).
yatahássalu
ánna nísbata l-‘árshi min báhri l-ma‘ânî l-muhîti
bihi ka-shái-in táfih* wa li-dzâlika táÿidu qálba l-‘ârifi yattási‘u
bi-‘tibâri l-fíkrat* hattà yasîru l-‘ársha wa l-kursíyu
fî çâwiyatin min qálbih* qâla bá‘duhum* al-‘árshu wa l-kursíyu
múndakkani fî tursî*
Se
concluye que el Trono en el Océano de los Significados que lo encierra es
como si fuera algo insignificante. Por ello encuentras que el corazón del
verdadero conocedor se amplía en función de la (amplitud) de su reflexión
hasta que el Trono y el Pedestal pasan a ocupar (tan solo) un rincón en su
corazón. Uno de ellos dijo: “El Trono y el Pedestal han sido desmenuzados
ante mi escudo”.
wa
sábabu ttisâ‘ihi li-hâdza l-ámri l-‘azîm* ánna l-fíkrata idzâ
ÿâlat fî l-ázamati l-fauqíati l-latî lâ nihâyata lahâ wa fî
l-‘ázamati t-tahtía* wa l-awwalíati wa l-âjiríati l-latî
lâ niyâhata li-kúlli wâhidatin minhumâ* wa áusa‘ati n-názrata
fî dzâlik* báqia l-‘árshu mu‘állaqan fî l-‘ázamati ka-járdalatin
fî l-hawâ* fa-sâra fî çâwiyatin min çawâyâ l-qálbi l-ladzî
ÿâlat fíkratuhu fî tílka l-‘ázama*
La
causa de su amplitud para este asunto tremendo es que ante la reflexión
-cuando recorre la Inmensidad por arriba, que no tiene término, y la
Inmensidad por debajo, y el principio y el final (de la Existencia), cada uno
de los cuales carece de límite, y extiende ahí su mirada- el Trono queda
suspendido como si fuera una mota de polvo en medio del aire, pasando a ocupar
tan solo uno de los rincones del corazón cuya reflexión ha recorrido esa
Inmensidad.
wa
hádzihi l-qábdatu tusammà qábdatan muhammadía* liánna
llâha ta‘âlà lammâ arâda an yataÿallâ li-yú‘rafa ázhara qábdatan
min nûrih* fa-qâla lahâ kûnî muhámmada* fa-tatáwwarat ‘alà sûrati
muhámmadin ‘aláihi s-salâmu kamâ fî bá‘di l-ahâdîz*
A
ese Puñado se le llama Puñado Muhammadiano, porque cuando Allah quiso
mostrarse para darse a conocer exteriorizó un Puñado de su luz y le dijo:
“Sé Muhammad”. El Puñado evolucionó entonces hasta la imagen de
Muhammad -sobre el que sea la paz-, tal como afirman algunos hadices.
wa
min hâdzihi l-qábdatu tafárra‘at il-akwânu kulluhâ* fa-hiya bádzratu
l-wuÿûd* minhâ nsháqqati l-asrâr* wa nfálaqati l-anwâr* asrâru dz-dzât*
wa anwâru s-sifât* wa tusammà áidan âdama l-ákbar*
liánnahâ tafarra‘at minhâ l-ashbâhu wa l-arwâh*
De
ese Puñado derivaron todos los seres, por lo que es la simiente de la
existencia. Desde él estallaron los secretos y emanaron las luces: los
secretos de la Esencia y las luces de sus Cualidades. Se le llama también Adán
Mayor, porque de él derivaron los cuerpos y los espíritus.
fa-zâhiru
hâdzihi l-qábdatu híssuhâ muhammadí* wa bâtinuhâ
má‘nan qudsí* zâhiruhâ sharî‘a* wa bâtinuhâ haqîqa*
zâhiruhâ mulk* wa bâtinuhâ malakût* wa mâ ahâta
bihâ min báhri l-ma‘ânî ÿabarût* fa-idzâ rúddat il-furû‘u
ilà aslihâ sâra l-ÿamî‘u ÿabarûtan kamâ huwa fî l-haqîqa*
La
apariencia de este Puñado, físicamente, es muhammadiana, pero por dentro es
un Significado Insondable. Externamente, es Ley, e internamente es Realidad.
Por fuera es mundo material, pero en su seno está el mundo espiritual. Y el
Océano de Significados que lo rodea es el Mundo del Poder Reductor. Si se
devuelven las derivaciones a su raíz, el todo se convierte en Poder, tal como
es en la Realidad.
fal-ma‘ânî
l-latî hiya ‘âlamu l-malakût* lâ yúmkinu izhâruhâ illâ fî
mazâhiri l-hissíyi l-ladzî huwa ‘âlamu l-mulk* fa-mâ záharat
anwâru l-malakûti wa báhÿatuhu wa húsnuhu illâ fî ‘âlami l-mulk*
fal-múlku riyâdun lil-malakût* fîhi záhara ÿamâluhu wa húsnu
tál‘atih* famâ tabáhhaÿa l-malakût* wa záharat mahâsinuhu
illâ bi-çáhri ÿamâli maulânâ muhámmadin* sallà llâhu
‘aláihi wa sállam* al-ladzî záhara fî ‘âlami l-mulk*
Los
Significados que conforman el Mundo Espiritual no pueden ser exteriorizados más
que bajo las apariencias de lo sensible, que es el Mundo Material. Las luces
del Mundo Espiritual -y su esplendor y belleza- sólo se muestran en el Mundo
Material. El Mundo Material es jardín para el Mundo espiritual: en él se
manifiesta su hermosura y la belleza de su porte. El Mundo Espiritual sólo ha
tenido plenitud -y sus bellezas se han mostrado totalmente- en el esplendor de
la hermosura de nuestro dueño Muhammad (Allah lo bendiga y salude), quien se
ha manifestado en el Mundo Material.
wa
kamâ taÿallà l-háqqu ÿálla ÿalâluhu fî hâdzihi l-qábdati
bísmihi z-zâhir* taÿallà áidan bísmihi l-bâtin*
fa-ázhara fîhâ ausâfa l-‘ubûdía* ba‘da an taÿallà fîhâ bi-asrâri
r-rubûbía* fa-ÿtáma‘a fîhâ d-diddân* rubûbíatun wa
‘ubûdía* fal-mázharu lir-rubûbía* wa l-qâlibu lil-‘ubûdía*
wa kúllu mâ taÿallà minhâ bi-hâdza l-wasf*
Al-Haqq
(la Verdad, Allah) se muestra en ese Puñado bajo su Nombre ‘el Evidente’,
e igualmente se manifiesta en él como ‘el Interior’ exteriorizando en él
las características de la servidumbre tras irradiar los Secretos del Señorío,
reuniéndose en él dos contrarios: el Señorío y la servidumbre. La
emergencia es para el Señorío y la forma individualizada es para la
servidumbre, y todo lo que manifiesta corresponde a esta cualidad.
fa-man
wáqafa ma‘a zâhiri l-qawâlibi háÿaba ‘an asrâri r-rubûbíati
wa kâna ÿâhilan billâh* wa man náfadza
ilà shuhûdi bawâtini l-ashyâ* waÿadahâ nûrâníatan malâkûtía*
wa kâna ‘ârifan billâh*
Quien
se detiene limitándose a lo aparente de las formas individuales queda detrás
de un velo que le oculta los Secretos del Señorío y es ignorante de Allah.
Pero quien penetra hasta las entrañas de las cosas, encuentra que ahí son
luminosas y espirituales, y entonces es conocedor de Allah.
wa
li-dzâlika qâla fî l-híkam* al-káunu kúlluhu zulma* wa
innamâ anârahu zuhûru l-háqqu fîh* fa-man râa l-káuna wa
lam yáshhad il-háqqa fîhi au qáblahu au bá‘dahu au má‘ahu
faqad á‘waçahu wuÿûdu l-anwâr* wa háÿabat ‘ánhu shumûsu l-ma‘ârifi
bi-súhubi l-âzâr*
Por
eso, dijo (el autor) de los Hikam: “El cosmos entero es tiniebla y sólo
lo ha iluminado la irradiación de la Verdad en él. Quien no ve la Verdad en
el cosmos, o antes del cosmos, o después de él, o con él, no alcanza la
presencia de las luces y los soles de los conocimientos son velados por las
nubes de sus efectos.
wa
qâla áida* subhâna man sátara sírra l-jusûsía*
bi-zuhûri wásfi l-basharía* wa záhara bi-‘ázmati
r-rubûbía* fî izhâri l-‘ubûdía*
Y
también dijo: “¡Gloria a Quien ha ha recubierto el secreto de su
especificidad haciendo aparecer los atributos de la naturaleza humana y ha
mostrado la Inmensidad de su Señorío haciendo aparecer el estado de
servidumbre!”.
wa
qâla sh-shâ‘ir*
Y
dijo el poeta:
laqad
zaharta fa-mâ tajfà ‘alà áhadin
illâ
‘alà ákmaha lâ yúbsiru l-qámara
lâkin
batanta bi-mâ azharta múhtaÿiban
wa
káifa yú‘rafu man bil-‘íççati státara
Has
aparecido y ya no estás escondido para nadie,
salvo
para el ciego de nacimiento y no puede ver la luna.
Pero
te has ocultado haciendo un velo de lo que has mostrado,
¿cómo
conocer a quien se ha recubierto con orgullo poderoso?
fa-tahássala
ánna l-háqqa ÿálla ÿalâluhu taÿallà báina d-diddáin*
báina híssin wa ma‘nà* báina rubûbíatin wa ‘ubûdía* báina
qúdratin wa hikma* fal-qúdratu ‘ibâratun ‘an asrâri l-ma‘ânî
l-qâimati bil-awânî* wa l-híkmatu ‘ibâratun ‘ammâ záhara
fî l-awânî min tashkîlin wa taqyîdin wa tajsîsin wa mâ yálçamuhâ
min ausâfi l-basharíati wa ahkâmi l-‘ubûdía*
De
ello se concluye que la Verdad se ha mostrado entre dos contrarios: entre la
materialidad (sensible) y la espiritualidad (inteligible), entre el Señorío
y la servidumbre, entre el poder y la sabiduría. ‘Poder’ es un término
con el que se designa a los secretos espirituales que residen en los receptáculos,
mientras que ‘Sabiduría’ es un término que se aplica a lo que aparece
con los receptáculos: la determinación formal, la limitación, la
particularidad, así como los atributos humanos y las leyes que rigen el
estado de servidumbre, que son los corolarios necesarios de toda manifestación
formal.
fad-diddâni
mauÿûdâni fî kúlli mázhar* fa-‘âlamu l-qúdrati háqq*
wa yusammà ‘âlamu l-malakûti wa ‘âlamu l-ma‘ânî wa ‘âlamu l-arwâh*
wa huwa máhallu zuhûri kamâlâti r-rubûbía* wa ‘âlamu l-híkmati
haqq* wa yusammà ‘âlamu l-mulki wa ‘âlamu l-híssi wa ‘âlamu
l-ashbâh* wa huwa mahállu zuhûri naqâisi l-‘ubûdía*
ádaban ma‘a hádrati r-rubûbía* wa lâ náqsa fîl-haqîqa*
Los
dos contrarios están presentes en todo lugar de manifestación. El Mundo del
Poder es real, y se le llama Mundo del malakût, o Mundo de los Significados,
o Mundo de los Espíritus, y es el lugar en el que aparecen las Perfecciones
del Señorío. Y el Mundo de la Sabiduría es real, y se le llama Mundo del
Mulk, o Mundo Sensible, o Mundo de los Cuerpos, y es el lugar de manifestación
de los defectos de la servidumbre -por cortesía hacia la Presencia del Señorío-,
mas en realidad no hay defecto.
wa
li-dzâlika qâla sâhibu l-‘ainía*
Por
ello, dijo el autor de la ‘Ainía (‘Abd al-Karîm al-Yîlî,1366-1408,
maestro sufí autor de un célebre poema llamado ‘Ainía):
wa
kúllu qabîhin in nasabta li-húsnihi
atatka
ma‘ânî l-húsni fîhi tusâri‘u
yukámmilu
nuqsâna l-qabîhi bi-ÿamâlihi
fa-mâ
zámma nuqsânun wa lâ zámma bâshi‘u
Toda
cosa fea, si la llevas a su Belleza,
te
dará pronto hermosas significaciones.
La
imperfección de lo feo es convertida en perfección por su Belleza,
y
ahí ya no hay defecto ni fealdad...