ÍNDICE

LA MUERTE

        

         

Preparación de los funerales del difunto

 

2º El Sudario (al-kafan)

 

         Envolver el cuerpo del fallecido, aunque sea con una sola pieza de tela, es una obligación colectiva de los musulmanes.

         El sudario debe ser una pieza de tela hermosa, limpia, y lo suficientemente larga como para cubrir el cuerpo entero. Al respecto hay un hadîz de ibn Mâÿah y Tirmidzî recogido de Abu Qatâda en el que el Profeta (s.a.s.) dijo, "Si alguno de vosotros quedáis encargado del cuerpo de alguno de vuestros hermanos, envolvedlo en el sudario más hermoso que tengáis". El sudario debe ser blanco, tal como recoge Ahmad, Abu Dâwud y Tirmidzî basándose en la autoridad de ibn 'Abbas, según el cual el Profeta (s.a.s.) dijo, "Vestios con ropa blanca, puestas estas son las mejores; envolved con ellas a vuestros muertos". El sudario debe perfumarse, según un hadîz de Ahmad y al-Hâkim, de acuerdo a una narración de Yâbir, en la que el Profeta (s.a.s.) dijo, "Si perfumáis un cadáver hacedlo tres veces".

         El sudario del hombre debe constar de tres cubiertas o envoltorios, mientras que debe ser de cinco para la mujer, tal como se recoge de la narración de 'A-ishâ quien dijo, "El Mensajero de Allah (s.a.s.) fue envuelto en tres piezas de tela blanca del Yemen, sin camisa ni turbante"; no obstante si sólo se dispone de una o dos piezas se envolverá con ellas al cuerpo del difunto, pero lo preferible es que sean tres, salvo que sea mujer en cuyo caso, como ya hemos dicho, y según la mayoría de los 'ulama deben ser cinco.

         Si aquel que realiza la Peregrinación muere durante la misma, su cuerpo debe ser lavado de la misma forma que se realizaría para otro musulmán. Debe ser envuelto en su Ihrâm (la ropa que lleva puesta durante su Peregrinación) y no cubrirle la cabeza ni aplicarle perfume, porque las restricciones que imponen el estado de ihrâm siguen siendo válidas para él. La escuela Hanafi y Maliki sostienen que cuando un peregrino muere su estado de ihrâm ha cesado y por tanto puede ser envuelto igual que un no peregrino.

         No esta permitido que un hombre sea envuelto en un sudario de seda, pero sí es lícito hacerlo si se tratara de una mujer, esto se basa en que Allah ha dicho: "Tanto el oro como la seda están prohibidas para los varones de mi Umma, pero es lícito que lo usen las mujeres". No obstante muchos 'ulama desaprueban su uso por parte de las mujeres, porque resulta demasiado ostentoso y caro y por tanto desaconsejan su uso.

         A ser posible el sudario debe ser comprado con el dinero que el difunto haya dejado, en caso contrario debe hacerse cargo aquella persona que era responsable de su mantenimiento en vida, y si esto tampoco fuera posible, el tesoro público de la comunidad debe correr con los gastos, y de no existir este, cualquier musulmán debe asumir la responsabilidad del gasto. Esta normativa es aplicable tanto para el hombre como para la mujer.    

        

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