LA MUERTE |
3º
El salât del funeral
Hay un consenso general entre todos los grandes juristas musulmanes que el Salât que se hace por un difunto es una obligación colectiva (fard kifâya), así lo ordenó el Profeta (s.a.s.), y así lo vienen realizando los musulmanes desde entonces.
Requisitos
para el Salât del funeral
Los prerrequisitos para el mismo son iguales que los de cualquier Salât
obligatorio, es decir, estar en estado de tahara, dirigirse a la qibla, y
cubrir el 'awra. Este Salât difiere de los obligatorios en que no hay
una hora determinada para el mismo, pudiéndose ofrecer en cualquier momento
incluso en aquellos en los que no debe realizarse un Salât obligatorio,
al menos esta es la opinión de Hanafíes y Shafi'ies. Ahmad, ibn al-Mubârak,
Ishâq desaconsejan ofrecer este Salât cuando el sol está saliendo,
cuando está en su cenit, o cuando se va a poner, salvo que se tema la
descomposición del cadáver.
Para la validez de este Salât deben observarse los siguientes
puntos:
1) Intención.
Debe tenerse en el corazón, no siendo necesaria su expresión verbal.
2) Permanecer de pie.
La mayoría de 'ulama sostiene que es una condición esencial para la
validez del Salât del funeral permanecer de pie, a menos que se esté
impedido físicamente. Igualmente es preferible colocar la mano derecha sobre la
izquierda tal como en los Salât obligatorios.
3) Recitación en voz alta de cuatro Takbirs.
Esto se basa en una narración transmitida tanto por Bujârî como por
Muslim, basándose en la autoridad de Yâbir que dijo, "El Mensajero de Allah (s.a.s.) ofreció el Salât del
funeral por Negus y pronunció cuatro takbirs".
Se considera acorde a la sunna levantar las manos cuando se pronuncia el primer takbîr, y no hay nada que pruebe que haya que hacerlo en el resto de los mismos, es decir en los tres restantes.
Recitación
de sura al-Fâtiha y salutaciones
al Profeta (s.a.s.)
Ash-Shâfi'i narra en su Musnad de Abu Umma ibn Sahl que uno de los compañeros del Profeta (s.a.s.) le dijo que cuando ofrecían un Salât funeral, es sunna para el Imâm decir en voz alta Allahu Akbar (en el takbîr de apertura), luego recitar al-Fâtiha en silencio en su corazón, después realizar las salutaciones sobre el Profeta (s.a.s.), y a continuación hacer un duâ por el difunto. No recitar nada más entre los takbirats restantes, y finalizar con deseos de paz en el corazón. El autor de al-Fath dice, "la cadena de este hadîz es correcta". Abu Hanîfa y Mâlik consideran que la recitación de al-Fâtiha y la salutación sobre el Profeta, son dos requisitos esenciales del Salât del funeral, otros autores discrepan de este punto y consideran que en el Salât del funeral sólo deben hacerse agradecimientos a Allah, salutaciones al Profeta (s.a.s.), y duâ por el difunto, pero los que defienden la obligatoriedad de la recitación de sura al-Fâtiha lo hacen basándose en que el Profeta (s.a.s.) dijo "ofreced un Salât por vuestro difuntos", y como ya sabemos ningún Salât es válido sin la recitación de aquella sura.
Salutaciones
sobre el Profeta (s.a.s.)
Las bendiciones sobre el Profeta (s.a.s.) pueden ser hechas de varias maneras, y diciendo "Allahumma salli 'alà Muhammad", sería suficiente; no obstante es preferible recitar alguna salutación de las que han sido transmitidas por la tradición islámica, por ejemplo, "Allahumma salli 'alà Muhammad wa 'alà 'ali Muhammad kamâ salaîta 'alà Ibrâhîm wa 'alà 'ali Ibrâhîm, wa bârik 'alà Muhammad wa 'ali Muhammad kamâ bârakta 'alà Ibrâhîm wa 'ali Ibrâhîm, innaka hamidun maÿîd", (¡Oh Allah! bendice a Muhammad y a su familia del mismo modo en que lo hiciste sobre Ibrahim y su familia, y que Tu baraka sea sobre Muhammad y su familia de igual modo en que fue sobre Ibrahim y su familia, ciertamente Tu eres el más Glorioso y digno de alabanza).
Duâ
por el difunto
Hacer duâ por el
difunto es un elemento básico en el Salât del funeral de acuerdo al
consenso entre los juristas musulmanes. El Profeta (s.a.s.) dijo, "Cuando
ofrezcáis
un Salât del funeral ofreced duâ por el difunto". Para este
propósito cualquier duâ es válido, aunque sea breve, sin embargo es
preferible recitar alguno de los que la tradición nos ha transmitido. Abu Huraîra
dijo: el Profeta (s.a.s.) realizó el siguiente duâ en un funeral, "Allahumma
anta rabuhâ wa anta jalaqatahâ wa anta raçaqtahâ wa anta hadaîta lilislâm
wa anta qabadta rwhahâ wa anta a'lam bisirrihâ wa 'alâniyyatihâ,
ÿi-na shufa'a lahâ fagfir lahâ dzanbahâ" (¡Oh Allah! Tu eres su Señor,
Tu eres su Creador, Tu eres su Sustentador, Tu le has conducido hasta el Islam,
Tu has arrebatado su espíritu, Tu le conoces tanto en su secreto como en su
exterioridad, acepta nuestra intercesión por ella para que sea dispensada de
sus errores).
El momento apropiado para la recitación del duâ según as-Shawkânî
puede ser cualquiera, es decir, después de todos los takbirs,
o bien después del primero, segundo o tercero takbir, o bien en medio de los takbirs,
de acuerdo a la práctica del Profeta (s.a.s.); no obstante se prefiere hacerlo
después del cuarto, a pesar de que se haya hecho también después del tercero.
Ibn Abu Huraîra dijo: "Después del cuarto takbir los que nos han precedido solían decir: Allahumma rabbanâ a:tinâ fî dunyâ hasana wa fîl a:jira hasana
wa qinâ 'adzâba an-nâr" (¡Oh Allah! concédenos lo bueno tanto en
esta vida como en la próxima, y protégenos del tormento del Fuego).
Todos los juristas musulmanes, a excepción de Abu Hanifa, están
de acuerdo en considerar como obligatorio decir as-salâmu 'alaykum a la derecha
y a la izquierda una vez concluido el Salât, pues consideran que al
tratarse de un Salât no puede finalizarse como no sea con el taslîm final de ahí su obligatoriedad; sin embargo Abu Hanifa
lo considera recomendable aunque no obligatorio.
Resumen.
1) Asegurarse de que se cumplen todos los requisitos necesarios para la
realización de un Salât.
2) Ponerse de pie con la intención de suplicar por el difunto.
3) Levantar ambas manos con un takbir
(takbirl al-ihrâm)
4) Colocar la mano derecha sobre la izquierda.
5) Comenzar el Salât con la recitación en silencio de sura al-Fâtiha.
6) Después del al-Fâtiha pronunciar
otro takbir.
7) Hacer bendiciones sobre el Profeta (s.a.s.), y finalizar con un takbir.
8) Suplicar por el difunto, y finalizar con un takbir.
9) Hacer una súplica general.
10) Finalizar con saludos tanto hacia la derecha como hacia la izquierda.
Posición del Iman en el Salât del funeral, dependiendo de si el difunto es varón o hembra
Es sunna que el Imân
se coloque en el lado opuesto a la cabeza del difunto si este se tratara de un
varón, y en el opuesto al centro del cuerpo si el difunto se trata de una
mujer. Esto se basa en un hadîz de Anas en el que
ofreció un Salât del funeral por un difunto varón colocándose
en el lado opuesto a la cabeza de este, y tras finalizar trajeron el cuerpo de
una mujer, y se colocó en lado opuesto al centro del cuerpo, entonces se le
preguntó, "¿Acaso el Profeta (s.a.s.) se colocaba tal como tu lo has hecho?,
y el respondió, "Sí". Este
hadîz ha sido transmitido por Ahmad, Abu Dâwd, ibn Mâÿah, y
Tirmidzî.
Salât del funeral para más de un difunto
Si son más de uno los
difuntos, incluyendo tanto hombres como mujeres, deben ser colocados en filas
separadas, entre el Imân y la qibla, colocando a los mejores más cerca del Imân,
y ofreciendo un sólo Salât para todo el conjunto; no obstante es lícito
realizar un Salât para las mujeres y otro independiente para los
hombres.
Número
de filas recomendado para el Salât
Se recomienda que los
asistentes al Salât del funeral se organicen en tres filas derechas
(recordar que el mínimo de personas requerido para una fila es de dos
personas). Ahmad dijo, "Si el
número de personas asistentes al funeral es pequeño es preferible que formen
tres filas", y después se le preguntó, ¿Qué
hacemos si sólo hay cuatro personas?, y el replicó, "Pueden
formar dos filas con dos personas en cada una". Desaprobaba que se
formaran tres filas de una persona cada una.
Se consideran que cuanto más gente acuda de forma sincera al funeral más
beneficioso es para el difunto, según el hadîz proveniente de 'A-ishâ
quien dijo, "El Profeta (s.a.s.)
dijo, -cuando un musulmán muere y asisten cien personas a su funeral con un
deseo sincero en su petición ante Allah
por el difunto, la intercesión de aquellos es atendida por Allah"
(Narrado por Ahmad, Muslim, y Tirmidzî).
De
aquel que llega tarde al Salât del funeral
Aquella persona que
pierde parte del Salât debe recuperar los takbirs
perdidos haciéndolos consecutivamente. Esto es lo recomendable, no obstante
no hay problema alguno si no pudiera hacerlo. Ibn 'Umar, al-Hasan, Ayub
as-Sajtayânî y al-Awçâ'iî son de la opinión de que no hay obligación en
repetir los takbirs perdidos, y que
debe finalizar su Salât con el salâm
del Imân. Ha sido transmitido por 'Â-isha
que ella le dijo al Profeta (s.a.s.),
"¡Oh Mensajero de Allah!, algunas veces cuando asisto a un Salât
de funeral no escucho alguno de los takbir que el Imân pronuncia", y
él (s.a.s.) le replicó, "Repite los
takbirs que oigas y no te preocupes por aquellos que pierdas; no tienes que
repetirlos posteriormente". Por tanto, a diferencia de los takbirs
de los 'id, estos no hay obligación repetirlos si se hubieran perdido.
Personas
por las que se debe ofrecer un Salât del funeral
Hay un consenso general en considerar que el Salât funeral debe
ser ofrecido para todos los musulmanes, ya sean varones o hembras, adultos o
ancianos. Al-Mundzir dice que si un recién nacido trás el parto da muestras
de vida, aunque después fallezca, también hay que ofreceler el Salât
del funeral. Si el feto muere con un tiempo inferior a los cuatro meses, no hay
que lavarlo ni ofrecer ningún Salât por el mismo. Debe ser envuelto en
un trozo de ropa y enterrarlo. Por otro lado si tuviera más de cuatro meses , y
se pudiera establecer la existencia de vida, entonces hay un consenso en que
debe ser lavado y ofrecerse un Salât del funeral por él, pero si no se
puede establecer signos que permitan entender que hay vida, entonces de acuerdo
a Mâlik, al-Awçaâ'î, al-Hasan, y la escuela Hanafi, no hay que
realizar el Salât del funeral; sin emabrgo Ahmad, Sa'id, ibn Sirîn,
e Ishâq consideran que hay que lavar al feto y ofrecer un Salât
del funeral por el mismo, basándose en el hadîz del Profeta (s.a.s.) en
el que dice que el feto recibe el espíritu en el cuarto mes de vida.
Se considera mártir aquel que muere combatiendo a los enemigos del
Islam. Todos los hadices son claros en este aspecto al considerar que ningún Salât
de funeral debe ser ofrecido por el mismo.
Bujârî ha narrado basándose en Yâbir, que el Profeta (s.a.s.) ordenó
que los mártires de la batalla de Uhud fueran enterrados aún estando
todavía sangrando, y ni fueron lavados ni se ofreció un Salât del
funeral por los mismos; sin embargo hay hadices iguales de claro en sentido
contrario donde el Profeta (s.a.s.) sí ordenó realizar un Salât del
funeral por los mártires, y por esto muchos juristas consideran que tanto una
actuación como otra son permisibles, esta es la opinión por ejemplo de ibn al-Qayiim.
Si se tratara de una persona que tras ser herido en combate sobreviviera a las
heridas pero que muriera más tarde a causa de las mismas, en este caso el cadáver
debe ser lavado y ofrecerse un Salât del funeral por el mismo, aunque
sigue teniendo la cualidad de mártir, pero si las heridas han sido de
extraordinaria importancia de tal modo que no le hayan permitido mantener unas
constantes vitales estables, o bien que haya hablado o bebido algo, y después
haya fallecido, en este caso no hay que lavarlo ni ofrecer el Salât.
Salât
del funeral de aquel que ha sido sentenciado a muerte por un crimen
Cualquiera que haya
sido sentenciado a muerte por un tribunal islámico debe ser lavado y ofrecerse
un Salât por el mismo; la mayoría de 'ulama están de acuerdo en
ofrecer el Salât para aquellos que han cometido un defalco al tesoro público
de los musulmanes, o bien que haya muerto por suicidio, y en también en el caso
de niños nacidos fuera del matrimonio, según recoge an-Nawaûî, porque si
bien es verdad
que el Profeta (s.a.s.) rehusó ofrecer el mismo el Salât del
funeral en algún caso de una persona que había malversado fondos públicos, o
bien en algún caso de suicidio, bien es verdad que ordenó a otro que realizara
el Salât, y que actuó de esa manera para expresar su desaprobación y
como reprimenda frente a tales hechos.
Ibn Haçm ha dicho: "El Salât del funeral debe ser
ofrecido para todo musulmán, ya sea este bueno o malo, incluyendo los
ajusticiados a muerte, y aquellos
asesinados en una sedición o revuelta. El Imam u otro musulmán en su defecto,
debe guiar el Salât. De igual modo también debe hacerse este Salât
para todo aquel responsable de haber introducido innovaciones en el Din, siempre
y cuando aquellas no adquieran la categoría de blasfemia; de igual modo debe
ofrecerse un Salât por aquel que se ha suicidado, o bien también por
aquel que ha asesinado a otra persona. En todos estos casos debe ser realizado
el Salât, independientemente de que el difunto haya sido el hombre más
perverso de la tierra, a condición de que haya fallecido como musulmán. Esto
tiene su base en el hadîz del Profeta (s.a.s.) en el que dice
"ofreced un Salât por vuestro compañero musulmán fallecido".
Todos los musulmanes son hermanos unos de otros, y el Corán dice, "Ciertamente todos los musulmanes son una sóla hermandad" (Corán
49:10), y "Los musulmanes, hombres y
mujeres, son protectores unos de otros" (Corán 9:71)". Por esto,
impedir que se realice un Salât funeral es algo muy grave, puesto que si
el fallecido fue un hombre perverso, estará más necesitado del mismo que aquel
que llevó una vida recta. 'Atâ dijo, "Nunca dejaré de ofrecer un Salât
funeral por aquel que diga: -No hay mas realidad que Allah-. Allah dice:
"No es conveniente para el Profeta y para el musulmán interceder por un no
musulmán, aunque cuando fuese de la familia, ya que son compañeros del fuego (Corán
9:113)". Igualmente no debe hacerse Salât funeral por los niños de
no musulmanes, salvo que hayan aquellos aceptado el Islam o uno de los padres
sea musulmán, en estos casos sí debe realizarse el Salât.
Salât
del funeral en un cementerio
Es lícito ofrecer un Salât
del funeral por un difunto en cualquier momento después de su enterramiento,
por ejemplo, el Profeta (s.a.s.) ofreció un Salât del funeral por los mártires
de Uhud ocho años después de que esta batalla tuviera lugar. Hay
hadices que sostienen que el Profeta (s.a.s.) ofreció Salât del funeral
en el cementerio cuando ya previamente había sido hecho por sus Compañeros
antes del entierro.
Dice ibn al-Qayim: "Las tradiciones probadas del Profeta (s.a.s.) en
nada contradicen el hadîz en donde el Profeta (s.a.s.) dice -No sentaros
sobre las tumbas ni hagáis Salât dirigiéndoos hacia las mismas-. Lo
que se está prohibiendo en este hadîz es el realizar un Salât
de los habituales, por tanto puede ser ofrecido un Salât funeral en el
cementerio, ya que no hay lugar específico para el mismo, aunque se prefiere
ofrecerlo fuera de una mezquita antes que en el interior de la misma. El Salât
del funeral en el cementerio equivale a hacerlo al lado del ataúd; en cualquier
caso se ofrece por el difunto, y su cuerpo, ya esté este en el ataúd o en la
sepultura. Hacer cualquier otro Salât que no sea el del funeral en un
cementerio, está prohibido, porque se corre el riesgo de convertir un
cementerio en una mezquita, algo que el Profeta (s.a.s.) nos alertó de que no
lo hiciéramos".
Salât
del funeral por alguien ausente
Ofrecer un Salât
del funeral por alguien fallecido en otra ciudad, es lícito, ya se trate de una
ciudad cercana o lejana. En este caso se hará el Salât dirigiéndose
hacia la qibla, aunque la ciudad donde permanezca el difunto no se encontrara en
esa dirección; tener la intención de hacerlo por el difunto, pronunciar los
cuatro takbirs, y realizarlo
normalmente. El Profeta (s.a.s.) hizo un Salât del funeral junto con sus
Compañeros por Negus el rey etíope que había muerto. No obstante Abu Hanifa
y Mâlik difieren en este punto.
El
Salât del funeral ofrecido en la mezquita
No hay inconveniente en ofrecer un Salât del funeral en la
mezquita, si no hay riesgo de que se convierta en un lugar sucio. Esto se
encuentra apoyado en una narración de Muslim proveniente de 'Â-isha que dijo, "El Profeta (s.a.s.) ofreció un Salât del funeral por Suhaîl
ibn Baydâ en la mezquita, y también sus Compañeros ofrecieron un Salât
funeral por Abu Bakr y 'Umar en la mezquita, y no hubo ninguna objeción, porque
el Salât del funeral es similar a cualquier otro".
Abu Hanîfa y Mâlik desaprueban este hecho basándose en un hadîz
del Profeta (s.a.s.), en el que dice que quienquiera que ofrezca un Salât
funeral en la mezquita no obtendrá ninguna recompensa por ello. Este hadîz
no sólo contradice la práctica del Profeta (s.a.s.) y los Compañeros, sino
que también el citado hadîz es de crácter débil por otras razones. Ahmad
e ibn Hanbal han dicho, "Este
es un hadîz débil, y es transmitido a través de un sólo transmisor, Sâlih,
el esclavo libre de at-Tawâma, y aquel no es narrador fidedigno. Sin embargo
algunos 'ulama sostienen que este hadîz del Profeta, (s.a.s.), es sano,
y las palabras transmitidas por Abu Dawud, -Quienquiera que ofrezca un Salât
del funeral en la mezquita no obtendrá nada-, significan que la persona que así
lo hiciere no estará transgrediendo ninguna norma por la que pueda ser
sancionado. Ibn al-Qayyim dice: No era la práctica usual del Profeta (s.a.s.)
ofrecer el Salât del funeral en la mezquita, sino que solía hacerlo
fuera, excepto que alguna causa le impidiera hacerlo y tuviera que realizarlo en
el interior de la mezquita, y así en ciertos casos lo hizo dentro de la misma
como en el caso de ibn Baida, lo que demuestra que se pueda hacer tanto dentro
como fuera, aunque lo preferible sea hacerlo en el exterior".
Salât
del funeral en el cementerio
La mayoría de 'ulama
lo desaprueba, siendo este el punto de vista de 'Alî, 'abdu-Allah ibn 'Umar, e
ibn 'Abbâs, y también es la opinión de 'Atâ, an-Naj'iî, ash-Shâfi'î,
Ishâq, e ibn al-Mundzir, citano el hadîz del Profeta (s.a.s.), "La
tierra entera es una mezquita excepto el cementerio y el cuarto de aseo".
En una narración de Ahmad se dice: "No
hay inconveniente en ofrecer el Salât del funeral en un cementerio
(puesto que se trata de un Salât distinto a los habituales), ya que el
Profeta (s.a.s.) lo hizo en cierta ocasión mientras estaba siendo enterrado el
difunto; también Abu Huraîra ofreció un Salât del funeral sobre la
tumba de 'Â-isha en medio del cementerio de Al-Baqî' al que asistió 'Umar, y
'Umar ibn abd-l-'Açîç hizo lo mismo".
La
mujer y el Salât del funeral
Una mujer, igual que el
hombre, puede ofrecer un Salât del funeral, individualmente o
colectivamente, de hecho, cierta vez 'Umar esperó a que finalizara Umm 'abd-Allah
de ofrecer un Salât del funeral por 'Utba; y 'Â-isha mandó que le
trajeran el cuerpo de Sa'id ibn Waqâs para poder ofrecerle un Salât
funeral por él.
Mâlik, sin embargo, es de la opinión, de que las mujeres deberían
ofrecer el Salât del funeral individualmente.
Acerca
de la persona que debe ofrecer el Salât del funeral
Difieren en este punto
los juristas acerca de quien debe ser el que haga de Imam; algunos opinan que,
"La persona más apropiada debe ser, en orden sucesivo, el encargado del
difunto, el emir, el padre del difunto, el abuelo, el bisabuelo, el hijo del
nieto, y en su defecto el pariente más próximo". Esta es la opinión de Mâlik
y de la escuela Hanbali. Otros opinan que el orden debe ser: la persona más
indicada debe ser el padre, el abuelo, el hijo, el nieto, el hermano, el
sobrino, el tío paterno. Esta es la opinión de ash-Shâfi'î y Abu Yusûf. Abu
Hanîfa y Muhammad ibn al-Hasan son de la opinión de que
el orden debe ser, el Wâlî, el Qadî, el Imâm de la localidad, el
encargado de la fallecida, y los parientes consanguíneos más próximos, y de
estos si tanto el padre como el hijo están presentes, el padre debe tener
preferencia.