ÍNDICE

LA MUERTE

        

Sobre la necesidad de hacer duâ' y pronunciar el "Istirÿâ'" cuando la muerte está cercana

 

         Un musulmán debería, ante la proximidad de la muerte de un pariente o amigo, invocar a Allah diciendo: "Innâ lillahi wa Innâ ilaihi râÿi'ûn" (De Allah provenimos y a Él regresamos); esto es lo que se conoce con el nombre de Istirÿâ'.

Ahmad y Muslim han transmitido de Umm Salama que esta dijo: "Escuché al Profeta (s.a.s.) decir: -Si una desgracia se abate sobre uno de los siervos de Alah, y dice: "Innâ lillahi wa Innâ ilaihi râÿi'ûn. Allahumma Âÿirnî fî musîbatî wa Âjlif lî jayran minhâ", (De Allah provenimos y a Él regresamos. Allah protégeme en esta calamidad que me ha sobrevenido, y reemplázamela por algún bien), Allah aceptará su invocación, y le recompensará con  algún bien". Ella añadió: "Cuando Abu Salma (su marido) murió, invoqué a Allah con las palabras que el Profeta (s.a.s.) me había enseñado, y Él me compensó con un bien mayor, pues me dio al Mensajero de Allah (s.a.s.) como esposo". Bujârî ha recogido de Abu Huraîra que el Profeta (s.a.s.) dijo: "No tengo una recompensa mejor que el Yanna para uno de mis siervos cuando le arrebato a uno de sus seres queridos y lo acepta con paciencia y resignación". Y en el Corán se dice: "Aquellos que dicen cuando son abatidos por una desgracia, Innâ lillahi wa Innâ ilaihi râÿi'un, ellos son sobre los que desciende la Rahma y la Bendición de Allah, y ellos son los bien guiados", (Corán:2:156-157).

         Los 'ulama consideran aconsejable informar a parientes y amigos del fallecimiento de la persona para que puedan tomar parte en los funerales del mismo y participar por tanto en las bendiciones que de el se desprenden.

Los 'ulama consideran lícito llorar por el difunto, pero no chillar ni lamentarse con alboroto. El Profeta (s.a.s.) lloró la muerte de su hijo Ibrâhîm y dijo: "Los ojos vierten lágrimas y el corazón siente dolor, pero no pronunciamos más que aquello que complace a nuestro Señor, ¡Oh Ibrâhîm! nos embarga la pena por tu ausencia". También lloró cuando su nieta Umaîma, hija de Çaînab, murió; a este respecto le dijo Sa'd ibn 'Ubâda: "¡Oh Mensajero de Allah!, ¿estás llorando?, ¿no le prohibiste a Çaînab llorar?", el Profeta (s.a.s.) le replicó: "Este llanto es la rahma que Allah ha colocado en los corazones de Sus siervos. Sin lugar a dudas que Allah otorgará rahma entre aquellos de sus siervos que manifiestan rahma entre ellos". El llanto escandaloso y con alboroto causa dolor en el difunto. Se ha transmitido de Ibn 'Umar que cuando 'Umar fue acuchillado, quedó inconsciente y la gente se agolpó a su alrededor profiriendo gritos y lamentos. Cuando recobró la conciencia les dijo: "¿No sabéis que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: -Los gritos y los lamentos atormentan a la persona fallecida?". Ahmad y Tirmidzî han transmitido basándose en la autoridad de Anas que el Profeta (s.a.s.) dijo: "Vuestras acciones son presentadas ante vuestros parientes y familiares ya difuntos; si aquellas son buenas estos se sentirán satisfechos, pero si son malas dirán: -¡Oh Allah!, no permitas que fallezcan hasta que los hayas guiado por el Sendero recto tal como Tu nos guiaste a nosotros". Por tanto, el lamentarse de forma alborotada fue prohibido por el Profeta (s.a.s.), y en este sentido Abu Mâlik al-Ash'arî ha transmitido que el Profeta (s.a.s.) dijo: " Mi Umma sigue llevando a cabo cuatro prácticas del tiempo de la Yahilîa (el tiempo de la ignorancia previo a la llegada del Islam), estas son: mostrarse orgulloso de su raza y linaje, adjudicar a una persona otro padre diferente al suyo biológico, creer que la lluvia es causada por algunas estrellas, y proferir gritos y lamentos sobre el fallecido". El empleo de plañideras en los entierros está altamente censurado por el Profeta (s.a.s.).

         La mujer puede guardar un periodo de luto de tres días en caso de fallecimiento de algún pariente cercano, y si se trata del marido este periodo asciende a cuatro meses y diez días, esto recibe el nombre de 'idda". El "grupo" ha transmitido de Umm 'Atyya que el Profeta (s.a.s.) dijo, "Una mujer no debe guardar luto por cualquier fallecido más allá de tres días, a menos que sea su marido en cuyo caso el periodo debe ser de cuatro meses y diez días. Durante este periodo debe abstenerse de llevar ropa con colores, sino vestidos claros o rayados; durante este periodo no debe utilizar adornos o maquillarse los ojos, llevar perfumes, ni tatuarse con henna los pies o las manos, o arreglarse el cabello, excepto al final de la menstruación donde puede usar algún perfume si así lo deseara, para evitar malos olores provenientes de aquella".

         Se recomienda preparar algo de comida para la familia del difunto, el Profeta (s.a.s.) veía en ello un acto de generosidad y amabilidad en un momento en el que se reúnen vecinos y amigos del fallecido.

         Para un musulmán es recomendable desear morir en Meca o en Medina, de acuerdo con el hadîz de At-Tabarani que basándose en la autoridad de Yâbir le oyó decir al Profeta (s.a.s.), "Aquel que muere en alguna de las dos ciudades santas será resucitado en paz en Yaum al Qiyâma".

         Una muerte repentina es considerado como una mala fortuna para el musulmán al no tener tiempo de reconsiderar toda su vida pasada y dirigirse a Allah en sus últimos momentos, según se desprende de la narración que Abu Dawûd nos ha transmitido basándose en 'Ubaîd ibn Jâlid as-Sullami, un Compañero del Profeta (s.a.s.), el cual dijo, "Ser sorprendido por una muerte repentina es una desgracia".

         Bujârî ha narrado de Anas que el Profeta (s.a.s.) dijo, "El musulmán que pierda tres de sus hijos antes de que estos alcancen la madurez, Allah le recompensará con el Yanna por la pérdida de aquellos".

         Tirmidzî ha transmitido de Abu Huraîra que el Profeta (s.a.s.) dijo, "El promedio de vida de aquellos que son de mi Umma es de 60 a 70 años, y muy pocos pasarán de esta cantidad".

         La muerte para un musulmán ha de ser entendida como un descanso; Bujârî y Muslim han narrado de Abu Qatâda que el Profeta (s.a.s.) en cierta ocasión pasó por un funeral y dijo, "Él está en paz y otros también están en paz"; la gente preguntó, "¡Oh Mensajero de Allah!, ¿Quién está en paz y de quien, otros son los que están en paz?,y el dijo, "Un siervo de Allah descansa de la fatiga y penalidades de este mundo, mientras que de aquel que ha sido vil y corrupto, otras personas, la tierra, los árboles y los animales quedan libres de sus crueldades".

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