ÍNDICE

LA MUERTE

        

 

Sunna referente a la construcción de un cementerio

          La sunna aconseja levantar la tumba al menos un palmo sobre el nivel del suelo para indicar de este modo la existencia de un enterramiento,  considerándose desaconsejado elevarla por encima de esa altura, siendo la opinión en contra minoritaria; en esta discusión entra también la construcción de cúpulas, mausoleos y mezquitas en torno a las tumbas, y en general parece desaconsejado tal práctica; no está desaconsejado por el contrario colocar un pequeño montículo sobre la tumba tal como recoge la opinión de Al-Qadi ‘Iyad al respecto.

         También se considera lícito colocar cualquier marca distintiva sobre la tumba, tal como puede ser una roca o un trazo de madera, para poderla así reconocer. Según algunos hadices conviene enterrar a los familiares cercanos unos a otros para así facilitar la visita de los mismos.

         No se considera lícito sentarse, reclinarse o pasear sobre una tumba, aunque para muchos jurista se trata mas bien de algo desaconsejado, e ibn ‘Umar, Abu Hanifa y Mâlik opinan que es lícito sentarse sobre una tumba, y Mâlik en su Muwatta se refiere a tal prohibición como prohibición para realizar cualquier necesidad, sin embargo Ahmad dice que Mâlik se basa en un hadiz débil para sostener su punto de vista. En lo que sí están de acuerdo todos los juristas es en la ilicitud de usar las tumbas como sitio donde realizar cualquier necesidad orgánica, y que andar sobre las tumbas está desaconsejado a menos que sea imposible evitarlas para llegar al sitio deseado.

         En general se considera desaconsejado encalar las tumbas, realizar inscripciones sobre las mismas o levantar cualquier estructura sobre ellas, aunque hay autores como ibn Haçm que lo consideran ilícito totalmente.

         También los ulama desaprueban la construcción de la tumba con ladrillos o madera, o bien enterrar al difunto en un ataúd, a menos que la tierra esté demasiado blanda o cenagosa, en este caso sería lícito usar ladrillos o enterrar al difunto en un ataúd.

         En cuanto a la inscripción del nombre del difunto hay diversidad de opiniones argumentándose diversos hadices a favor y en contra del tal práctica, así la escuela Hanbali prohíbe cualquier tipo de inscripción, ya sea algún fragmento del Corán, ya sea el nombre del difunto; igual opinión sostiene la escuela Shafi’i, aunque hace la salvedad de que si se trata de la tumba de un hombre sabio debe colocarse el nombre del mismo para que así sea reconocida; la escuela Maliki no permite inscripción alguna que sea fragmento de Corán, sin embargo considera desaconsejado (makrûh) la inscripción del nombre del difunto; la escuela Hanafi considera ilícito cualquier inscripción sobre la tumba, excepto cuando se tema que pueda desaparecer cualquier trazo de la tumba; ibn Haçm sostiene que no hay nada desaprobado en inscribir el nombre del difunto en una roca.

         Otro tema en el que los ulama están de acuerdo es en considerar que cada tumba ha de ser sólo para un difunto, a menos que exista una gran cantidad de cadáveres y se plantee un problema de espacio siendo imposible realizar enterramientos individuales en tal caso.

 

Enterramiento en el mar

         El autor de al-Mughni ha dicho: “Si una persona muere en una travesía, y según Ahmad, se debe esperar uno o dos días para enterrarlo en tierra firme, a menos que se tema por la descomposición rápida del cadáver. Si no puede alcanzarse tierra firme en el tiempo antes aludido entonces, el cadáver debe lavarse, envolverse en el sudario, ofrecer un Salat del funeral por él, y tras esto atarlo a algún objeto pesado  y arrojarlo al agua”.

 

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